Salmo 121: Qué significa que Yave sea tu guardián
De Libros y Sermones BÃblicos
Por Jason DeRouchie sobre Santificación y Crecimiento
Traducción por Sofia Pamela Patelli
El Salmo 121 es el tesoro de una promesa para el creyente afligido, cuyo "socorro viene del Señor" (versículo 2). Después de celebrar personalmente la guarda de Yave en los versículos 1-2, el salmista se encarga de asegurar a los demás en los versículos 3-8. Afirma la naturaleza del papel de la guarda de Dios en los versículos 3-4: "No permitirá que tu pie resbale; no se adormecerá el que te guarda". "He aquí, no se adormecerá ni dormirá el que guarda a Israel".
La perseverancia de los Santos
Me sorprendió descubrir que la combinación de palabras utilizada para ilustrar al pie que resbala en el versículo 3 jamás se usó en las Escrituras para describir una caída física. Más bien, en sus otras cuatro apariciones, es empleada figuradamente para hacer referencia a alguien que debe superar (o se espera que deba superar) el juicio divino (Deuteronomio 32:35), el pecado o la debilidad personal (Salmos 38:16[17]), o la opresión por parte de sus enemigos (Salmos 66:9; 94:18). Por lo tanto, cuando el salmista declaró "Él no permitirá que tu pie resbale", es muy probable que se estuviera refiriendo a la perseverancia de los Santos.
El salmista no promete que no habrá sufrimiento ni fracasos. Pero sí promete que, en medio de los mares de adversidad, los elegidos seguirán siendo salvaguardados, no por sus propias acciones, sino por la mano protegedora de Dios. Nadie le puede arrebatar a Dios las ovejas de la mano (Juan 10:27–30), y aquel que ha justificado nunca más condenará (Romanos 8:33–34). ¡Cuánta piedad! ¡Qué promesa! La garantía segura que tenemos hoy de que mañana nos quedaremos con Dios es Dios mismo. Agradécele. Sigue siendo dependiente de Él. Ruega por su gracia sustentadora.
Él vigila nuestras almas
Además de asegurar nuestra perseverancia (versículo 3a), la guarda del Señor también significa que Él está vigilando constantemente nuestras almas (versículos 3b-4). La versión en hebreo del versículo 4 sugiere un desarrollo a partir algo anterior. Mientras que en el versículo 3 se sugiere que "tu Guardián" no se adormecerá ahora, en el versículo 4 se hace hincapié en que el "Guardián de Israel" jamás se adormecerá ni dormirá. Dios "da a su amado aun mientras duerme" (Salmos 127:2), y solo podemos descansar porque sabemos que Dios nunca lo hace. "El Dios eterno, el Señor, el creador de los confines de la tierra no se fatiga ni se cansa" (Isaías 40:28). Yave siempre está despierto, alerta y dedicado a vigilar a sus niños.
No deposites hoy tu esperanza en ti mismo, porque, si no fuera por Dios, seguramente resbalarías. Sin embargo, debido a su gracia siempre sustentadora, tu fe perdurará. Como se afirma en Salmos 94:16–18: "¿Quién se levantará por mí contra los malhechores? Si el Señor no hubiera sido mi socorro, pronto habría habitado mi alma en el lugar del silencio. Si digo: Mi pie ha resbalado, tu misericordia, oh Señor, me sostendrá".
Es la misericordia del Señor la que nos sostiene. Nunca se acaba pero se renueva cada mañana (Lamentaciones 3:22–23).
Mira a tu Guardián
Sin importar si tus noches en vela están llenas de lágrimas y plegarias, cambios de pañal o de redacción de ensayos, el Señor está contigo para brindarte toda la energía y la gracia que necesites. No te olvides de Él. Míralo a todas horas: de día o de noche. La guardia de Yave significa que Él asegura nuestra perseverancia. Constantemente vigila a los suyos.
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