Sin Sangre
De Libros y Sermones BÃblicos
Por Ligonier Ministries Staff
sobre Los Pactos
Una parte de la serie Tabletalk
Traducción por Javier Matus
“Y casi todo es purificado, según la ley, con sangre; y sin derramamiento de sangre no se hace remisión” (Heb. 9:22).
- Hebreos 9:21-22
Jesús de Nazaret ha tenido tal impacto en el mundo que la mayoría de la gente, cristianos o no, a regañadientes dan un mínimo reconocimiento de Su carácter. Un número menor, sin embargo, está dispuesto a hablar de Su muerte. La idea de que Jesús tuvo que morir es un pensamiento minimizado, negado o ignorado por todos excepto los que creen el testimonio del Nuevo Testamento.
El público original del libro de Hebreos también vivió en una cultura que negó la necesidad de la muerte de Cristo. Muchos dijeron que Su muerte demostró que Él no era quien decía ser. Por lo cual, el autor de Hebreos recuerda a su público la necesidad de la muerte de Cristo. El derramamiento de sangre era necesario bajo el antiguo pacto, a pesar de que la sangre de los animales no podía perfeccionar la conciencia (9:9b-10). Así también el derramamiento de sangre es necesario bajo el nuevo pacto, aunque la sangre que Cristo derramó es infinitamente más purificadora que la sangre de machos cabríos y toros (vv. 13-14).
Si el antiguo pacto fue inaugurado por medio de la sangre (vv. 18-20), entonces también se requiere sangre para la dedicación del nuevo pacto. Continuando con este punto, el pasaje de hoy nos dice que casi todo se purificaba con sangre bajo la Ley y que “sin derramamiento de sangre no se hace remisión” (v. 22).
Esto parece introducir un problema para nosotros. ¿Es una contradicción decir que no todo es purificado con sangre pero luego decir que sin ella no hay perdón del pecado? Por otra parte, sabemos que en algunos casos, una ofrenda sin sangre podía expiar el pecado bajo la Ley (Lev. 5:11-13). ¿El autor sabe lo que está hablando? La respuesta es sí, por supuesto. A pesar de que la Ley menciona algunos ritos de limpieza aparte del sacrificio (por ejemplo, Núm. 19:11-12), debemos recordar que una vez al año, en el Día de la Expiación, la sangre se ofrecía por los pecados de toda la nación (Lev. 16). Por eso, todos los ritos de purificación del antiguo pacto fueron subsumidos bajo la absoluta necesidad de un sacrificio de sangre una vez al año. Del mismo modo, las ofrendas de grano que en algunos casos podían expiar el pecado eran eficaces en última instancia sólo debido a este “sangriento” evento anual. El derramamiento de sangre era absolutamente necesario para la expiación bajo el antiguo pacto, y, como hemos de inferir de estos versículos, la muerte también es absolutamente necesaria para la expiación en el nuevo pacto.
Coram Deo
Es fácil caer en la trampa de pensar que hay algo que podamos hacer para ganar el perdón de Dios. Por lo tanto, haríamos bien recordar las palabras de John Owen: “Qué grande es la oscuridad de los hombres bajo el nuevo pacto que buscan cualquier otro camino para el perdón del pecado aparte de la sangre de Cristo.”
Pasajes para Estudio Adicional
Éx. 24:3-8
Lev. 6:8-30
Lucas 22:20
Ef. 2:13
Ap. 1:4-7
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