Sirve en la Sombra que Dios te Coloca
De Libros y Sermones BÃblicos
Por Jon Bloom sobre Santificación y Crecimiento
Traducción por Mariana Ramirez
“Andrés. ¡Oh! ¿Tú eres el hermano de Simón Pedro verdad?”
Andrés seguro se tuvo que haber acostumbrado a eso. Incluso el Nuevo Testamento lo presenta como “Andrés, hermano de Simón Pedro”. (Juan 1:40 LBLA). La sombra de Pedro está sobre Andrés desde el principio.
Andrés es mencionado por nombre 12 veces en el Nuevo Testamento. En diez de esas es llamado junto a Pedro, usualmente como el hermano de Pedro. Pedro, por otro lado, tiene más de 150 menciones, y contribuyó en el Nuevo Testamento.
Es interesante notar que Andrés tenía una hoja de vida más interesante para empezar. Había sido discípulo de Juan el Bautista. No solo eso, fue uno de los primeros discípulos de Jesús (Juan 1:35-40 LBLA). De hecho, fue Andrés quien fue y “encontró primero a su hermano Simón” y lo trajo a Jesús (Juan 1:41-42 LBLA).
Incluso en esta primera reunión se hizo claro que Jesús tenía planes para Simón que eran diferentes a los de Andrés. Antes de que Simón dijera o hiciese algo, Jesús le dio su nuevo nombre Cefas (Pedro), la roca.
Pedro era “hechura de Dios, creado en Cristo Jesús para hacer buenas obras, las cuales Dios preparó de antemano, para que anduviéramos en ellas” (Efesios 2:10 LBLA). Nosotros sabemos de estas buenas obras porque Dios les da mucha publicidad.
Andrés era igualmente hechura de Dios. El también fue creado en Cristo Jesús para buenas obras que Dios había preparado de antemano. Es solo que Dios escogió no darle a las obras de Andrés la misma prominencia que le dio a las de Pedro. De esta manera Andrés sirvió en la sombra de Pedro.
Andrés tuvo un gran mentor de “servidor en la sombra” con Juan el Bautista. Andrés aprendió de Juan que “Un hombre no puede recibir nada si no le es dado del cielo” (Juan 3:27 LBLA). Juan había visto a Jesús elevarse y además vio la disminución en su prominencia y dijo con fe llena de alegría, “Es necesario que Èl crezca, y que yo disminuya” (Juan 3:30 LBLA).
Ese es el grito de cada verdadero discípulo. Todo esto no se trata de nuestra prominencia en lo absoluto. Es acerca de la prominencia de Jesús. Como los discípulos (Marcos 9:33-34 LBLA) tendemos a perder esto de vista fácilmente.
Cuando Dios le a un discípulo cinco talentos, a otro dos talentos y al otro un talento (Mateo 25:15 LBLA) Él tiene sus razones. Lo más seguro es que sean diferente de lo que pensamos (Isaías 55:9 LBLA). Él sabe lo que está haciendo. Podemos confiar en Él.
Hoy, está contento con lo que tienes (Hebreo 13:5 LBLA), y se fiel con lo que se te ha dado (Mateo 25:21 LBLA). Humíllate bajo la mano poderosa de Dios, confiando que Él te exaltará en el momento adecuado y de la manera adecuada. (1 Pedro 5:6 LBLA).
Se como Andrés. Este servidor en la sombra fue fiel, obediente, sensible, confiable, dispuesto y valiente. La tradición dice que él continuó predicando el Evangelio y plantando iglesias hasta que fue martirizado por crucifixión en los años 60 después de Cristo.
Sirvamos en las sombras que Dios nos ha colocado con la misma fe llena de alegría.
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