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English: All God Promises to Be for You

© Desiring God

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Por John Piper sobre el Gozo
Una parte de la serie Message Excerpt

Traducción por Maria Clara Canzani

La siguiente es una transcripción ligeramente editada.

¿En qué se regocija la fe? Si eres un creyente en este momento, ¿cuál es tu gozo?

La fe salvadora comienza con la palabra de Dios. La fe viene por el oír, y el oír por la palabra de Dios (Romanos 10:17). Así que la fe se regocija en la palabra de Dios. "Tus testimonios.... son el gozo de mi corazón" (Salmos 119:111). "Me regocijo en tu palabra como el que encuentra un gran botín" (Salmos 119:162). "Son más deseables que el oro, mucho más que el oro fino; más dulces también que la miel y los goteos del panal" (Salmos 19:10).

Esa es tu experiencia, creyente renacido. ¿Qué es lo que la palabra nos ofrece y nos revela? Para los pecadores, más preciadamente, revela el amor de Dios por los pecadores - pecadores indignos. "Me regocijaré y alegraré en tu misericordia" (Salmos 31:7). Ofrece la salvación. El amor de Dios trae la salvación del pecado y de la culpa y de la ira de Dios y del infierno y de la muerte y finalmente de la enfermedad. La salvación es algo glorioso. Lo más grande del mundo es ser salvado.

Aunque no lo ven ahora, creen en él y se regocijan con un gozo inexpresable y lleno de gloria [o glorificado], obteniendo el resultado de vuestra fe, la salvación de vuestras almas. (1 Pedro 1:8-9).

¿Cómo caminan los cristianos hacia esa salvación? Sólo trato de meterme en la cabeza qué es el gozo de la fe. Caminamos hacia esa salvación a través de la debilidad y el sufrimiento con alegría.

De hecho, nos alegramos cuando nosotros somos débiles y ustedes fuertes. (2 Corintios 13:9)

Es casi una paráfrasis de Filipenses 2:17, ¿verdad? Pablo está diciendo básicamente: "Estoy muy contento cuando puedo morir por tu fe. Me alegro cuando soy débil, si tú eres fuerte por mi debilidad". Es un ser humano inusual. Ha nacido de nuevo.

Nos regocijamos en nuestros sufrimientos, porque sabemos que el sufrimiento produce resistencia, y la resistencia produce carácter, y el carácter produce esperanza. (Romanos 5:3-4)
Dichosos ustedes cuando los odien… ¡por causa del Hijo del hombre! Alégrense en aquel día y salten de gozo, pues les espera una gran recompensa en el cielo. (Lucas 6:22–23)

Quiero decir, esto es un poco excesivo, Jesús. Son bienaventurados cuando la gente los odia, los vitupera, rechaza vuestro nombre por mi causa. Regocíjense en ese día y salten de gozo, como un cordero saliendo del establo. Hay algo loco aquí. Algo es muy distinto de nuestra naturaleza humana caída. Debes nacer de nuevo.

Esta es una obra de Dios. Ningún ser humano se regocija al ser odiado, a menos que este milagro ocurra por el Espíritu Santo a través de su palabra. Por eso estoy aquí.

La gran recompensa es lo que sostiene nuestro gozo en el sufrimiento. "Nos regocijamos en la esperanza de alcanzar la gloria de Dios" (Romanos 5:2). Lo que significa que el punto final y la satisfacción final de todo nuestro gozo es Dios mismo en Jesucristo.

Llegaré entonces al altar de Dios,
a Dios mi gran alegría. (Salmos 43:4)
Me has dado a conocer la senda de la vida;
me llenarás de alegría en tu presencia,
y de dicha eterna a tu derecha. (Salmos 16:11)

Así que al final de Filipenses 2:17, cuando Pablo dice que se está regocijando con ellos y se está regocijando en su fe, incluye todo esto: regocijándose en la palabra de Dios, regocijándose en el amor de Dios, regocijándose en la salvación de Dios, regocijándose en la gran recompensa de Dios, regocijándose en Dios mismo. Esa es la faceta más básica del diamante de la alegría cristiana.

Todo lo que Dios promete ser para nosotros en Cristo, lo tenemos. Y es nuestro tesoro y alegría.


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