Vuestro Padre ha decidido daros el reino

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English: It Is Your Father's Pleasure to Give You the Kingdom

© Desiring God

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Por John Piper sobre La Gracia de Dios
Una parte de la serie The Pleasures of God

Traducción por Desiring God


Domingo de Ramos

Lucas 12:32

No temas, rebaño pequeño, porque vuestro Padre ha decidido daros el reino.

Contenido

Cuatro temores

¿Por qué es que el rebaño de Dios batalla con el temor? Lucas 12 implica claramente que tenemos esa batalla, y que no la necesitamos. Señala, al menos, cuatro temores a los que tenemos tendencias.

Primero, en el versículo 4, Jesús dice: "Y yo os digo, amigos míos: no temáis a los que matan el cuerpo, y después de esto no tienen más nada que puedan hacer". Así que ello implica que estamos inclinados a temer a la muerte, especialmente la muerte por persecución.

Segundo, en el versículo 11, Jesús dice: "Y cuando os lleven a las sinagogas y ante los gobernantes y las autoridades, no os preocupéis de cómo o de qué hablaréis en defensa propia, o qué vais a decir; porque el Espíritu Santo en esa misma hora os enseñará lo que debéis decir". Así que Jesús implica que tenemos la inclinación a temer la vergüenza pública. Tenemos la inclinación a sentirnos ansiosos sobre lo que otros pensarán de nosotros si no podemos decir lo que es adecuado.

Tercero, en el versículo 22, Jesús dice: "Por eso os digo: No os preocupéis por vuestra vida, qué comeréis; ni por vuestro cuerpo, qué vestiréis". De modo que Él implica que sentimos la inclinación a preocuparnos por la satisfacción de nuestras necesidades básicas, comida y bebida y vestiduras y albergue.

Razones para no temer a estas cosas

En cada caso, el propósito de Jesús es dar razones por las que Sus "amigos" (versículo 4) y Sus "discípulos" (versículo 22) -a saber, Su rebaño-, no debieran temer estas cosas. Él quiere que seamos libres del temor. Así que dice. . .

Primero, la muerte no es lo peor, sino el infierno. Y Dios les guardará del infierno, y les cuidará con gran ternura, hasta los cabellos de sus cabezas están numerados.

Segundo, dice que el Espíritu Santo les enseñará qué decir en la hora de la prueba pública. Ustedes no serán abandonados.

Y tercero, dice que que nuestro Padre conoce sus necesidades diarias, y se siente mucho más inclinado a darles lo que necesitan que a alimentar a los cuervos y a vestir a los lirios, ¡pero vean cómo los cuida!

Así que Jesús no quiere que temamos; no quiere que tengamos temor a la muerte, a la vergüenza pública, o a la pobreza y carencia. Quiere que veamos que Dios es el tipo de Dios cuyo pueblo no necesita temer.

El cuarto y más profundo temor

Pero hay otro temor al que tenemos tendencia, un temor que toca directamente el corazón de Dios. Es quizás el temor más profundo de todos y el que puede estar oculto detrás de todos los demás. Es quizás por esa razón que Jesús lo deja para el final. Lo vemos en el versículo 32: "No temas, rebaño pequeño, porque vuestro Padre ha decidido daros el reino".

¿Qué temor está tratando de eliminar Jesús aquí?

Está tratando de eliminar el temor de que Dios no sea el tipo de Dios quien realmente quiere ser bueno con Sus hijos. Este es un temor que se eleva en los corazones de quienes que nos sentimos inclinados a sentir que Dios no quiere derramar Su gracia sobre nosotros, que no quiere ser generoso y útil para nosotros. Nos sentimos inclinados a pensar de Dios como alguien que está básicamente fastidiado con nosotros, indispuesto, y enojado.

Algunas veces, incluso si creemos en nuestras mentes que Dios es bueno para nosotros, podemos sentir en nuestros corazones que Su bondad está siendo, de algún modo, forzada o restringida, quizás como un juez que ha sido manipulado por un abogado astuto y ha caído en algún tecnicismo de los procedimientos de la corte donde debe levantar los cargos del prisionero que en realidad debiera ser enviado a prisión.

¿Cómo ve usted al Rey del Domingo de Ramos?

Hoy es Domingo de Ramos. Nos imaginamos a nosotros mismos dando la bienvenida al Rey a nuestra ciudad y a nuestros corazones. Él trata de hacer que Sus intensiones sean conocidas al no venir en un gran semental, sino en un modesto asno, manso y humilde.

Pero me pregunto, ¿cuántos aquí miran a este humilde Siervo-Rey y sienten que ésta es solo una débil apariencia, y que realmente debajo de este humilde exterior hay un poder y autoridad terribles, que solo están esperando para explotar si de algún modo usted resbala? Me pregunto, ¿cuántos sienten que el deleite más profundo del corazón de este Rey no es realmente servir a Su pueblo y satisfacer sus necesidades?

Me pregunto, ¿cuántos sienten que Él está montando a este asno de humildad como una especie de camuflaje? Y una vez que gane confianza, se despojará de Sus harapos, sacará Su espada, y será una tormenta avanzando para hacer lo que realmente disfruta hacer, es decir: juzgar y destruir. Por supuesto, algunos serán salvos, los pocos que, de algún modo, le agraden. Pero ése no es el deseo de Su corazón. Él está, básicamente, enojado, siempre está enojado. Y lo mejor que podemos hacer es no atravesarnos en Su camino, y quizás, si guardamos suficientemente bien los mandamientos, podríamos pasar a escondidas a su lado cuando esté en uno de sus estados de ánimo temporalmente buenos.

Descubriendo al verdadero corazón de Dios

En esta mañana, Jesús se esfuerza para ayudarles a no sentir de ése modo a Dios. Y yo solo quiero dedicar el tiempo que tenemos a meditar en un versículo, a meditar en Lucas 12:32, porque cada pedacito de este versículo tiene el propósito de ayudarnos a remover el temor con que Jesús sabe que batallamos, es decir, el temor a que Dios esté otorgando de mala gana Sus beneficios, a que en realidad esté siendo limitado y que no sea Él mismo cuando hace cosas agradables, a que en el fondo Él esté enojado y realmente disfrute dar rienda suelta a Su ira.

Lucas 12:32 es un versículo sobre la naturaleza de Dios. Es un versículo sobre qué tipo de corazón tiene Dios. Es un versículo que trata sobre qué hace feliz a Dios, no solo sobre qué hará Dios o sobre qué tiene que hacer, sino sobre qué se deleita, es un versículo que dice qué ama hacer Dios.

No temas, rebaño pequeño, porque vuestro Padre ha decidido daros el reino.

"Ha decidido"

Comencemos con la frase "ha decidido". Es un verbo en griego: "se deleita", o "se ha complacido con" Usted pudiera traducirlo: "agradó a Dios", o "Dios eligió alegremente". Uno de los mejores lugares para ver el significado de la palabra está en Filipenses, donde la forma sustantival de la palabra es contrastada con su antónimo.

Predicando el evangelio con "buena voluntad"

En Filipenses, usted recuerda, Pablo está preso en Roma. Hay cristianos profesantes quienes no sienten agrado por Pablo y hay cristianos que sí. Los dos comienzan a predicar el evangelio mientras Pablo está en prisión. Pero sus motivos son muy diferentes. En Filipenses 1:15, Pablo dice: "Algunos, a la verdad, predican a Cristo aun por envidia y rivalidad, pero también otros lo hacen de buena voluntad".

La palabra "buena voluntad" es la palabra que nos ocupa. ¿Qué está diciendo? Está diciendo: los dos grupos están predicando, pero un grupo está predicando no porque ame a Pablo o a la predicación del evangelio, sino porque espera aumentar las aflicciones de Pablo. Pero el otro grupo está predicando porque realmente ama predicar el evangelio y porque ama a Pablo. Está haciendo lo que realmente ama hacer. Lo hace de "buena voluntad". Es por pura alegría. Ellos predican por su buena voluntad. Sus corazones no están divididos. La predicación no es un manto para cubrir la envidia o la rivalidad. Es un verdadero deleite.

El acto libre y gozoso de Dios

Ahora, éso es lo que Jesús quiere decir en Lucas 12:32 cuando dice: "vuestro Padre ha decidido daros el reino". En otras palabras, Dios no está actuando de este modo generoso a fin de cubrir y ocultar algún motivo malicioso. La palabra "ha decidido" lo descarta. Él no está diciendo en Su interior: "Tengo que ser generoso por un tiempo, incluso aunque no quiero; pero lo que realmente quiero es traer juicio sobre los pecadores".

El significado del Señor es inescapable: Dios está actuando libremente. Él no está siendo obligado a hacer lo que no quiere hacer en realidad. En este mismo punto, cuando entrega el reino a su rebaño, está actuando con un profundo deleite. Ésto es lo que significa la palabra: El gozo de Dios, Su deseo, lo que quiere y anhela y espera y en lo que se deleita y alegra, es dar el reino a su rebaño.

"No temas, rebaño pequeño, porque vuestro Padre ha decidido [no es su deber, no es necesario, no es Su obligación, sino Su deleite] daros el reino" Así es Dios.

"Vuestro Padre"

Segundo, veamos la frase "vuestro Padre". "No temas, rebaño pequeño, porque vuestro Padre ha decidido daros el reino".

Jesús no dice: "vuestro empleador ha decidido daros salario". No dice: "vuestro amo ha decidido daros un lugar donde dormir". Ni siquiera dice: "vuestro Rey ha decidido daros el reino". Él escoge cada palabra en esta oración para ayudarnos a ser libres del temor de que Dios esté indispuesto contra nosotros, del temor a que Él esté siendo generoso a regañadientes, o que esté limitando su bondad. Así que llama a Dios "vuestro Padre".

Ahora, no todos hemos tenido padres que modelaran sus vidas según Dios. Es por éso que la palabra "Padre" quizás no esté llena de paz como Jesús quiere que sea. Por tanto, permítanme llenar la palabra "Padre" con algunos de los significados que Jesús quería que llevara para ustedes en esta mañana. Dos elementos:

Herederos del reino de Dios

Primero, si el Rey es nuestro Padre, entonces nosotros somos herederos de Su reino. Hay algo natural en recibirlo: es nuestra herencia. En Mateo 25:34, dice que en el último día el Rey Jesús dirá: "Venid, benditos de mi Padre, heredad el reino preparado para vosotros desde la fundación del mundo".

Desde antes de la fundación del mundo, Dios había preparado un reino para Sus hijos. Les pertenece por derecho de herencia. Y Dios no desaprueba a sus hijos que vienen a recibir sus herencias. Él ha decidido darles el reino.

Libres de impuestos

Segundo, si el Rey es nuestro Padre, entonces estamos libres de impuestos. En Mateo 17:25, Pedro preguntó si los discípulos debían pagar el impuesto del templo. Jesús dice: "¿Qué te parece, Simón? ¿De quiénes cobran tributos o impuestos los reyes de la tierra, de sus hijos o de los extraños?" Y cuando Él dijo: "De los extraños", Jesús le dijo: "Entonces los hijos están exentos".

Dios no impone impuestos contra Sus hijos. Los de fuera de palacio son quienes sienten la carga de la ley, no los hijos dentro. ¡Los hijos están exentos! La Paternidad de Dios significa libertad.

Lista de implicaciones de qué significa tener a Dios como Padre pudiera seguir, y serviría toda para vencer el temor de que Dios esté extendiendo de mala gana Su bondad hacia nosotros. Es justamente lo opuesto. Él es nuestro Padre, y si nosotros, que somos malos, damos buenas cosas a nuestros hijos, ¿cuánto más nuestro Padre que está en los cielos dará el reino a quienes se lo piden?

"Daros"

Tercero, medite en la palabra "daros". "Vuestro Padre ha decidido DAROS el reino". Jesús no dice, "venderles" el reino. Él no dice, "negociarles" el reino. Dice que el Padre se deleita en darnos el reino.

Lo hemos visto una y otra vez en esta serie y, ¡oh, cuánto deseo que interioricemos la verdad de que Dios es un manantial de montaña, no un abrevadero de agua! Y por tanto, ¡Él se deleita en sobreabundar, en dar, dar, dar! Y por ello, evangelio es que Dios no necesita una brigada de cuberos o bombeadores sudorosos; ¡Él quiere bebedores! Quiere personas que inclinen sus rostros y satisfagan su sed con Su amor.

¡Él da el reino! No puede ser comprado o negociado o ganado en modo alguno. Solo hay un modo de tenerlo, y es el más fácil de todos (el modo del evangelio), el modo de Lucas 18:17: "En verdad os digo: el que no recibe el reino de Dios como un niño, no entrará en él".

Dios no es tacaño. Él no es avaro. Él no es mezquino o parsimonioso o miserable. Él es liberal y generoso e incondicional y abundante. Su buena voluntad es darnos el reino. (Vea Lucas 8:10.)

"Rebaño"

Cuarto, considere la palabra "rebaño". "No temas, rebaño pequeño, porque vuestro Padre ha decidido daros el reino".

Mire cómo Jesús amontona las metáforas. Dios es nuestro Padre. Y como Él nos da un reino, entonces Él debe ser un Rey. Y como somos Su rebaño, entonces Él debe ser un Pastor. Jesús se esfuerza por elegir cada palabra para que la idea quede clara: Dios no es el tipo de Dios que entrega de mala gana Sus bendiciones.

Somos Su rebaño. ¿Qué significa eso?

¡Significa el Salmo 23!

Y éso significa que debiéramos recordar que el buen pastor su vida da por las ovejas. ¿De mala gana? ¿Obligado? Enfáticamente ¡NO! "Nadie me la quita, sino que yo la doy de mi propia voluntad Tengo autoridad para darla, y tengo autoridad para tomarla de nuevo" (Juan 10:18).

El Padre no entregó de mala gana el regalo de Su Hijo, y el Hijo no entregó de mala gana el regalo de Su vida. El buen deseo del Pastor es entregar el reino a Su rebaño.

"Pequeño"

Quinto, considere la palabra "pequeño". "No temas, rebaño pequeño, porque vuestro Padre ha decidido daros el reino".

Jesús se esfuerza por elegir cada palabra que nos ayude ver a Dios como realmente es. ¿Por qué dice "rebaño pequeño"? Pienso que esto tiene dos efectos. Primero, es un término de afecto y cuidado. Si digo a mi familia cuando están en peligro: "No tengan miedo pequeña familia", lo que quiero decir es: Sé que ustedes están en peligro y que son pequeños y débiles, pero usaré todo mi poder para cuidarles porque ustedes son preciosos para mí. Así que "rebaño pequeño" implica afecto y cuidado.

También implica que la bondad de Dios para nosotros no depende de nuestra grandeza. Somos un rebaño pequeño (pequeños en tamaño, pequeños en fuerza, pequeños en sabiduría, pequeños en justicia, pequeños en amor). Si la bondad de Dios para nosotros dependiera de nuestra grandeza, estaríamos en grandes problemas. Pero esa es la idea. No es así. Así que no estamos en problemas. "No temas, rebaño pequeño, porque vuestro Padre ha decidido daros el reino".

"Reino"

Finalmente, medite en la palabra "reino". Todavía pudiera quedar una pequeña fortaleza para la sensación de que Dios esté actuando de mala gana e indispuesto con nosotros. Alguien pudiera decir: "Está bien, Dios es nuestro Padre y no nuestro amo; Él disfruta dar en lugar de vender; nos trata como un buen pastor trata a su rebaño; tiene buenos sentimientos y siente piedad hacia nosotros en que somos pequeños. Pero, después de todo, ¿qué promete dar?"

Lo que no promete dar

Él no promete dar dinero. De hecho, dice: "Porque es más fácil que un camello pase por el ojo de una aguja, que el que un rico entre en el reino de Dios" (18:25).

No promete popularidad o fama o admiración entre los hombres. De hecho, dice: "Bienaventurados sois cuando los hombres os aborrecen, cuando os apartan de sí, os colman de insultos y desechan vuestro nombre como malo, por causa del Hijo del Hombre". (6:22).

Ni siquiera promete seguridad en esta vida. De hecho, dice: "Pero seréis entregados aun por padres, hermanos, parientes y amigos; y matarán a algunos de vosotros, y seréis odiados de todos por causa de mi nombre" (21:16).

Lo que sí promete dar

¿Qué sí promete dar a Su pequeño rebaño (para demostrar de una vez y por todas que no solo es Su buena voluntad dar, sino que Su buena voluntad es dar en grande)? Él promete dar el reino de Dios.

¿Y qué significa que se nos dé el reino soberano y el gobierno de Dios?

Simple, sorprendente, e inafablemente, significa que el gobierno omnipotente y la autoridad del Rey del universo estará eternamente ocupada a favor del pequeño rebaño de Dios. Cosas que ojo no vio, ni oído oyó, Ni han entrado al corazón del hombre, son las cosas que Dios ha preparado para los que le aman (1ra a los Corintios 2:9). El buen deseo del Pastor es entregarlas a Su pequeño rebaño.

¿Quién puede describir cómo será cuando se cumpla lo que dijo Jesús en la Última Cena: "y así como mi Padre me ha otorgado un reino, yo os otorgo que comáis y bebáis a mi mesa en mi reino" (22:29)?

El deseo de Jesús de librarnos de este temor

Jesús sabe que el rebaño de Dios batalla con el temor. Sabe que uno de esos temores es que Dios sea el tipo de Dios quien está básicamente enojado y se deleita más que nada en juzgar pecadores y solo hace bien por obligación y deber, no por deleite. Por tanto, el Señor se esfuerza en esta mañana para liberarnos de este temor al decirnos la verdad sobre Dios. Él ha elegido cada palabra para consolarnos y para que nos gocemos y tengamos paz.

!No temas,
rebaño
pequeño,
porque vuestro Padre
ha decidido
daros
el reino!


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