'Trata como a los otros' a tu media naranja
De Libros y Sermones BÃblicos
Por Desiring God Staff sobre Matrimonio
Traducción por Alicia Mateos Castro
Versículos sobre el Matrimonio que se Pasan por Alto
¿Cuál es vuestra obligación o consejo favorito que hayáis oído en una homilía?’
Cualquier pastor cristiano que haya oficiado una boda conoce los retos y oportunidades de ese momento. Tenemos unos pocos minutos preciosos para capturar el momento y dar a los recién casados una visión que perseguir hasta el fin de sus días. En más de una ocasión he sorprendido a la pareja con este mandato: “Disfrutad de este día con toda vuestra alma y, cuando se acabe, en cierto modo, fingid que no ha pasado.”
Probablemente podéis imaginar sus caras. Si no estuvieran en una situación tan formal, seguramente me interrumpirían “¿Cómo que ‘fingid que no ha pasado’?¡Llevábamos mucho tiempo esperando este día!” Tras una breve pausa para avivar su curiosidad, les explico la sabiduría detrás de mis palabras intencionadamente provocadoras. La clave para entender este mandato esta en la expresión “en cierto modo.”
Contenido |
Despedirse del Cortejo con un Beso
No ordeno a las parejas que finjan que el día de su boda no ha pasado en todos los sentidos, ni siquiera en la mayoría. El matrimonio trae realidades nuevas y maravillosas que deben abrazarse con una seriedad alegre. Dicho esto, he observado que, a menudo, al besar la novia le sigue el despedirse con un beso de una forma de amarse el uno al otro.
Para muchos, el día de la boda marca el fin de una manera relacionarse que se caracteriza en su mayoría por el cortejo. Aunque la práctica específica puede cambiar de una pareja a otra, el principio sigue siendo el mismo: las citas se caracterizan por el cortejo y búsqueda de la persona a la que amamos pero, a medida que pasan los meses y los años, el cortejo queda, por desgracia, atrás. A menudo se remplaza por una nueva forma de relacionarse “de casados” que se puede describir como existir juntos. Este patrón tan común en la forma de relacionarse se puede resumir en: Buscar. Atrapar. Existir.
Esta dinámica de existir juntos a menudo pasa a ser la norma, pero, ¿y si hubiera otra forma? ¿Y si se debiera y pudiera describir la transición de la soltería al matrimonio de una manera diferente? Pensad en esto: Buscar. Atrapar. Buscar. Elijo las expresiones “debiera” y “pudiera” porque estoy convencido de que a muchos cónyuges les falta la visión de por qué deberían seguir cortejándose o necesitan ayuda práctica para saber cómo hacerlo realidad (¡o las dos!).
Por qué Buscamos
Antes de lanzarse al debate de cómo amarse el uno al otro, a los esposos Cristianos les sería de ayuda en primer lugar dejar claro por qué. Encontramos respuesta a esta pregunta en la manera en la que somos amados por Dios. El amor de Dios por nosotros nos marca una meta a alcanzar para amar al otro. Se nos llama a amar igual que Dios nos ama (Juan 13:15; Efesios 4:32; 5:29). Y esto está claro: somos amados por un Dios que busca, atrapa y busca.
David capturó la búsqueda interminable de Dios cuando declaró que “Ciertamente el bien y la misericordia me seguirán [o buscarán] todos los días de mi vida, y en la casa del Señor moraré por largos días” (Salmos 23:6). David se regocija en la realidad de que la búsqueda de Dios no era solo para llevarle a su casa, sino que sigue mientras viva en ella. El apóstol Pablo da una visión aún mayor del “sabueso del cielo” cuando declara que Dios mostrará toda la eternidad “las sobreabundantes riquezas de su gracia por su bondad para con nosotros en Cristo Jesús” (Efesios 2:7). Nuestro Dios siempre nos busca, y debemos seguir su ejemplo en la manera en la que amamos — y, ante todo, en la manera en la que amamos a nuestro cónyuge.
Conviene aclarar que nuestra meta es el reflejo, no la perfección. Ninguno de nosotros puede amar a un cónyuge a la perfección, como Jesús en todas las maneras y en todo momento. Aunque no hay que esperar la perfección, los seguidores de Cristo llenos del Espíritu deberíamos esperar mejorar constantemente nuestra habilidad para reflejar el amor de Dios a nuestra media naranja.
Mejor Constancia que Complejidad
Cuando animo a las parejas a seguir cortejándose, puedo oír ya las objeciones, como si la idea viniera de un cuento de hadas y no de la realidad.
- “No podemos hacer eso.
- “No tenemos tiempo o dinero.”
- “Tenemos trabajo, hijos, responsabilidades, y a menudo estamos molidos todos los días.”
- “Es imposible que nos cortejemos como cuando estábamos saliendo o prometidos’”
Estas objeciones podrían tener sentido si se les llamara a cortejarse de maneras complejas. El cortejo elaborado tiene su lugar en el matrimonio, pero no es el tipo de cortejo en el que las parejas deberían centrarse en primer lugar. Por usar una expresión: es mejor la constancia que la complejidad.
Pensad en el amor ethos de vuestro matrimonio como encender un fuego. Antes de añadir trozos grandes de leña (complejo) hacemos una base juntando muchos palitos, ramitas y hojas. De hecho, si intentamos añadir la leña demasiado pronto a la hoguera, hará lo contrario de lo que queremos. En vez de encender el fuego, lo apagará.
Pasa lo mismo con nuestros matrimonios. Si nos olvidamos de los pequeños actos continuos y diarios de búsqueda, los intentos más complejos saldrán a menudo mal. (Sí, hablo por experiencia personal.) El matrimonio que mantiene encendido el fuego cada año y cada etapa de sus vida es aquel en el que ambos cónyuges se comprometen a buscarse de manera diaria y constante.
Un Poco Más de Amabilidad
Muchos cónyuges piensan demasiado en formas complejas de cortejarse y demasiado poco en las expresiones de amor constantes y del día a día. Nuestra sociedad impulsada por el consumo nos lleva a centrarnos en vacaciones y días especiales cuando, a menudo, lo que más necesitan nuestros matrimonios es un poco más de amabilidad y atención cada día.
¿Y si la pieza que falta en tu matrimonio no tiene nada que ver con amar a tu cónyuge de manera distinta a los demás? ¿Y si el secreto para un mejor matrimonio es aprender a amar a tu cónyuge como se te llama a amar a todos los demás?
A menudo he oído a gente decir “La Biblia no da mucha orientación sobre el matrimonio.” A pesar de que la Biblia tal vez no hable exclusivamente de la relación entre maridos y mujeres tanto como nos gustaría, dice mucho sobre cómo debemos tratar a los otros en Cristo. Dios nos ha dado decenas de órdenes específicas sobre “los otros” por boca de Jesús y las cartas de los apóstoles. Nos llama a ser amables unos con otros (Efesios 4:32), a servirnos los unos a los otros (Gálatas 5:13), perdonarnos unos a otros (Colosenses 3:13), exhortarnos los unos a los otros (Hebreos 3:13), con honra, darnos preferencia unos a otros (Romanos 12:10), tener el mismo sentir unos con otros (Romanos 12:16), orar unos por otros (Santiago 5:16), y someternos unos a otros (Efesios 5:21) — por nombrar sólo unos pocos.
Maridos y mujeres, se os llama a tratar como a los otros a vuestra media naranja. Estas expresiones, en apariencia pequeñas, de interés intencionado y auténtico en vuestro cónyuge, manifestadas de manera constante, pueden cambiar de manera radical la cultura de vuestro matrimonio.
Primeros Pasos el Uno hacia el Otro
Por desgracia, muchos cónyuges parecen contentarse con llevar los mandatos “a los otros” al mundo durante el día y dejarlos en el portal cuando entran en casa. ¿No sería trágico tener un hogar Cristiano con obligaciones definidas para marido y mujer pero sin amor Cristiano constante y perceptible?
Dios no quiere que unos pocos pasajes explícitos sobre el matrimonio sustituyan a todos los mandatos de Dios sobre cómo tratarnos unos a otros. No, nuestra media naranja debería ser la primera persona a la que tratemos como a los otros. El amor de nuestro matrimnio se avivará si primero nos comprometemos a amar a nuestra pareja como se nos llama a amar a los demás.
Para muchos de nosotros, este proceso empieza con el arrepentimiento. Hemos pedido recibir de nuestro cónyuge amor de media naranja y, aún así, descuidado dar a amor como a los otros a nuestro cónyuge. Si este es tu caso, busca la ayuda de Dios, pide a tu cónyuge que te perdone y busca una lista de las órdenes para “los otros” en el Nuevo Testamento. Léelos con devoción y busca los que el Espíritu Santo te grabe en el corazón para empezar a centrarte en ellos esta semana.
Cuando empecéis a tratar como a los otros a vuestra media naranja, estaréis añadiendo leña y dando oxígeno al fuego de vuestros matrimonios.
Vota esta traducción
Puntúa utilizando las estrellas