¿Corrompes la gracia de Dios?

De Libros y Sermones Bíblicos

Saltar anavegación, buscar

Recursos Relacionados
Leer más Por David Mathis
Indice de Autores
Leer más sobre La Gracia de Dios
Indice de Temas
Recurso de la Semana
Cada semana enviamos un nuevo recurso bíblico de autores como John Piper, R.C. Sproul, Mark Dever, y Charles Spurgeon. Inscríbete aquí—es gratis. RSS.

Sobre esta Traducción
English: Do You Pervert the Grace of God?

© Desiring God

Compartir esto
Nuestra Misión
Esta traducción ha sido publicada por Traducciones Evangelio, un ministerio que existe en internet para poner a disponibilidad de todas las naciones, sin costo alguno, libros y artículos centrados en el evangelio traducidos a diferentes idiomas.

Lea más (English).
Como Puedes Ayudar
Si tú puedes hablar Inglés bien, puedes ofrecerte de voluntario en traducir

Lea más (English).

Por David Mathis sobre La Gracia de Dios

Traducción por Laura Coloma


A veces la gracia de Dios debe ser defendida. No tanto del mundo ni del demonio, sino de nosotros mismos.

Quienes amamos más su gracia debemos ofrecer mayor cuidado, con su ayuda, para protegerla de la corrupción. Porque la maravillosa gracia de Dios nos ha liberado para conocernos como profundos pecadores, debemos tomar precauciones para que evitemos distorsionar la gracia de Dios -nuestra propia vida y alegría- como escapatoria para el libertinaje o una excusa para minimizar los mandamientos de Jesús o para contener nuestro deseo, dado por Dios, de complacerlo. Con los dos pies en las Escrituras, sin apoyarnos en nuestras fórmulas que repetimos como loros, queremos poder ser capaces de decir junto con Pedro, “Esta es la verdadera gracia de Dios. Estad firme en ella” (1 Pedro 5:12).

La pequeña misiva llamada Judas, escrita por el medio hermano de Jesús, nos ayuda en esto. Él escribe para advertir a la iglesia sobre algunas personas que “se han infiltrado encubiertamente…impíos que convierten la gracia de nuestro Dios en libertinaje” (Judas 4). Él ayuda a la iglesia a descubrir falsos maestros, pero haríamos bien si enviáramos también esas advertencias a nuestros propios corazones.

A continuación aparecen siete maneras de verificar la gracia inspiradas en el Libro de Judas y diseñados para evitar que caigamos silenciosamente en la corrupción de la gracia de Dios

Siete Maneras de Verificar la Gracia

  1. ¿Te resistes al pensamiento de que Jesús es tu “Soberano y Señor” (versículo 4)? ¿Te incomoda que Jesús emita mandamientos? A diferencia de su hermano Judas, ¿te enfureces al llamarlo a él “Señor” y a ti “siervo” (versículo 1) por miedo a que pueda exigir tu obediencia de aluna manera?
  2. ¿Sientes un deseo creciente de “rechazar la autoridad” (versículo 8) y sospechas de toda posible autoridad que pudiera restringir tu autonomía? Si hasta los arcángeles son felices bajo la autoridad de Dios (versículo 9), ¿cuánto más debemos ser como el redimido? ¿Estás ansioso por atribuir no sólo la salvación sino también “dominio y autoridad” al “único Dios nuestro Salvador, por medio de Jesucristo nuestro Señor” (versículo 25)?
  3. ¿Reconoces y confirmas la autoridad de Jesús para destruir “a los que no creyeron” (versículo 5) y para guardar a los ángeles desobedientes “en prisiones eternas bajo tinieblas para el juicio del gran día” (versículo 6)? ¿Hay un papel para tu Jesucristo en el juicio final? ¿Puede tu Jesús hacer que aquellas personas que incurren en actos de inmoralidad sexual sean “exhibidas como ejemplo al sufrir el castigo del fuego eterno” (versículo 7)? ¿Te avergüenza un Dios que desde mucho antes marcó a algunos “para esta condenación” (versículo 4)? ¿Eres propenso a rechazar a un Dios que creó algunos para quienes “la oscuridad de las tinieblas ha sido reservada para siempre” (versículo 13)?
  4. ¿Confías cada vez más en tu propio pensamiento (versículo 10), hasta en sueños (versículo 8), en vez de en la revelación especial de Dios en la Biblia? ¿Existe algún sentido sustancial en el cual sigues tus propios instintos (versículo 10), en vez de disfrutarlos?
  5. ¿Has adoptado un punto de vista cada vez más cínico de los cristianos en general, lo cual te lleva, aunque sea sutilmente, a blasfemar “de las majestades angélicas” (versículo 8)? ¿Estás entre los “murmuradores” y “quejumbrosos” (versículo 16)? ¿Te estás convirtiendo en un burlador (versículo 18)?
  6. ¿Eres realmente de los que “no tienen el Espíritu” (versículo 19)? ¿Qué diferencia, si es que existe alguna, hace el Espíritu Santo en tu vida? ¿Crees que él no sólo provee tu fe, sino también fortalece tu obediencia y esfuerzo?
  7. ¿Te resistes a la idea de que los cristianos deben edificarse “en vuestra santísima fe” (versículo 20)? ¿Estás ansioso de realizar un esfuerzo espiritual con este fin? ¿Es tu cristianismo, conocido por estar basado en la gracia, realmente un ejercicio en inercia espiritual? ¿Rechazas la idea de hablar sobre “conservaos en el amor de Dios” (versículo 21)?

Esperanza en más gracia

La carta de Judas es importante para todo corazón pecador, concebido para corregir y entrenar a todos nosotros, aun a quienes conocemos profundamente la gracia verdadera de Dios en todo su poder justificador, santificador y glorificador. Judas nos condena a todos y eso es bueno.

Pero aun con su poderosa advertencia que no corrompamos la gracia de Dios, Judas está ansioso de terminar con una palabra deslumbrante en los versículos 24-25 acerca de cómo nuestra única esperanza para el camino que tenemos por delante es la verdadera gracia de Dios:

Y a aquel que es poderoso para guardaros sin caída y para presentaros sin mancha en presencia de su gloria con gran alegría, al único Dios nuestro Salvador, por medio de Jesucristo nuestro Señor, sea gloria, majestad, dominio y autoridad, antes de todo tiempo, y ahora y por todos los siglos. Amén.

Vota esta traducción

Puntúa utilizando las estrellas