¿Cuál es el secreto de la alegría en el sufrimiento?
De Libros y Sermones BÃblicos
Por John Piper sobre Santificación y Crecimiento
Traducción por Natalia Micaela Moreno
Si es verdad que Dios se glorifica más en nosotros cuando estamos más satisfechos en él como vimos en Filipenses 1:20-21, entonces el gozo o la satisfacción en Dios es un mandamiento. No es opcional. Si decimos que la alegría en Dios es la cereza del pastel o el furgón del tren, entonces estamos diciendo que glorificar a Dios completamente es la cereza del pastel. No lo es.
Hay textos en Filipenses que dejan esto completamente claro. Filipenses 3:1 (LBLA): “Regocijaos en el Señor.” Y Filipenses 4:4 (LBLA), “Regocijaos en el Señor siempre.” Estos son mandamientos. Pero quiero que nos centremos en dos textos en particular que describen el mandamiento de alegría en los entornos donde parecería casi imposible tenerlo.
Haced todas las cosas sin murmuraciones ni discusiones, para que seáis irreprensibles y sencillos, hijos de Dios sin tacha en medio de una generación torcida y perversa. (Filipenses 2:14–15, LBLA)
Pablo nos dice que no refunfuñemos, que no murmuremos en un entorno donde hay torcedura, oscuridad y mal. Puedes pensar en una docena de circunstancias en tu vida en las que se siente tan bien y natural quejarse y murmurar y refunfuñar. Y Pablo dice: No caigas en eso. Entonces, ¿qué es lo contrario de quejarse? Contentarse, tener paz y alegría. Este es un mandamiento inverso para hacer todas las cosas con alegría, incluso en circunstancias en las que probablemente sea natural quejarse.
Los Secretos de la Alegría en el Hambre
El otro texto es Filipenses 4:10-13 (LBLA):
Me alegré grandemente en el Señor de que ya al fin habéis reavivado vuestro cuidado para conmigo; en verdad, antes os preocupabais, pero os faltaba la oportunidad. No que hable porque tenga escasez, pues he aprendido a contentarme cualquiera que sea mi situación. Sé vivir en pobreza, y sé vivir en prosperidad, en todo y por todo he aprendido el secreto tanto de estar saciado como de tener hambre, de tener abundancia como de sufrir necesidad. Todo lo puedo en Cristo que me fortalece.
Pablo está diciendo: Puedes tener hambre, puedes ser abatido, puedes tener necesidades. Creo que él incluso diría que puedes "morir" contento y en paz. Entonces, ¿cuál es la clave? ¿Cuál es el secreto? “he aprendido el "secreto" tanto de estar saciado como de tener hambre.” La clave, el secreto del que Pablo está hablando es la supremacía de la soberanía de Cristo y la supremacía de la dulzura de Cristo. Ambos temas impregnan este libro.
"'La Soberanía de Dios"'
Voy a trazar un hilo a través de Filipenses sobre la soberanía de Dios en Cristo. Vamos a empezar con Filipenses 1:6 (LBLA): “estando convencido precisamente de esto: que el que comenzó en vosotros la buena obra, la perfeccionará hasta el día de Cristo Jesús.” Dios es soberano sobre nuestra perseverancia. Si vamos a llegar al final, será porque él causa que lleguemos al final.
Luego está Filipenses 1:12 (LBLA) sobre su encarcelamiento, “Y quiero que sepáis, hermanos, que las circunstancias en que me he visto, han redundado en el mayor progreso del evangelio.” Mi encarcelamiento ha resultado en que toda la familia de César sepa que estoy en la cárcel en el nombre de Cristo, y por lo tanto Dios ha gobernado en su soberanía sobre mi encarcelamiento y lo ha convertido para su gloria y mi alegría.
O Filipenses 1:29 (LBLA), “Porque a vosotros se os ha concedido por amor de Cristo, no sólo creer en El, sino también sufrir por Él.” Así que hay dos dones: el don de la fe y el don del sufrimiento. Dios es soberano cuando da fe y cuando da sufrimiento. O Filipenses 3:21 (LBLA), “[esperamos a un Salvador, el Señor Jesucristo] el cual transformará el cuerpo de nuestro estado de humillación en conformidad al cuerpo de su gloria, por el ejercicio del poder que tiene aun para sujetar todas las cosas a sí mismo.” Así que Dios en Cristo es soberano sobre todas las cosas, absolutamente.
O Filipenses 4:19 (LBLA), “Y mi Dios proveerá a todas vuestras necesidades, conforme a sus riquezas en gloria en Cristo Jesús.” La supremacía de la soberanía de Dios en Cristo impregna este libro. Y esa es una parte esencial del secreto que te permite disfrutar de la satisfacción en cada circunstancia, porque sabes que Él está a cargo de cada circunstancia y va a hacer que cada circunstancia se vuelva para su gloria y para tu bien y tu alegría final.
La Dulzura de Cristo
Entonces, mientras observas y esperas a que Dios en su soberanía cambie todo lo miserable ahora mismo para siempre, ¿hay algún consuelo presente? ¿Hay alguna dulzura presente?
Filipenses 3:8 (LBLA) dice: “Y aún más, yo estimo como pérdida todas las cosas en vista del incomparable valor de conocer a Cristo Jesús, mi Señor.” En otras palabras, conocer a Cristo en este momento, experimentar la comunión con él en este momento, es más precioso, más satisfactorio, más dulce que cualquier otra cosa. No sólo estamos a la espera de ver cómo todas las circunstancias van a resultar cuando él trabaja todo para bien. Estamos experimentando la dulzura en Cristo ahora mismo en este momento.
Entonces, ¿cuál es el secreto? "he aprendido el secreto tanto de estar saciado como de tener hambre, de tener abundancia como de sufrir necesidad". El secreto es la fe en la soberanía de Dios y en la dulzura de Cristo.
Cuando tenemos poco y hemos perdido mucho, Cristo viene y se revela a sí mismo como más valioso que lo que hemos perdido. Y cuando tenemos mucho y estamos desbordando en abundancia, Cristo viene y nos muestra que es muy superior a todo lo que tenemos. El secreto de la alegría en los tiempos más difíciles en este libro es la supremacía de la soberanía de Cristo y la supremacía de la dulzura de Cristo.
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