¿Por qué las cosas frecuentemente no tienen sentido?

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English: Why Things Often Don’t Make Sense

© Desiring God

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Por Jon Bloom sobre

Traducción por Ada Asencio-Ovalle


Nosotros los seres humanos tenemos la necesidad irreprensible de hacer que el mundo y nuestra experiencia en este tengan sentido.

Contenido

La insignificancia es una ilusión

Los darwinianos naturalistas creen que nosotros adaptamos esta necesidad de significado para asegurar nuestro alimento y transmitir nuestros genes. No tiene sentido. Dicha creencia implica que el tipo de significado que tiene sentido para nosotros es una ilusión. Y el resultado irónico, si nosotros en realidad abrazamos la creencia de que no hay significado más allá de las calorías y la copulación es que ni queremos comer ni transmitir nuestros genes. Lo insignificante nos roba nuestros apetitos. Nos hace odiar la vida de nuestros genes que supuestamente queremos preservar por encima de todo (Eclesiastés 2:17).

No, deseamos el significado porque el significado existe, justo como existe el hambre de alimentos porque los alimentos existen. El significado no es la ilusión; la insignificancia lo es.

El desvanecimiento de la ilusión

Sin embargo, es una ilusión poderosa. El mundo y nuestra experiencia en él frecuentemente no tiene sentido para nosotros. Los eventos acontecen de formas que muchas veces parecen equivocadas para nosotros y se sienten confusas. Pueden aparecer al azar. Pueden aparecer contrarias al carácter de Dios y sus promesas y más como el engranaje rechinante de un cosmos indiferente. Y no ser capaces de encontrarles un significado es muy difícil de soportar para nosotros y nos tienta hacia una incredulidad cínica.

Pero la Biblia se nos ha dado con el propósito expreso de desvanecer esta ilusión. En ella, Dios nos revela el gran significado que está infundido en todas estas cosas (Colosenses 1:16), el significado que nuestra alma desea y necesita para poder vivir, así como nuestro cuerpo necesita alimento para vivir. Porque “no solo de pan vivirá el hombre, sino de toda palabra que proviene de la boca de Dios” (Mateo 4:4). El significado viene de Dios y nosotros lo recibimos a través de su palabra.

La historia con mayor significado

Lo que la Biblia nos revela es que todos nosotros tenemos el increíble privilegio (¿Qué superlativo puede ser suficiente?) de ser escogidos para tener un papel en la historia épica más grande de todos los tiempos concebida por el autor más grande que ha existido. Es la historia de la gloria de Dios (Romanos 11:36). Y esta ha sido contada a tan grande escala que Dios debe darnos la fortaleza para comprenderla (Efesios 3:18). Todo en el universo material, desde la galaxia extremadamente masiva hasta la partícula molecular más diminuta está involucrada y está contando una parte de la historia en ella misma (Salmo 19:1). Y hay mundos no vistos y dimensiones desconocidas para nosotros que son parte de esta historia (Colosenses 1:16). Cada pensamiento inmaterial que tenemos es parte de la historia (2 Corintios 10:5).

Y esta es la historia más real que existe, por lo que esta historia es realidad. Todos los personajes involucrados son reales. Todas las tragedias y comedias son reales. La guerra cósmica es tan real como se pueda. Lo que está en juego es real, los riesgos son reales, los peligros son reales, los castigos son reales y las recompensas son reales. La historia es tan creativa que por definición es una creación; es tan imaginativa que sus imágenes son reales. Todas nuestras historias, todos nuestros esfuerzos artísticos son simplemente copias y sombras, indicios de o distorsiones de la Gran Historia, la Gran Composición.

Porque las cosas parecen sin sentido

Allí es cuando cualquiera se pregunta ¿Por qué las cosas que vemos o experimentamos no tienen sentido para nosotros? En cualquier momento solamente estamos viendo una fracción tan diminuta de la historia. Y la verdad es que nuestro orgullo pecaminoso frecuentemente nos guía a una lectura miope de la misma. Terminamos tontamente poniendo nuestra fe en ese pequeño pedazo que vemos que en las cosas inmensas que Dios, el autor, dice.

¿Pero no la Biblia nos da ejemplo tras ejemplo, tras ejemplo de santos cuya experiencia por un momento- tal vez mucha o casi toda sus vidas- parecía estar mal y aun así terminó siendo parte de la historia mucho más grande y con mayor significado de lo que ellos previamente imaginaron?

Hay docenas y docenas de ejemplos como estos en la Biblia. Y todos estos testifican esto: Como las cosas parecen para nosotros y para los personajes en la historia un mensajero de significado poco confiable; debemos confiar en la perspectiva del Autor.

Confía en el Autor

El Autor está contando la historia y el Autor nos da a nosotros, los personajes, y cada evento más significado de lo que pudiéramos haber imaginado. Lo que pudiera parecer sin sentido para nosotros hoy, es en realidad un tiro con significado que podríamos ser golpeados y dejados sin palabras en un asombro de alabanza si supiéramos todo lo que Dios esta haciendo. Y algún día lo sabremos y alabaremos. Los profetas naturalistas están contándote una historia de locura insignificante. No creas sus tonterías. Eso es lo que son. Tú tienes una necesidad de significado porque el significado existe. La insignificancia es una ilusión; es una decepción.

Por lo tanto, no cedas a la tentación del cinismo porque aún no puedes encontrarle sentido a los eventos que ocurren en el mundo o en tu propia vida. Esta es la experiencia común de un personaje de una gran historia. Confía en el SEÑOR con todo tu corazón, y no te apoyes en tu propio entendimiento. Reconócele en todos tus caminos y El enderezará tus sendas, grande y fructíferamente en el papel asombroso que te ha dado en la más real de todas las historias (Proverbios 3:5–6). Y algún día el Autor te dirá la Historia está completa. Te sorprenderás.


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