¿Qué debería hacer una mujer cuando su esposo no lidera espiritualmente?
De Libros y Sermones BÃblicos
Traducción por Débora Ester Baigorri
Por John Piper
sobre Matrimonio
Una parte de la serie Ask Pastor John
Lo que sigue a continuación es una transcripción editada del audio.
¿Qué debería hacer una mujer cuando su esposo no lidera espiritualmente?
Con paciencia, con mucha oración, con mucha tolerancia y algunos esfuerzos por hacer que él se sienta atraído a conversar con su esposa sobre cuánto ella anhela compartir con él.
Cuando hablo de esfuerzos esporádicos para atraerlo a conversar sobre lo que ella anhela de él, me refiero a lo opuesto a fastidiarlo. Fastidiarlo sería insistirle todos los días, abordarlo indirectamente, de arriba a abajo, encubiertamente o comunicándose con lenguaje corporal y comentarios indirectos que no le llegan. Eso destruye la relación. Paraliza a la pareja. Hace perder la esperanza y sentir que el amor se está acabando.
Más bien, me refiero a la pregunta ocasional e intencional "¿Podemos hablar amor? ¿Podemos almorzar fuera de casa porque hay algo de lo que quiero hablar?" Hazlo cuando no estés cansada ni enojada. Debería ser una cita y no debería sonar como una situación de amenaza o menoscabo. Después ella podría abrir su corazón a él, decir lo que necesita decir y preguntarle si el está dispuesto a hacer más.
Ahora bien, él podría estar dispuesto y coincidir. Pero si no sucede así, probablemente se deba a que hay otra situación de fondo. En ese caso ella puede intentar nuevamene en unas semanas o meses. Ella puede decir: "Bueno, nada cambió. ¿Hay alguna forma de que puedas hablar con el Pastor John, el Pastor Tom, o alguien de nuestro grupo para ver cómo hacen ellos los devocionales familiares, cómo se organizan?" Mira si él está dispuesto. Quizás el sí esté dispuesto, y alguien más pueda ayudar.
Otra opción podría ser que él fuera a retiros donde reciba ayuda, como los que hacemos aquí en la iglesia. Podría haber algo que la esposa remarque y diga: "Podríamos ir a esto?" o "¿Irías a esto?" A esto me refiero como algo ocasional y no como algo irritante.
La otra opción que mencioné fue la tolerancia. Puede suceder, según 1 Pedro 3:1, que una esposa gane a su esposo sin palabra alguna y por su conducta tolerante, y él pase de la indiferencia espiritual a la intensidad espiritual. (Aún cuando este pasaje se refiere a los esposos incrédulos, el prinicipio sigue siendo el mismo.) La tolerancia supone que una esposa diga: "Okay, puede que no haya cambios en mi esposo. Espero que sí cambie, pero puede que no haya cambios; y no voy a encerrarme en este inconveniente como si fuera lo único que pienso respecto a él. En cambio, trataré de amarlo, bendecirlo, disfrutar de él y de los aspectos que me gustan de él, y mientras tanto, orando en la esperanza del hombre en el que se convertirá para mí.
También mencioné la oración. Ella debería orar por él de todo corazón; e incluso podría hablar con alguien más sobre este tema, siempre y cuando él le haya permitido expresamente hacerlo. Ella podría contarle a alguien de confianza de la familia o a un pastor amigo: "Bueno, Joe no nos conduce a hacer devocionales y él no parece hablar mucho con los chicos sobre su caminar espiritual. ¿Hay algo que yo pueda hacer? Así ella podría considerar el punto de vista de otro hombre, y ese hombre podría intervenir y ayudar.
Pero con el correr del tiempo ellos necesitarán ir a una buena iglesia en la que su esposo sea confrontado permanentemente y despertado para que pueda crecer ¡Es posible que el sea un bebé! ¡Es posible que él se sienta intimidado por ella!
Les doy un ejemplo concreto. Había una pareja en nuestra iglesia. La esposa era la que hacía los devocionales y quien lideraba espiritualmente. Y él era un creyente y venía todos los domingos. Vinieron juntos y me dijeron: "Bueno, Mary", llamémosle Mary, "es más inteligente que yo y lee mejor que yo. Cada vez que ella lleva adelante el devocional lo hace muy bien y francamente yo me siento inferior a ella. Me da gusto que ella lo haga."
Yo dije: "Bien", llamémosle Joe, "Okay Joe, creo en lo que dijiste: ella es más inteligente y lee mejor. Pero, ¿sabés qué? Eso no cambia nada. En realidad tú deberías ser el líder aquí. Te doy un ejemplo de cómo hacerlo. ¿Esta noche a las 8 podrías decir: 'Chicos, vengan aquí. Vengan al living. Vamos a tener nuestro tiempo devocional'? ¿Puedes decir esto?
"Sí, puedo decir eso."
"Entonces dí eso y después puedes decir: 'Okay, vamos a leer el evangelio de Juan. Todos abramos nuestras biblias.' Y cuando todos hayan abierto sus biblias, puedes decir: 'Bien, Mary, ¿podrías leernos los primeros catorce versículos?' Y cuando ella termine de leer los versículos, puedes decir: 'Jimmy, ¿podrías orar y después oro yo?' ¿Puedes hacer eso?"
El dijo: "Sí."
Eso es liderazgo. El ligerazgo no tiene nada que ver con las capacidades de cada uno. Es tener el valor de tomar la iniciativa.
La pregunta al comienzo era qué podría hacer una esposa si su esposo no lideraba espiritualmente; pero ahora te estoy diciendo lo que un esposo debería hacer. Y quizás una esposa podría llevar a su esposo a una oficina en la que alguien solo le explique a su esposo algo tan simple como esto.
El liderazo no implica que seas más inteligente o más espiritual que tu esposa. ¡Santo Dios! Yo lidero a cientos de personas en esta iglesia que son más piadosas que yo. Sería imposible para un pastor que su liderazo dependiera de sus capacidades para hacer todo en la iglesia.
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