Alegrándonos de que Dios sea Dios
De Libros y Sermones BÃblicos
Por John Piper
sobre Hedonismo Cristiano
Una parte de la serie Taste & See
Traducción por Yenis Figuereo
El efecto del poder de Dios es que El no se impresiona por la fuerza humana. Y el efecto de su grandeza es que El no se impresiona por la grandeza humana. Estas son malas noticias para los competidores de Dios. Pero son buenas para los que quieren vivir por la fe.
El Salmo 147 es una declaración emocionante de esperanza para la gente que se regocija que Dios sea Dios. Dice: “El determina el número de estrellas y a todas ellas les pone nombre” (v.4). Ahora esto es más de lo que podemos asimilar! Tal conocimiento es demasiado maravilloso para mí; es muy elevado, no lo puedo alcanzar (Salmos 139:6).
La tierra, el lugar donde vivimos, es un pequeño planeta que gira alrededor de una estrella llamada Sol, que tiene un volumen de 1, 300,000 veces la tierra. Hay estrellas un millón de veces más brillantes que el Sol. Existe aproximadamente un billón de estrellas en nuestra galaxia llamada Vía Láctea. Esto es 100,000 años luz de diámetro (un año luz es seis millones de millones de kilómetros). El sol viaja alrededor de unos 155 kilómetros por segundo, por lo que emplearía 200 millones de años para hacer una revolución completa en la Vía Láctea. Hay millones de otras galaxias además de la nuestra.
El Salmo 147 dice que Dios determinó el número de todas las estrellas. No sólo eso, dice que El las nombró a todas. Algo así como nombrar hámsteres o cachorros o conejos. Los observas, tomas en cuenta sus características distintivas y luego piensas en algo que se ajuste para llamarlos. Sonreí con gran satisfacción el domingo pasado cuando cantamos,
Su ley El hace cumplir,
Las estrellas en sus cursos,
El Sol en Su órbita
Obedientemente brillan.
Sí, pensé, "obedientemente es la palabra exacta! El sol tiene un nombre en la mente de Dios. Él lo llama por su nombre y le dice qué hacer. Lo obedece. Y lo mismo hacen los miles de millones de otras estrellas. (Así como todos los electrones en las moléculas de todos los elementos de las estrellas y los planetas, incluyendo los que están en las branquias del tiburón debajo de las piedras en Providence, Rhode Island.)
Ahora ¿qué impresionaría a un Dios como este? El Salmo 147:10-11 nos lo dice muy claramente.
No se deleita en la fuerza del caballo,
ni se complace en las piernas agiles del hombre;
pero el Señor favorece a los que le temen,
a los que esperan en su misericordia.
Imagina un atleta olímpico levantador de pesas orgulloso porque haber levantado 500 libras. O imagina un científico sintiéndose orgulloso por haber descubierto la manera en como alguna molécula es afectada por otra. No hace falta un genio para saber que Dios no está impresionado.
La buena noticia para aquellos que se gozan de que Dios sea Dios es que Él se complace con los que esperan en su poder inconmensurable. O, podríamos aferrarnos a esta verdad en este tiempo de Adviento, de que Dios es Dios y que Él trabaja omnipotentemente para los que esperan en El (Isaías 64:4) y se esperanzan en Él (Salmo 147:11) y le aman (Romanos 8:28 ). El ama ser Dios por el inocente, quienes le buscan para todas sus necesidades.
Permaneciendo en el temor de Dios,
Pastor John
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