Alimento Sólido
De Libros y Sermones BÃblicos
Por Ligonier Ministries Staff
sobre Santificación y Crecimiento
Una parte de la serie Tabletalk
Traducción por Karina Cappelletti
“En cambio, el alimento sólido es para los adultos, para los que tienen la capacidad de distinguir entre lo bueno y lo malo, pues han ejercitado la facultad de percepción espiritual” (He. 5:14).
Cuando el autor de la carta a los Hebreos se vió obligado a escribirla, su audiencia original no estaba en el mejor momento. Habían recibido el Evangelio, pero la persecución y otras dificultades los habían hecho cuestionar la validez de las afirmaciones de Cristo. Habían empezado a descuidar la propia búsqueda de la madurez y, en consecuencia, se habían olvidado de muchos de los fundamentos de la fe cristiana. Muchos de ellos deberían haber sido maestros, pero su ignorancia los obligó a alimentarse de una dieta de leche compuesta de los fundamentos de la fe cristiana en lugar de la carne de la Palabra de Dios diseñada para creyentes más maduros (5:12 -13).
Después de haber visto las características de aquellos que deben alimentarse de una dieta de leche, vamos a examinar hoy lo que el autor de Hebreos tiene que decir acerca de los que se alimentan del alimento sólido en 5:14. Él nos dice en primer lugar que el alimento sólido es para los adultos. Esto debería ser obvio para nosotros. A medida que nos desarrollamos físicamente, nuestra dieta se vuelve más compleja. La leche es reemplazada por la carne y las verduras en puré, que son reemplazadas por los alimentos sólidos, que son reemplazados finalmente por combinaciones cada vez más complejas y elaboradas de estos alimentos. Así como sólo los seres humanos adultos pueden digerir físicamente los alimentos sólidos, así también, sólo los cristianos maduros pueden digerir el alimento sólido (los aspectos más complejos) de la Palabra de Dios.
El autor nos dice que los adultos son los que “tienen la capacidad de distinguir entre lo bueno y lo malo, pues han ejercitado su facultad de percepción espiritual” (Heb. 5:14). Hay varias cosas importantes para recordar con respecto a este versículo. La primera de ellas es que la madurez viene sólo por la práctica constante del discernimiento. Todos los días, constante y progresivamente tenemos que ejercer discernimiento a fin de superar los efectos de la Caída, y mejorar nuestra capacidad de distinguir entre el bien y el mal. Ejercemos discernimiento principalmente a través del estudio y la aplicación de las Escrituras. En segundo lugar, se debe entender que el "bien y el mal" entre los cuales debemos distinguir comprende algo más que un sentido ético. Esta terminología no sólo incluye el comportamiento, sino también la capacidad de distinguir entre la doctrina verdadera y la falsa. Debemos estudiar con diligencia la Biblia, la filosofía, la teología y los errores de la historia de la iglesia, si queremos tener la madurez suficiente como para diferenciar correctamente no sólo entre el buen y el mal comportamiento, sino también entre la buena y la mala doctrina.
Ante Dios
La Biblia es lo suficientemente simple como para que un niño pueda bañarse y lo suficientemente profunda como para que un elefante se pueda ahogar. Lamentablemente, con demasiada frecuencia muchas personas piensan que es virtuoso mantener el contenido intelectual de la fe a nivel del niño. Pero Dios espera que crezcamos en el conocimiento en el transcurso de nuestra vida cristiana. Ruegue que usted valore y alcance la madurez.
Pasajes para un estudio más profundo
1 Salmos 2:26
1 Reyes 11
Job 42:7–9
Lucas 2:52
Tito 1:5–9
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