Dios quiere tu debilidad

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English: God Wants Your Weakness

© Desiring God

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Por Vaneetha Rendall Risner sobre Sufrimiento

Traducción por Cielo Melisa Schmura


No soy valiente.

Hace poco escuché a alguien hablar sobre la diferencia entre la valentía y el coraje, decía que la valentía es la habilidad de sobrellevar las situaciones difíciles sin miedo, mientras que el coraje es sobrellevar las situaciones difíciles incluso cuando tienes miedo. Cuando pienso en coraje, recuerdo a Gedeón.

Me parezco a Gedeón. Él vive su vida con miedo, «y su hijo Gedeón estaba sacudiendo el trigo en el lagar, para esconderlo de los madianitas» (Jueces 6:11, LBLA). Cuando el ángel del Señor llega, Gedeón expresa inmediatamente sus dudas acerca de la fidelidad de Dios con los israelitas (Jueces 6:13) y cuando se da cuenta de quién le está hablando, insiste que, como pertenece a una familia pobre y es el menor de la casa de su padre, es imposible que se le asigne semejante tarea (Jueces 6:15).

Gedeón no se siente seguro para hacer nada por sí mismo. Se encuentra bien quejándose acerca de lo mal que están las cosas, pero cuando se le pide que haga algo para mejorar la situación, lo evade. Es más fácil quejarse que hacer algo.

Cuando Dios le deja claro que es Él mismo quien lo está llamando, Gedeón quiere una señal para asegurarse (Jueces 6:17). Después de recibir la señal, obedece a Dios y destruye el altar de Baal, pero en vez de hacerlo a plena luz del día, lo destruye por la noche, ya que tiene miedo de los ciudadanos y de su familia (Jueces 6:27). Luego, cuando los ciudadanos van a buscarlo, deja que su padre lo defienda. Gedeón no era valiente.

Contenido

Dios sabe que somos polvo

Es fácil criticar a Gedeón por sus dudas, pero yo también he dudado. Vi la mano de Dios en mi vida permitiéndome hacer cosas que hubiera pensado que eran imposibles, pero aun así, todavía dudo a la hora de llevar a cabo la siguiente cosa en la lista. Me miro, miro mis recursos y nuevamente me siento incapaz, convencida de que no puedo lograr lo que tengo ante mí. Sé que, para mí, una mayor debilidad física y pérdida son una constante. Cuando pienso en el futuro, lloro y le digo a Dios que no puedo hacerlo, porque no soy tan fuerte como Él piensa.

Dios quiere salvar a Israel por mano de Gedeón, pero él quiere pruebas. Doble prueba. Al principio, quiere que el vellón esté mojado y toda la tierra seca, y luego que el vellón esté seco y la tierra mojada, sólo para asegurarse. Según lo vemos, Gedeón puede parecer bastante escéptico. ¿Por qué sigue pidiendo pruebas? Esto me hace pensar en todas esas veces que le sigo pidiendo pruebas a Dios. Cuando no creo que soy capaz de enfrentar algo, le pido señales, que mis amigos me animen, versículos que concuerden con mi situación. Dios comprende mi fragilidad y lidia con mis debilidades, así como lo hizo con Gedeón, sin menospreciarme ni castigarme. Dios recuerda que soy polvo.

Tras darle a Gedeón todas esas pruebas que pidió, Dios lo prepara para guiar a los israelitas a la batalla contra los madianitas. Veintidós mil personas fueron a pelear, Dios declaró que eran demasiados (Jueces 7:2-3). Con un ejército como ese, los israelitas podrían tomar el crédito por la victoria. Dios le dice a Gedeón que deje ir a los guerreros miedosos, y que escoja a aquellos que laman el agua, en vez de los que se arrodillen a beber. Todo esto dio un total de trescientas personas. La victoria no sería acreditada a las fuerzas de los israelitas; solo el poder de Dios libraría a su pueblo.

Lo que Dios ve en ti

Cuando Gedeón se queda con trescientos hombres tiene miedo. Aunque no lo dice, Dios conoce su corazón y lo tranquiliza diciéndole: «Pero si tienes temor de descender, baja al campamento... y oirás lo que dicen. Entonces tus manos serán fortalecidas para descender contra el campamento» (Jueces 7:10-11). Uno piensa que, si Dios te dijera inequívocamente lo qué hacer, confiaría en Él sin pruebas. Pero este no fue el caso de Gedeón. Por supuesto, va inmediatamente al campamento y escucha con sus propios oídos por qué la victoria está asegurada. Finalmente, Gedeón cree y avanza (Jueces 7:15).

Durante todo el encuentro, Gedeón duda, tiene miedo, y se siente incapaz e inseguro. Sólo actúa cuando tiene pruebas de que le irá bien. Quiere confiar en Dios, pero sigue dudando de él mismo. Desde el principio Dios lo ve como un «valiente guerrero» (Jueces 6:12), lo cual contradice las inseguridades y las dudas de Gedeón. Dios ve lo que somos en él, no en nosotros.

Si hoy te sientes incapaz, débil, o tienes miedo, ten valor. Dios elige lo necio del mundo «para avergonzar a los sabios» (1 Corintios 1:27). Algunas de las tareas más importantes en la Biblia se llevaron a cabo por personas débiles que no se creían dignas de su llamado.

«Dios, elije a otra persona»

Moisés abrió el Mar Rojo en dos y libró al pueblo de Israel de los Egipcios, pero cuando Dios lo llamó, el respondió «Te ruego, Señor, envía ahora el mensaje por medio de quien tú quieras» (Éxodo 4:13) esto fue inmediatamente después de que Dios le diga en Éxodo 4:12 «yo estaré con tu boca, y te enseñaré lo que has de hablar». Cuando Dios llamó al profeta Jeremías, su primera reacción fue «¡Ah, Señor Dios! He aquí, no sé hablar, porque soy joven» Jeremías 1:6.

Pablo quería que Dios le quitara su aguijón, pero Él le recordó: «Te basta mi gracia, pues mi poder se perfecciona en la debilidad». Pablo entonces dijo: «Por tanto, muy gustosamente me gloriaré más bien en mis debilidades, para que el poder de Cristo more en mí. Por eso me complazco en las debilidades, en insultos, en privaciones, en persecuciones y en angustias por amor a Cristo; porque cuando soy débil, entonces soy fuerte» (2 Corintios 12:9-10).

Todo lo que Dios necesita

Si hoy Dios te llama a hacer algo para lo que te sientes incapaz, recuerda que no está buscando tu fortaleza, tu valentía, o tus dones naturales. Dios sólo quiere que confíes en Él. Su poder se perfecciona en nuestra debilidad. Sabemos que Dios veía a Gedeón como una persona fuerte. Cuando el libro de hebreos habla de la fe y sus héroes, nos recuerda que Gedeón conquistó reinos y Dios lo hizo fuerte en su debilidad. (Hebreos 11:32-34).

En cuanto a nosotros, también seremos fortalecidos desde la debilidad cuando confiemos en Dios. Como nos recuerda la canción “Come Ye Sinners”: "Toda la preparación que Él necesita es que sientas tu necesidad de Él".


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