El Coro feliz de los Ángeles

De Libros y Sermones Bíblicos

En el popular himno navideño, Ángeles que Hemos Escuchado en las Alturas, la primera línea describe a ángeles cantando alabanzas a Dios sobre praderas. Su llanto es retenido en la famosa frase en latín “Gloria, in excelsis Deo!” que al traducir significa, “¡Gloria a Dios en las alturas!” es tomada de Lucas 2:14, donde los ángeles cantan alegremente alabanzas al señor.

Muy a menudo vistos como envueltos en experiencias místicas o perdidos en la teología especulativa, los ángeles incluso son ignorados o relegados a los pensamientos de unas pocas personas especialmente espirituales. El materialismo rampante y anti-supernaturalismo del mundo ha causado que los Cristianos se pregunten acerca de la presencia e influencia de los ángeles. Se considera que reflexionar acerca de los ángeles es inútil y poco práctico.

Tristemente, muchos Cristianos en la actualidad ignoran el sorprendente y fortalecedor ministerio de los ángeles. Esta infortunada negligencia ha cegado a creyentes de un excelente modelo de vida Cristiana. No sólo hicieron su ministerio para Jesús y los apóstoles, hoy lo hacen para los creyentes. Una de las maneras más importantes en la que esto sucede es a través de su ejemplo para nosotros. Esto se nota mayormente en el modelo que nos proveen en su disfrute de Dios. Nosotros lo cantamos en Ángeles que hemos escuchado en las alturas.

Ellos adoran a Dios

Los ángeles claman “¡Santo, santo, santo es El Señor, el planeta entero está lleno de su gloria!” (Isaías 6:3). En otro pasaje, los vemos elevando sus voces para exclamar, “¡Digno es el Cordero que fue sacrificado, para recibir poder y riqueza y sabiduría y fuerza y honor y gloria y bendición! (Revelaciones 5:12). El día de la primera venida de Cristo, los escuchamos celebrando el reinado de Jesús ante los pastores. Los escuchamos alabados por traer paz.

Repetidamente en Las Escrituras, los ángeles proclaman alegremente el infinito valor del nombre de Dios. Este es su deber y deleite para adorar a El Señor. Su disfrute y satisfacción en Él no permanece quieto. Este se desborda dentro de las declaraciones de alabanza. En éste himno, ellos son vistos “cantando dulcemente" las "buenas nuevas" de que el Cristo ha venido.

Su alegría se incrementa exponencialmente cuando Dios es apreciado entre la gente. La proliferación de la alegría en Cristo entre la gente intensifica la adoración entre los ángeles. Jesús nos dice, “hay gozo ante de los ángeles de Dios por un pecador que se arrepiente” (Lucas 15:10).

Ellos adoran a Dios en comunidad

Cuando los Cristianos vienen ante Dios en comunidad, ellos se unen a algo que está pasando. Los creyentes están participando con “innumerables ángeles en reunión festiva” (Hebreos 12:22). Este asombroso himno comienza con los ángeles en la primera estrofa. Luego, el himno nos muestra que los pastores son inspirados por el coro de ángeles. En otras palabras, los ángeles proveen un modelo, el cual “inspira canciones celestiales”. Por último, todos son invitados para “venir a adorar de rodillas” y unirse a la “mancha alegre” de los ángeles. Todos son bienvenidos para maravillarse y unirse al asombro de la persona y obra de Cristo. Esto debería llenar nuestros corazones con asombro y maravilla ante nuestro trascendente Creador y Rey.

Raramente vemos ángeles en solitario. Ellos siempre están en comunidad con otros ángeles. La imagen que vemos en este himno es un grandioso coro de ángeles, clamando juntos al unísono. Ellos forman una sociedad santa, deleitando juntos a El Señor. Recordando la visión de Isaías, los ángeles se llaman los unos a los otros. Ellos se alientan los unos a los otros para alabar su perfección moral y su divina pureza ¿Cómo afecta éste acto nuestra actitud para la adoración, sabiendo que nos estamos uniendo a un ejército de incontables ángeles en alabanza? Si nos sentimos en soledad y aislamiento en nuestro camino Cristiano, anímate, que estás lejos de estar solo.

Un modelo para el Hedonismo Cristiano

Nosotros nos auto reprimimos de la alegría cuando descuidamos a los ángeles porque los ángeles proveen un excelente modelo de Hedonismo Cristiano. Tal como los vemos llevando a cabo los propósitos divinos en Las Escrituras, nosotros deberíamos emular su culto desinhibido y su alegre obediencia.

Su devoción ejemplar debería hacer que los Cristianos prioricen el culto y la obediencia en cada aspecto de sus vidas. Los ángeles realizan sus tareas con gusto. Igualmente Los salmos nos apremian, “¡Servir a El Señor con agrado! ¡Venir a su presencia con cantos!” (Salmo 100:2). La alabanza alegre a Dios es una orden, no un concejo. No es una sugerencia o recomendación. Nosotros somos llamados a unirnos a los ángeles en esta devoción alegre.

En las enseñanzas a sus discípulos para orar, Jesús pide que se haga la voluntad de su Padre así en la tierra como en el cielo (Mateo 6:10). La inferencia directa es que la voluntad de El Padre buena y perfecta es hecha bajo especificación exacta en el cielo. La Oración de El Señor está pidiendo que esta perfecta obediencia sea copiada aquí en la tierra. Indudablemente, los ángeles son una parte integral de esta hermosa y celestial realidad. Por lo tanto, cuando rezamos la Oración de El Señor, estamos pidiendo que nuestro comportamiento sea como el de los ángeles.

Durante esta temporada de advenimiento, nosotros estamos invitados a,

Ven a Belén y verás

A Cristo cuyo nacimiento cantan los ángeles

Si, ven a ver a Jesús, nuestro Señor, Salvador, y el más grande Tesoro, e inspírate por sus ángeles.