El liderazgo espiritual puede ser desgarrador, pero siempre es esperanzador

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English: Spiritual Leadership May Be Heartbreaking, but It Is Always Hopeful

© Desiring God

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Por Jon Bloom sobre Santificación y Crecimiento

Traducción por Harrington Lackey

Cada vez que un pecador egoísta tiene la tarea de guiar a otros pecadores egoístas en una dirección de Dios— ya sea en familias, amistades, grupos pequeños, iglesias o movimientos más amplios— va a haber problemas.

Consideremos a Moisés, por ejemplo. Ningún líder de La Vieja Alianza era tan manso como Moisés (Números 12:3), tenía una interacción más íntima con Dios (Exodo 33:11), y fue más injusta y duramente criticado por aquellos a quienes él dirigía.

He aquí un resumen de la experiencia de Moisés como líder espiritual:


Moisés es un recordatorio de que el liderazgo espiritual es duro y a veces desgarrador. Se acompaña de adversidad y oposición. Un profeta puede tener honor, pero no por lo general entre los que mejor lo conocen (Mateo 13:57).

Así que si creemos eso, ¿quién en el mundo querría ser un líder cristiano? Sólo un siervo (Mateo 23:11).

Un sirviente-líder:

El liderazgo espiritual puede ser duro y desgarrador, pero siempre es esperanzador debido a donde la esperanza está anclada. La recompensa de Moisés no era la admiración de los pueblos, ni siquiera la Tierra Prometida. Dios fue su recompensa (Hebreos 11:26). Y cualquier siervo-líder cuya recompensa sea Dios puede soportar las tormentas con la fe y la alegría.

Cualquier líder cuya recompensa sea otra cosa no durará.


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