Idolatría, la comunión y el cuerpo de Cristo
De Libros y Sermones BÃblicos
Por John Piper
sobre La Cena del Señor
Una parte de la serie The Church: Living Together When Christ is All in All
Traducción por Paula Lara
1 Corintios 10:14:22
Por eso, queridos, huid de la idolatría. Os hablo como a personas sensatas. Juzgad vosotros lo que digo. La copa de bendición que bendecimos, ¿no es acaso comunión con la sangre de Cristo? .y el pan que partimos ¿no es comunión con el cuerpo de Cristo? Entonces, si el pan es uno solo, también nosotros, aun siendo muchos, formamos un solo cuerpo, pues todos participamos del mismo pan. Fijaos en el Israel según la carne. Los que comían de las víctimas sacrificales ¿no estaban acaso en comunión con el altar? No penséis que estoy insinuando que lo inmolado a los ídolos es algo, o que los ídolos son algo, pues lo que inmolan los gentiles ¡lo inmolan a los demonios y no a Dios! Y no quiero que entréis en comunión con los demonios. No podéis beber de la copa del Señor y de la copa de los demonios; no podéis participar de la mesa del Señor y de la copa de los demonios. ¿O es que queremos provocar los celos del Señor? ¿Somos acaso más fuertes que él?
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El doble error de los Corintios
1 Corintios 10 trata de cómo los Corintios sobreestimaron el poder de la eucaristía como comida sacramental y minusvaloraron el propósito de la eucaristía como comunión espiritual con Cristo.
En otras palabras, ellos entendían que recibir el pan y el vino era un tipo de antídoto sacramental que les liberaba de los efectos adversos provenientes del veneno de la idolatría. Y de esta forma sobreestimaban el poder de la eucaristía.
Y no fueron capaces de ver que el objetivo de recibir el pan y el vino es compartir la vida de Cristo y unirse a Él en un solo cuerpo. Y de esta forma infravaloraron el poder de la eucaristía y, con ello, su poder real en la lucha contra la idolatría y el pecado. Y, a la vez, la sobrevaloración de su poder para inmunizar y su infravaloración del poder para nutrir la comunión con Cristo les hizo vulnerables al pecado. Y no sólo al pecado, sino al pacto con los demonios.
La gravedad de ese tremendo error
Por tanto, de lo que estamos tratando aquí es de algo especialmente importante en la vida de la Iglesia. La eucaristía es un regalo cuyo valor inexpresable en palabras que Jesús hace a su Iglesia no sólo como recordatorio de su muerte por nosotros, sino como una ocasión en la que se nos acerca para fomentar la intimidad con él y fortalecernos con su sangre derramada y su cuerpo roto. Y así es posible sobrevalorar el poder de la eucaristía y de este modo convertirla en un aliciente para pecar. Y por tanto quiero que juntos analicemos estos dos errores que cometieron los corintios. El objetivo es que no los cometamos nosotros, sino que tengamos una visión equilibrada de la eucaristía.
La idolatría es el tema dominante y principal
De lo primero de lo que nos tenemos que dar cuenta es que la idolatría es la columna vertebral de este capítulo. Nuestro texto comienza en el verso 14 con la orden “Por eso, queridos, huid de la idolatría”. Más adelante, en el verso 19, Pablo dice “No penséis que estoy insinuando Que lo inmolado a los ídolos es algo o que los ídolos son algo” Más adelante, en el verso 28 dice: “Pero si alguien os dice: “Esto ha sido ofrecido en sacrificio” no lo comáis en atención al que lo advirtió y por motivos de conciencia”. Fíjense más atrás, cerca del comienzo del capítulo en el verso 7: “No os hagáis idólatras, como algunos de ellos [los israelitas]”.
De forma que si leemos todo el capítulo, la advertencia sobre la idolatría se encuentra en la epístola a los corintios Versos 7, 14, 19, 28. Los sacrificios paganos a los ídolos en los corintios fue un asunto duro para la iglesia. ¿Usted se come la carne que se utiliza en esos sacrificios cuando se revende en el mercado? ¿Come en casa de alguien que es probable que utilice dicha carne? ¿Toma parte en las ceremonias? La idolatría no era un asunto meramente teórico en Corintio. Era un problema de la vida real. Y hoy sigue siéndolo, aunque los ídolos y los sacrificios hayan cambiado.
1. Sobrevalorar su poder
El primer error que cometieron algunos de los corintios fue sobrevalorar el poder de la eucaristía para inmunizarlos contra los efectos destructivos de esta idolatría. Paul aborta el asunto en los versos 1-14. Pablo dice que los corintios se decían a si mismos: “comulgo con pan y vino, He recibido el bautismo. Estoy a salvo, nada puede hacerme daño, ni siquiera participar con mis amigos en las fiestas paganas. La eucaristía y el bautismo me ponen a salvo.
Cómo advierte Pablo a los corintios
Ahora bien, eso es un error grave. Y Pablo lo demuestra mediante la comparación de las bendiciones de los sacramentos cristianos del bautismo y la eucaristía con la bendición divina sobre Israel cuando atravesaron el Mar rojo y comieron el mamá milagroso en medio del desierto y bebieron agua que brotaba por intercesión divina de rocas del desierto, Mira cómo advierte a los corintios que confían en el poder de la comida y la bebida para mantenerse a salvo del juicio divino.
1 No quiero que ignoréis, hermanos, que nuestros antepasados estuvieron todos bajo la nube [es decir, la columna de nube que guió a Israel] y que todos atravesaron el mar [es decir, el Mar Rojo en el Éxodo de Egipto]; 2 de modo que todos quedaron vinculados a Moisés al ser bautizados en la nube y en el mar [es decir, los israelitas quedaron bendecidos por Dios con un tipo de liberación “a través del agua” tan importante como la de ustedes] 3 y todos comieron la misma comida espiritual 4 y bebieron la misma bebida espiritual porque ellos bebían de una roca espiritual que les guiaba; y la roca era Cristo [ es decir, el maná y el agua milagrosa eran presagios de lo que tenía que venir, tal y como dice el verso 6, es decir, la eucaristía] 5 Pero la mayoría de ellos no fue del agrado de Dios, pues sus cuerpos quedaron tendidos en el desierto [ es decir, que murieron en el desierto y no llegaron a ver la tierra prometida]. 6 Estas cosas sucedieron para que nos sirvieran de ejemplo y no codiciemos lo malo, como ellos hicieron. 7 No os hagáis idólatras, como algunos de ellos”.
Ver el error que estaban cometiendo los corintios
Ahora podemos ver el error que estaban cometiendo los corintios. Estaban sobrevalorando el poder de la eucaristía (y el bautismo) al pensar que sólo con comulgar bastaría para Dios y que estarían a salvo de su juicio, incluso si seguían participando de las fiestas paganas de sus amigos corintios.
Esto se acerca mucho a la forma en que millones de cristianos entienden la eucaristía hoy: como un dispensador de gracia, como un antídoto sacramental que les inmuniza frente a toda forma de idolatría mundana. Si acudes y comulgas estás a salvo. Y el resto de la vida puede estar tan enredado en la secularidad y el pecado como el resto del mundo. Pablo responde a esto: No, no estáis a salvo. Verso 12: “Así pues, el que crea estar en pie, mire no caiga”. La eucaristía no protege del juicio divino si en el camino morimos y nos quejamos y creamos ídolos al modo mundano. La mayoría de los israelitas quedaron tendidos en el desierto (v. 5) Y a usted podría sucederle lo mismo.
Ese fue su primer error: Sobreestimar el poder de la eucaristía para protegerles de los efectos destructivos de la idolatría. Sustituyeron la gloria común por la personal.
2. Minusvalorar su objetivo
El otro error que cometieron fue minusvalorar el objeto de la eucaristía como comunión con Cristo. La eucaristía no es un reparto externo de protección divina. Es una experiencia de comunión personal y espiritual con Cristo. Al comulgar, por la fe nos alimentamos de las bendiciones que Cristo compró con su sangre derramada y cuerpo roto. Y de esta forma esta comida realmente nos protege de la destrucción despertando en nosotros el deseo de huir de la idolatría, no nos hace sentir seguros frente a la idolatría.
Compartir el cuerpo y la sangre de Cristo
Veamos cómo aborda Pablo este tema. El verso 14 dice”Por eso, queridos, huid de la idolatría”. Más adelante les pide juzgar cuidadosamente lo que dice (v. 15), y luego en el verso 16 les da un argumento que debiera darles fuerza para huir de la idolatría que versa sobre la naturaleza de la eucaristía. Esta eucaristía es realmente poderosa, pero no de la forma en que los corintios la estaban usando. Él dice: “¿No es el vino de la bendición lo que compartimos al beber la sangre de Cristo? ¿No es el pan que partimos para compartirlo el cuerpo de Cristo?”
Ahora bien, ¿qué quiere decir esto? Esto es lo que nos hará huir de la idolatría, huir de las fiestas paganas en las que se rinde culto a los dioses (v.14) porque en la eucaristía compartimos el cuerpo y la sangre de Cristo. ¿Qué significa “compartir la sangre y el cuerpo de Cristo? ¿Significa eso que bebemos y comemos del cuerpo físico de Cristo? ¿O hay otro significado? Hay dos pistas en el contexto inmediato, uno en el verso 18 y uno en el verso 20. Ambos versos contienen esta idea de “compartir”. (Véase también 1:9).
Compartir los beneficios que compraron
En el verso 18 Pablo dice Fijaos en el Israel según la carne. Los que comían de las víctimas sacrificales ¿no estaban acaso en comunión con el altar? Esto no quiere decir que se comieran el altar. Quiere decir que compartieron los beneficios de lo que ocurrió en el altar. En el altar Dios quita la culpa y perdona el pecado y hace la paz y establece una comunión de acción de gracias y amor. De forma que compartir en el altar es compartir todo lo que Dios está haciendo en el altar.
Esto es probablemente a lo que se refiere Pablo en el verso 16 cuando dice que el pan es compartir el cuerpo de Cristo, y el vino compartir la sangre de Cristo. Cuando Cristo se sacrificó en la cruz y derramó su sangre y dio su cuerpo por nosotros Dios eliminó la culpa, perdonó sus pecados, hizo las paces y establece la comunión con todos los creyentes. Y el objetivo de la eucaristía es recibir de Cristo el alimento, fuerza, esperanza y alegría que viene de festejar nuestras almas en todo lo que él nos ha comprado en la cruz, especialmente su propia comunión. Compartimos el cuerpo y la sangre compartiendo los beneficios que compraron, incluido, tal y como dice el verso 17, nuestra unidad en el cuerpo de Cristo (tal y como vimos la semana pasada en Efesios 2 11-22).
Sostener y entrar en comunión con Cristo
Posteriormente el verso 20 utiliza esta palabra de nuevo “comunión” y nos ayuda a entender mejor lo que quiere decir el verso 16. Empieza en el verso 19: No penséis que estoy insinuando Que lo inmolado a los ídolos es algo, [aquí se cubre frente a cualquier interpretación errónea: No está en contra de la participación en fiestas paganas porque considere que los ídolos de madera y piedra sean algo]. Pues [dice el v.20] lo que inmolan los gentiles ¡lo inmolan a los demonios, y no a Dios! Y no quiero que entréis en comunión con los demonios.
Aquí utiliza el término clave de nuevo: Comunión. ¿Qué quiere decir? De nuevo no quiere decir que comamos demonios cuando comemos la comida ofrecida a los ídolos. Quiere decir que nos enredamos en su poder. Nos sometemos a ellos. Nos hacemos vulnerables a ellos. Entramos en cierto tipo de comunión. En cierto modo les confirmamos y les damos libertad de acción sobre nuestras vidas.
En conclusión, eso también forma parte del significado del verso 16, cuando dice que el vino y el pan es compartir el cuerpo y sangre de Cristo. La vida es comprometerse con Cristo y someterse a él, ser vulnerable a su presencia y darle vía libre en la propia vida y entrar en unión con él. Por eso recibe el nombre de comunión. Es comulgar con Cristo en vez de con los demonios.
Poder contra la idolatría
Y de este modo, lo que los corintios estaban infravalorando era el poder real de la eucaristía, que viene de su verdadero propósito, es decir, profundizar y fortalecer nuestra participación en los beneficios de la cruz o nutrir nuestra relación con el propio Cristo. Y la razón de este poder contra la idolatría se da en el verso 21: No se puede beber de la copa de Dios y de la de los demonios: no se puede formar parte de la mesa del Señor y de la de los demonios”. No puedes, porque cuando se forma parte realmente del vino y la mesa del Señor se recibe alimento, satisfacción, amor, deleite, confianza y comunión con el Señor. Eso es lo que significa compartir el pan y el vino de Cristo: sentarse con Jesús en el banquete de los beneficios de su muerte. En ese tipo de experiencia los ídolos y demonios pierden todo su poder y atractivo.
Aplicación
Concluyo con estas palabras de aplicación. El texto de hoy sobre la eucaristía realmente aborda lo que uno hace cuando no está en la eucaristía. Trata sobre la amenaza de la idolatría en nuestra vida cotidiana, Es una palabra de Dios que dice que lo que se experimenta con Cristo en la eucaristía no debe, no puede profanarse al sentarse en el banquete pagano durante la semana. Ustedes saben cuáles son los que hay en su vida. Yo digo en el nombre de Cristo y en las palabras de Pablo: Huid esta semana de la idolatría. Porque en esta mesa y esta mañana os habéis sentado con Jesús en el banquete de los beneficios de su muerte., y tal experiencia no debe ser profanada.
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