Jesús Está Intercediendo por Ustedes

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English: Jesus Is Interceding for You

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Por Sam Storms sobre Oración

Traducción por Laura Coloma


El autor de Hebreos dice que Jesús, nuestro sumo sacerdote, vive para realizar constantes e ininterrumpidas intercesiones por ustedes y por mí (7:25). Él siempre está presente y listo para brindarnos la ayuda que necesitamos cuando nos enfrentamos a la tentación o el estímulo que necesitamos cuando confrontamos desilusiones o la fuerza que necesitamos cuando encaramos debilidades o la sabiduría que necesitamos para darle sentido a la vida cuando parece tan absurda.

Entonces, ¿cómo debemos responder a esto? ¡Acérquense ahora a Dios a través de Jesucristo! ¿Qué es lo que más necesitan? ¿Es el perdón de los pecados y la liberación del horror de la culpa y la vergüenza que llevan en sus corazones? Si es así, ¡acérquense a él ahora! ¿Es la esperanza renovada que Dios tiene un propósito para sus vidas y que realmente arreglará todo para vuestro bien? Si es así, ¡acérquense a él ahora! ¿Son la paz y la alegría que trae su promesa que nunca los dejará o los abandonará? Si es así, ¡acérquense a él ahora!

Acercarse no significa tener que caminar los pasillos de una iglesia. Acercarse no requiere movimiento físico alguno. Sólo requiere desesperación y confianza y el clamor del corazón, “Oh, querido Dios que estás en el cielo: ¡ayúdame!, ¡líbrame!, ¡consuélame!, ¡sostenme!, ¡fortaléceme!, ¡lléname con tu perdurable amor y presencia para que pueda sobrevivir el día de hoy! ” Y si vienen a Dios de esta manera por medio de la fe en Jesucristo, él los escuchará.

¿Recuerdan el incidente en el cual Pedro niega a Jesús tres veces? Antes que sucediera, Jesús le dijo a Pedro: “Simón, Simón, mira que Satanás os ha reclamado para zarandearos como a trigo; pero yo he rogado por ti para que tu fe no falle; y tú una vez que hayas regresado, fortalece a tus hermanos” (Lucas 22:31-32).

Lo que nos dice Hebreos 7:25 es que Jesús continúa cumpliendo este papel por ustedes y por mí. Vive siempre para rezar por nosotros y para interceder por nosotros y para brindarnos la fuerza para soportar la tentación del enemigo y arrepentirnos cuando fallemos. La razón por la cual tengo esperanza y seguridad de que mis pecados nunca me desconectarán de Cristo es porque el mismo Cristo está sentado a la derecha del Padre intercediendo por mí, derramando sobre mí y en mí toda la fuerza de voluntad que necesito para seguir creyendo en él para la vida eterna.

Pablo dice casi lo mismo en Romanos 8:31-39.

Entonces, ¿qué diremos a esto? Si Dios está por nosotros, ¿quién estará contra nosotros? El que no eximió ni a su propio Hijo, sino que lo entregó por todos nosotros, ¿cómo no nos concederá también con El todas las cosas? ¿Quién acusará a los escogidos de Dios? Dios es el que justifica. ¿Quién es el que condena? Cristo Jesús es el que murió, sí, más aún, el que resucitó, el que además está a la diestra de Dios, el que también intercede por nosotros. ¿Quién nos separará del amor de Cristo? ¿Tribulación, o angustia, o persecución, o hambre, o desnudez, o peligro, o espada? Tal como está escrito: “Por causa tuya somos puestos a muerte todo el día; somos considerados como ovejas para el matadero.” Pero en todas estas cosas somos más que vencedores por medio de aquel que nos amó. Porque estoy convencido de que ni la muerte, ni la vida, ni ángeles, ni principados, ni lo presente, ni lo por venir, ni los poderes, ni lo alto, ni lo profundo, ni ninguna otra cosa creada nos podrá separar del amor de Dios que es en Cristo Jesús nuestro Señor.

¿Cómo puede Pablo estar tan seguro? Él es firme en su seguridad y confianza porque Jesucristo que murió y resucitó entre los muertos. ¡“está a la diestra de Dios…intercediendo por nosotros!”

¿Qué más puedo decirles? Acérquense a Dios a través de Jesucristo. ¡Ahora! Encuentren en él y en las bendiciones espirituales y los recursos abundantes que el provee, todo lo que necesitarán.



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