La Disciplina del Padre
De Libros y Sermones BÃblicos
Por Ligonier Ministries Staff
sobre Santificación y Crecimiento
Una parte de la serie Tabletalk
Traducción por Javier Matus
“Hijo mío, no menosprecies la disciplina del Señor, ni desmayes cuando eres reprendido por él; porque el Señor al que ama, disciplina, y azota a todo el que recibe por hijo” (Heb. 12:5b-6).
- Hebreos 12:5b-6
Es evidente que un problema al que se enfrentó el público original de la epístola a los Hebreos fue que ellos estaban viendo sus circunstancias sin mirar a Dios. Las exhortaciones a mirar a Jesús y considerar Sus pruebas (12:1-4) demuestran que este público estaba consumido por el dolor y no con el Único soberano sobre todas las cosas, incluyendo su dolor. Esto fue lo que estaba causando que tropezaran.
El pasaje de hoy apoya esta comprensión de su situación. En 12:5-6, el autor recuerda a su público que Dios disciplina a Sus hijos. Si hubiesen fijado sus ojos en Jesús y estudiado las Escrituras, habrían tenido una correcta comprensión de su situación. Habrían visto que sus sufrimientos eran de esperarse. Habrían visto que Dios a veces los usa para disciplinar a quienes Él ama. Tales sufrimientos demuestran que Dios los amaba y deseaba llevarlos a una relación más cercana y más santa con Él. Entonces ellos hubieran aceptado y soportado estos sufrimientos con confianza en lugar de considerar un regreso al antiguo pacto. Si hubiesen estado mirando a su Padre y el propósito que tenía en su sufrimiento, no habrían sido tan rápidos en cuestionar su compromiso con Cristo.
La idea de que Dios nos puede disciplinar, y que Él puede usar el sufrimiento para hacerlo, es difícil de entender para nosotros. No nos gusta pensar que Dios puede estar disgustado con nosotros en alguna ocasión. Además, la comprensión popular, pero incompleta, del amor de Dios que influye nuestra cultura hace que sea difícil ver cómo Dios puede tanto amarnos como permitir que las dificultades entren en nuestras vidas.
Hablaremos más de la idea de la disciplina y el sufrimiento en los próximos días. En este punto señalaremos dos cosas muy importantes. Primero, aunque Dios pueda permitir que el mal venga contra nosotros, Él no es en ningún caso responsable o culpable por ello (Santiago 1:13-14). Puede permitir el sufrimiento para disciplinarnos pero nunca es el autor Mismo del mal. Esto es misterioso, pero debemos afirmarlo porque la Biblia lo enseña.
Segundo, debemos recordar que Dios nos disciplina porque nos ama (Heb. 12:6). John Owen dice que el amor precede a la disciplina. Y porque el amor viene primero, permanecerá incluso cuando, en el cielo, ya no tengamos que ser disciplinados.
Coram Deo
Parte, pero no todo, del sufrimiento en nuestras vidas ocurre porque Dios está disgustado con nosotros. Si usted está teniendo que soportar un período de sufrimiento, pregúntese si Dios puede estar disciplinándolo por el pecado. Si es así, arrepiéntase de su pecado y recuerde que Dios lo disciplina porque Él lo ama.
Pasajes para Estudio Adicional
Jue. 4
2 Crón. 33:1-13
Prov. 3:11-12
Ap. 3:19
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