La Resurrección y la Vida

De Libros y Sermones Bíblicos

“Yo soy la resurrección y la vida, el que cree en mí, aunque esté muerto, vivirá” (Juan 11:25).

- Juan 11:17-27

Al llamarse a sí mismo el Buen Pastor, Jesús excluye a todos aquellos que rehúsan seguirlo. Las ovejas que sí lo siguen son incapaces de arrebatarse a sí mismas de la mano del Padre, y también están a salvo de todos los demás (Juan 10:27-28). Sus ovejas están seguras porque el Padre, quien le ha dado las ovejas al Pastor, es “mayor que todos”, y porque Él y Jesús ambos se proponen a mantener a su pueblo seguro (vv. 29-30). Los judíos luego intentan matar al Mesías por Su supuesta blasfemia. Y, una vez más, Jesús providencialmente escapa de sus garras (v. 39).

Estos eventos ponen el contexto para el siguiente dicho de “YO SOY” que encontramos: “Yo soy la resurrección y la vida” (11:25). Jesús se demora más allá del Jordán, y Su buen amigo Lázaro muere (11:1-16). Jesús regresa a Betania y descubre que Lázaro ha estado muerto por cuatro días (v. 17). Esto es significativo porque el pensamiento popular judío en ese momento decía que el alma visitaría periódicamente al cuerpo durante unos días después de la muerte. Jesús pospone Su regreso hasta que no hubiera esperanza o explicación de una resurrección por cualquier otro medio excepto un milagro.

Cuando Jesús llega a la escena, Él habla con Marta y con seguridad le dice que Lázaro vivirá de nuevo (v. 23). Marta está de acuerdo en que habrá una resurrección futura de todos (v. 24). Aunque la Biblia sí enseña de una resurrección física futura, Jesús no está discutiendo ese evento futuro en particular, sino que afirma: “Yo soy la resurrección y la vida” (v. 25). Una vez más, Él trae la atención de Su público a Sí Mismo, y no a otras cosas. Él se identifica con el mismo evento de la resurrección y el hecho de la vida. Él es la fuente y el poder de la resurrección. Él es el que otorga y garantiza la vida de Sus seguidores. Jesús demuestra la veracidad de esta increíble afirmación llamando a Lázaro del sepulcro.

En muchos sentidos, este es uno de los dichos más duros de Jesús que se encuentran en la Biblia. Si Cristo es la vida, ¿por qué entonces Sus seguidores encuentran la muerte física? La tensión se resuelve en que la vida que Jesús da llega cuando nuestros corazones son regenerados por el Espíritu Santo. Esta nueva vida espiritual no es destruida por la muerte física, sino que continúa más allá del sepulcro y se aplicará físicamente en el último día. La misma resurrección física de Cristo es la garantía de la resurrección física que seguimos esperando, y nos asegura que la muerte física será finalmente destruida a Su regreso.

Coram Deo

La resurrección de Cristo es el acontecimiento más importante registrado en la historia. Valida las declaraciones de Cristo sobre Sí Mismo, verifica Su expiación en la cruz y provee la esperanza de la vida eterna. Familiarícese con los relatos de la resurrección y alabe a Dios por resucitar a Cristo como las primicias de la resurrección por venir.

Pasajes para Estudio Adicional

Sal. 84:1-3
Dan. 12:1-4
Mat. 9:18-26
Ap. 1:8,17-18

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