La Unidad de los Santificados
De Libros y Sermones BÃblicos
Por Ligonier Ministries Staff
sobre La Encarnación
Una parte de la serie Tabletalk
Traducción por Javier Matus
“Porque el que santifica y los que son santificados, de uno son todos, por lo cual no se avergüenza de llamarlos hermanos” (Heb. 2:11).
- Hebreos 2:11-13
Los versículos anteriores nos informan que Cristo recibe gloria por causa de Su sufrimiento y que este sufrimiento le destaca como nuestro Sumo Sacerdote. Una vez establecido esto, el autor de Hebreos ahora pasa a describir la identificación del Gran Sumo Sacerdote con Su pueblo.
“El que santifica y los que son santificados de uno son todos” (2:11). Según el contexto, el que santifica es Jesús y los que son santificados son Sus discípulos. El único origen del cual habla el autor no puede referirse a un origen divino, ya que Cristo es deidad por naturaleza y nosotros no lo somos. Al contrario, el autor se refiere a algo que sucedió en la Encarnación. En la Encarnación, Cristo tomó una naturaleza humana y ahora posee toda nuestra humanidad. Lo único que le falta a Jesús es el pecado, pero eso no lo hace menos humano porque el pecado no es una parte inherente de la naturaleza humana como fue creada originalmente.
Con el fin de probar que Cristo comparte nuestra naturaleza humana común, Hebreos cita dos pasajes del Antiguo Testamento. El versículo 12 cita al Salmo 22:22. Este es el salmo que Jesús citó mientras Él sufrió en la cruz. Es un salmo mesiánico, expresando la esperanza de que Dios rescataría al que sufría. El salmista declara que va a alabar a Dios en medio de sus hermanos. Aplicando este texto a Sí Mismo, Jesús se hace uno con la naturaleza y la situación de Su pueblo. El autor de Hebreos acertadamente lo cita para mostrar que Jesús comparte nuestra humanidad.
Las citas que encontramos en Hebreos 2:13 se toman de Isaías 8:17-18, otro pasaje mesiánico bien conocido en los tiempos del Nuevo Testamento. Isaías 8:17 describe la confianza que Isaías debió tener en Yahvé, porque la gente de su época ignoró sus advertencias proféticas. John Owen nos dice que Cristo tenía esta misma confianza (Heb. 2:13), sólo porque Él comparte nuestra naturaleza humana con todas sus “necesidades y problemas.” Isaías 8:18 también es citado en Hebreos 2:13. Ante la apostasía nacional, Isaías y sus hijos, ambos fieles a Dios, eran señales del juicio a la nación de Israel. Del mismo modo, Jesús y los que le siguen como hijos, ambos fieles a Dios, también son señales del juicio en un mundo sin fe (1 Cor. 1:21-25).
Las Escrituras hebreas miran a un Mesías que es completamente Dios y completamente humano. En los próximos días, vamos a ver las ventajas que vienen de tener un Mesías que comparte en nuestra humanidad.
Coram Deo
La Biblia nos dice que Cristo es al mismo tiempo completamente Dios y completamente hombre. Aunque no podemos explicar cómo sea esto, es indescriptiblemente maravilloso que el Señor del Universo no pensó que asumir una naturaleza humana era algo despreciable. En oración, dé gracias a Jesús por compartir nuestra fragilidad para que podamos un día compartir en Su gloria.
Pasajes para Estudio Adicional
Gen. 3:14-15
Mic. 5:2
Juan 1:14
Phil. 2:4-11
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