La Verdad Eterna para el Gozo deTodos los Pueblos
De Libros y Sermones BÃblicos
Por John Piper sobre Misiones
Traducción por Ruben Saenz Serrano
Salmo 117 (LBLA)
«Alabad al SEÑOR, naciones todas: alabadle, pueblos todos.
Porque grande es su misericordia para con nosotros,
y la verdad del SEÑOR es eterna. Aleluya»
¿Quiénes Son los "Pueblos," y las Naciones?
Comencemos con las palabras "naciones" y "pueblos." "Alabad al SEÑOR, naciones todas: alabadle, pueblos todos". Hace unos cuantos años, después de predicar un sermón acerca de las misiones, una niña de nuestra iglesia preguntó a su mamá "¿pueblos, es una palabra?" Ella había aprendido que la palabra "pueblo" (en su significado de "gente") es ya plural y no necesita añadirle una "s". Pero allí está en el Salmo 117:1. De hecho, esto sucede 234 veces en la versión ESV de la Biblia.
La razón es que esta palabra puede ser hecha plural de la misma forma que "grupo" Un "grupo" está compuesto por gente. Y un "pueblo" también está compuesto por gente. Pero un grupo es un grupo porque hay algo que une a la gente. Y pueblo es un pueblo, porque algo une a la gente. Por tanto, puede haber "grupos" y puede haber "pueblos."
Lo que une a un "pueblo", en la forma como la Biblia usa el término pueblos no es principalmente la ubicación, sino la cultura, incluyendo cosas como el lenguaje y las costumbres, así como características físicas. "Naciones" y "pueblos" en la Biblia, no se refieren a estados políticos como Estados Unidos, España, Brasil, China, sino a agrupaciones étnicas, culturales o de lenguaje, dentro de esos estados políticos. Por ejemplo, si entras al sitio de internet "Origen Chino" (China Source) puedes ver, para comenzar, una lista de sesenta "pueblos" Chinos: (Dulong, Li, Lisu, Shui, Salar, Yao, etc.) Y en la Biblia puedes leer acerca de los "Jebuseos, los Amorreos, los Gergeseos, los Heveos, los Araceos, los Sineos, los Arvadeos, los Zemareos y los Amateos. (Génesis 10:16-18)
Entonces, cuando el Salmo 117:1 dice "Alabad al SEÑOR, naciones todas: alabadle, pueblos todos", significa: ¡Alabad al Señor Beluchistán de Pakistán! ¡Alabad al Señor Maninka de Guinea! ¡Alabad al Señor Bugis de Indonesia! ¡Alabad al Señor Wa de China! ¡Alabad al Señor Somalíes y Dakotas de Minneapolis!" Estos son la clase grupos a los que Jesús se estaba refiriendo cuando dijo, después de su resurrección: "Toda autoridad me ha sido dada en el cielo y en la tierra. Id, pues, y haced discípulos de todas las naciones (panta ta ethne, la misma frase que en el Salmo 117:1, LXX) Estos son los grupos a los que Jesús se refirió cuando dijo: "Y este evangelio del reino se predicará en todo el mundo como testimonio a todas las naciones, y entonces vendrá el fin" (Mateo 24:14).
Por tanto, la gran pregunta para los seguidores de Jesús hoy día es, o debería ser, ¿Cuántos pueblos hay y cuántos todavía no han sido alcanzados con el evangelio del reino? ¿Cuántos todavía no tienen una iglesia para obedecer al Salmo 117 y alabar al Señor?
Vamos a tomar como ejemplo un esfuerzo confiable de investigación, la inmensa Junta Internacional de Misiones de los Bautistas del Sur. Para sus propósitos misioneros calculan en 11.227 los grupos de gente en el mundo. De todos esos, 6.614 tienen menos del 2% de cristianos evangélicos. De esos, 68 pueblos tienen una población de 10 millones; 433 con poblaciones de 1 a 10 millones; 1.452 entre cien mil y 1 millón.
Si oyes a alguien decir que el día de las misiones Occidentales ha terminado, sabes que hay algo equivocado en su cabeza o su corazón. Tal vez no creen que el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo tenga que ser alabado por todos los pueblos. O tal vez no creen que nadie perezca en realidad sin el evangelio. O creen que la gente local puede hacer un trabajo mejor que la gente Occidental (lo cual es no entender el punto principal: no hay ninguna gente local –o ninguna lo suficientemente fuerte–, capacitada para hacer el trabajo; ese es el significado de "no alcanzado"; y la gente cercana ya alcanzada puede ser culturalmente menos aceptable que los Occidentales.) El día de las misiones Occidentales no ha terminado. Y el día que pensemos que se han terminado, será el día que puedan escribir "desamparada" sobre la puerta de esta iglesia. Dios quiere que nosotros nos involucremos con él para hacer cumplir el Salmo 117: "Alabad al SEÑOR, naciones todas: alabadle, pueblos todos"
Si tienes hijos que no saben que "pueblos" es una palabra, y por qué es una palabra, te sugiero que te suscribas al Global Prayer Digest, (Revista de Oración Mundial) les leas una historia y oren por un grupo diferente de gente cada día. Nuestros muchachos crecieron con las historia del Global Prayer Digest a la hora del desayuno cada día, y ahora Talitha también. Es por eso que nuestros cuatro hijos hicieron viajes misioneros mientras eran adolescentes. Oh, si fuéramos una iglesia donde los niños y los jóvenes conocieran que "pueblos" es una palabra, pero que también consideraran las misiones cortas como unas vacaciones normales y que también consideraran los peligros y las cargas y el gozo de las misiones vocacionales como un regalo que todos deberían considerar recibir.
¡Oh, que los niños, los jóvenes y los adultos de Bethlehem se puedan liberar de nuestro pequeño mundo de familia, amigos e iglesia y de la cultura americana! Jesucristo está construyendo su iglesia en todo el mundo. Debemos pensar, sentir y trabajar junto con Él en esta causa. Quien sabe cuántos de nuestros problemas personales se deben a nuestra estrechez de pensamiento y a la pequeñez de nuestros afectos en relación a los propósitos mundiales de Dios. ¡Que el Señor nos dé una mente y un corazón capaz de conocer, amar y alcanzar a toda la gente del mundo para la gloria de nuestro Salvador!
No estemos entre las personas que no ven que el mundo y la iglesia han cambiado dramáticamente en los últimos cien años –el siglo misionero más grande de nuestra historia. Escuchemos lo que dice Andrew Walls en su libro El Proceso Trans-Cultural en la Historia del Cristianismo:
[El siglo veinte] ha visto esta gran recesión de la fe cristiana en Occidente, e igualmente a habido este ascenso masivo de esa misma fe en el mundo no Occidental. [Al inicio del siglo] más del 80 por ciento de aquellos que profesaban el Cristianismo, vivían en Europa o en Norte América. Ahora cerca del 60 por ciento vive en el sur de los continentes de África, Asia, América latina y el Pacifico, y esa proporción crece anualmente. El cristianismo comenzó el siglo como una religión occidental, en verdad, la religión de Occidente; pero terminó el siglo como una religión no Occidental, y con la tendencia a continuar progresivamente más en ese camino. (Maryknoll, N.Y.: Orbis Books, 2002, pp. 63-64)
Nosotros no estamos en el centro. Dios puede o no haber terminado con nuestra absorbente prosperidad en América. Pero ciertamente, está poniendo a otros en el mapa cristiano para humillarnos y llamarnos a confesar y regocijarnos en que otros sean mucho más efectivos en terminar la Gran Comisión que nosotros. La dinámica de la iglesia y de las misiones nunca será la misma.
Un pequeño ejemplo es la forma en que el debate en la Comunión Anglicana acerca de clérigos homosexuales se está desarrollando a escala global. Hay más Anglicanos en Nigeria que en Inglaterra y Estados Unidos juntos. Sus obispos son bíblicamente conservadores y votan. ¿Quién habría soñado hace solamente treinta años, que los poderosos y liberales obispos Occidentales serían llamados bíblicamente a cuentas por las iglesias que ellos plantaron en África?
Este es el nuevo mundo en el cual vivimos. Este es el mundo al que Dios está guiando y dando forma para su gloria. Por lo tanto vamos a unirnos a Él en su gran propósito global y a no estemos limitados en nuestros pensamientos, sentimientos y acciones hacia nuestras preocupaciones locales. Vamos a entregarnos a las misiones, ya sea yendo o enviando.
El Propósito de Dios para las Naciones y los Pueblos
El propósito de Dios para la gente de la tierra es claro en el Salmo 117, y vamos a ir a esa segunda palabra. La primera palabra fue "pueblos" o "naciones". Ahora la segunda es "alabar". Versículo 1: "Alabad al SEÑOR, naciones todas: alabadle, pueblos todos". Este es el propósito de Dios: que Él sea alabado por toda la gente, que sea muy alabado; que Él sea visto y probado y revelado como grande.
Las misiones son un movimiento trans-cultural dirigido a ayudar a la gente a parar de centrarse mucho en ellos mismos y comenzar a centrarse en su Creador. Las misiones son un esfuerzo trans-cultural para transformar los corazones de la gente, de manera que Él sea sentido como más digno de alabanza que las estrellas deportivas, o el poderío militar, o los logros artísticos o cualquier otra cosa que Dios haya creado. Las misiones son un intento trans-cultural para ayudar a que la gente experimente a Dios como su Tesoro que está por encima de todos los tesoros de la tierra por siempre. Es una lucha de vida o muerte para darle a la gente vida eterna, la cual consiste en conocer y disfrutar de Dios para siempre.
Las misiones están diciendo a las naciones que alaben a Dios, y luego dándoles evidencias de que esto es bueno y enseñándoles cómo Dios preparó el camino para que lo hagan, por medio de la sangre y la rectitud de Jesucristo. Los misioneros no dicen solamente el Salmo 117:1 "Alabad al SEÑOR, naciones todas" Dicen también el Salmo 147:1 "Alabad al SEÑOR porque es bueno cantar alabanzas a nuestro Dios; porque agradable y apropiada es la alabanza." Nosotros no decimos solamente: "¡Alabad al Dios verdadero a través de su Hijo Jesús!" Damos también las razones. Explicamos quién es El y cómo es El y cómo El ha trabajado a través de la historia y cómo nos ha hablado en la Biblia y en su Hijo. Nosotros damos las razones de por las que alabar a Dios es la única respuesta segura y satisfactoria para Él. Lo ponemos claro: No alabar es perecer.
Aquí vamos a enfrentar un problema. No todo el mundo escucha el Salmo 117:1 como buenas noticias. La orden de Dios de alabarle suena realmente vana para mucha gente. Por ejemplo, Michael Prowse, escribiendo en el Financial Times de Londres el 31 de Marzo pasado, dijo:
La adoración es un aspecto de la religión que siempre encontré difícil de entender. Supongamos que postulamos un ser omnipotente, el cual, por razones inescrutables para nosotros decide crear algo distinto de él mismo. ¿Por qué él . . . esperaría que le adoremos? Nosotros no pedimos ser creados. Nuestras vidas son a menudo problemáticas. Sabemos que los tiranos humanos, hinchados de orgullo, ansiaron ser adulados y homenajeados. Pero un Dios moralmente perfecto, seguramente no tendría defectos de carácter. Por lo tanto, ¿Por qué está esa gente de rodillas todos los Domingos? (Financial Times, Marzo 31 2002, p.2)
En otras palabras, el único incentivo que Prowse puede pensar para que Dios demande nuestra alabanza, es que Él tiene una necesidad - un defecto. Pero, ¿Qué pasa si nosotros tenemos la necesidad, y esa necesidad es ver una infinita belleza y gozarla tanto que se derrame en auténtica alabanza? ¿Qué pasa si la admiración realmente es el más alto placer y Dios es el ser más admirable del universo? Si ese fuera el caso, ¿no sería la demanda de Dios de que le alabemos, una demanda para nuestra máxima alegría? ¿Y no llamaríamos a eso amor? C. S. Lewis batalló con eso mismo, e hizo un gran descubrimiento:
Pero el hecho más obvio acerca de la alabanza, sea a Dios o a cualquier cosa, extrañamente se me escapaba; lo pensé en términos de cumplido, aprobación, o el de dar honor. Nunca noté que ese gozo brota espontáneamente. Y se desborda en alabanza, aún cuando (algunas veces incluso si) la vergüenza o el temor de aburrir a otros, aparece deliberadamente para controlarlo. El mundo resuena con alabanzas –amantes alabando a sus amadas, lectores a sus poetas favoritos, caminantes alabando el paisaje, jugadores alabando su juego favorito— se alaba el clima, los vinos, los platillos, los actores, los motores, los caballos, los colegios, los países, los personajes históricos, los niños, las flores, las montañas, los sellos raros, escarabajos raros, y algunas veces hasta a políticos y estudiosos. No había notado cómo la más humilde y al mismo tiempo las más equilibradas y capaces de las mentes alababan más, mientras que los locos, los inadaptados y los descontentos alaban menos.…
Tampoco había notado que de igual manera que los hombres alaban espontáneamente lo que valoran, también espontáneamente nos urgen a unirnos a ellos en alabarlo: "¿No es preciosa? ¿No fue glorioso? ¿No crees que es magnífico?" Cuando el salmista le dice a todo el mundo que alabe a Dios, está haciendo lo que todos los hombres hacen cuando hablan de lo que les importa. Mi entera y más general dificultad acerca de alabar a Dios dependía de absurdamente negarnos, en relación con lo supremamente valioso, lo que nos deleitamos en hacer, lo que verdaderamente no podemos dejar de hacer, con todo lo demás que valoramos.
Pienso que nos deleitamos en alabar lo que disfrutamos, porque la alabanza no solamente expresa, sino que complementa el gozo; es su consumación. (C. S. Lewis, Reflexiones de los Salmos, New York: Harcourt, Brace and World, 1958, pp. 93-95)
La razón por la cual Dios busca nuestra alabanza no es porque Él no esté completo hasta que la tenga. Está buscando nuestra alabanza porque no estará feliz hasta que se la demos. "Alabad al SEÑOR, porque bueno es cantar alabanzas a nuestro Dios, porque agradable y apropiada es la alabanza." (Salmo 147:1) Por lo tanto, cuando decimos que las misiones son el esfuerzo trans-cultural de ayudar a la gente para alabar a Dios, queremos decir que las misiones son amor, no arrogancia.
Las misiones están llamando al mundo a hacer aquello para lo cual fue creado, es decir, el disfrutar alabando a Dios por siempre. Si las misiones no alcanzan a los pueblos con el evangelio de la gloria de Dios, en el nombre de Cristo, Dios será deshonrado y la gente será miserable, por siempre. Por lo tanto, nos mueven dos motivos (que resultan ser uno solo) la gloria de Dios y el bien del hombre. Son uno solo porque la alabanza a Dios es la consumación del gozo en Dios.
La Base Para la Alabanza de los Pueblos
Finalmente, note la base para la alabanza de los pueblos. "Alabad al SEÑOR, naciones todas: alabadle, pueblos todos. Porque grande es su misericordia para con nosotros, y la verdad del SEÑOR es eterna. Alabad al SEÑOR"
Sorprendentemente, esta base nos lleva inevitablemente a Jesucristo, como la base de la alabanza de las naciones. ¿Cómo? Note que la base de la alabanza de las naciones es el amor y fidelidad de Dios hacia Israel. "Alabad al SEÑOR, naciones todas: alabadle, pueblos todos. Porquegrande es su misericordia para con nosotros." ¡Dios es amoroso y fiel a Israel! Por lo tanto, ¡alaben a Dios todas las naciones y pueblos que están fuera de Israel!
¿Por qué es la bendición del amor y fidelidad de Dios a Israel la base para la alabanza de todas las naciones y todos los pueblos? Una respuesta resumen desde la Biblia dice lo siguiente cuando Dios escogió a Abraham, padre de la nación de Israel, dijo en Génesis 12:2-3 (LBLA): "Haré de ti una nación grande, y te bendeciré, y engrandeceré tu nombre, y serás bendición. Bendeciré a los que te bendigan, y al que te maldiga, maldeciré. Y en ti serán benditas todas las familias de la tierra." Todas las familias de la tierra –todas las naciones, todos los pueblos– serán benditos a través de Abraham.
¿Cómo? Porque la decisiva y fundamental semilla de Abraham fue el Mesías, el Hijo de Dios, el Salvador del mundo, Jesucristo. Pablo lo puso de esta manera en Gálatas 3:16 (LBLA): "Ahora bien, las promesas fueron hechas a Abraham y a su descendencia. No dice: 'y a las descendencias', como refiriéndose a muchas, sino más bien a una: 'y a tu descendencia', es decir, Cristo." Este Jesucristo se ofrece a sí mismo como el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo, no solamente el pecado de Israel (Juan 1:29) Él dice que todos los que creen en Él no perecerán sino que tendrán vida eterna (Juan 3:16) El extiende sus manos a Israel y a las naciones, y dice: "Venid a mí, todos los que estáis cansados y cargados, y yo os haré descansar" (Mateo 11:28, LBLA). Y luego, les dice a sus discípulos: "Toda autoridad me ha sido dada en el cielo y en la tierra. Id, pues, y haced discípulos de todas las naciones . . . yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo" (Mateo 28:18-20, LBLA)
Entonces, cuando el Salmo 117 dice: "Alabad al SEÑOR, naciones todas: alabadle, pueblos todos. Porque grande es su misericordia para con [Israel]. . ." eso significa finalmente, alabad a Dios todos los pueblos porque a través de Israel, un Salvador vendrá al mundo. Él llevará vuestros pecados. El cumplirá las demandas de Dios en vuestro nombre. El morirá por vosotros y resucitará y se sentará a la diestra de Dios. Y El vendrá a juzgar a los vivos y a los muertos.
Y hasta que llegue ese momento Él está reuniendo a sus elegidos de entre todos los pueblos del mundo, a través de la labor fiel de las misiones de su iglesia. Un día, El será alabado algún día por toda lengua, tribu, pueblo y nación. Esa es su meta. Y El nos llama a todos a ir o a enviar.
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