Lenin, Francisco y Pablo
De Libros y Sermones BÃblicos
Por John Piper
sobre Biografía Cristiana
Una parte de la serie Taste & See
Traducción por Alexandra Tapia
Vladimir Ilyich Lenin, el revolucionario ruso que fundó el Bolchevismo, y que luego se denominó Comunismo Soviético, dijo, “Cometí un error. Sin lugar a duda, una multitud oprimida tenía que ser liberada. Pero nuestro método únicamente provocó mayor opresión y masacres atroces. Mi pesadilla viva es encontrarme perdido en un océano rojo con la sangre de innumerables víctimas. Es muy tarde ahora para cambiar el pasado, pero lo que se precisaba para salvar Rusia eran diez Franciscos de Asís.” (Cartas sobre Ateísmo Moderno)
No puedo dejar que pase 1981 sin mencionar palabra alguna sobre San Francisco, este año es el aniversario 800 de su nacimiento. Giovanni di Pietro di Bernardone vivió en Italia y fue el fundador de la orden Católica de los Franciscanos. La Regla de 1221, que escribió para los frailes de la orden, prescribe que “vivan en obediencia, castidad y pobreza”.
Navidad es un tiempo de gran gozo, y San Francisco es conocido por el deleite y su gratitud por todas las cosas. Por lo que pienso que haríamos bien en escuchar una conversación que una vez tuvo con su Hermano Leo sobre la fuente de la alegría perfecta (extraído de Las Pequeñas Flores de San Francisco):
Un día de invierno cuando él y su Hermano Leo caminaban por el sendero de Perugia a Asís, Francisco llamó a Leo cinco veces en el muy frío invierno, cada vez para decirle qué no era la alegría perfecta: “Hermano Leo, incluso cuando un Fray Menor de vista al ciego, cure al paralítico, saque a los demonios, devuelva el oído a los sordos, haga a los cojos caminar, y reponga el habla a los sordomudos, y lo que es más reviva al hombre que ha estado muerto por cuatro días, escribe que eso no es la alegría perfecta”. Y así continuó con diferentes enumeraciones de éxitos e incluso alegrías espirituales. Y cuando estuvo hablando de esta manera durante dos millas, el Hermano Leo en gran asombro le preguntó, “Padre, en el nombre de Dios te ruego decirme ¿dónde se encuentra la alegría perfecta?”
Y Francisco respondió: “Cuando venimos de Portiuncula, empapados por la lluvia y congelados por el frío, todo sucios con lodo y hambrientos, y tocamos a la puerta de nuestro monasterio y el hermano portero vino y nos dijo enojado: “¿Quiénes son ustedes? y dijimos: “Somos dos de tus hermanos”. Y nos contradijo diciendo:”Están mintiendo. ¡Váyanse!” y no nos abrió la puerta, y nos dejó afuera parados en la nieve y la lluvia, en el frío y con hambre hasta que llegó la noche – luego soportamos todos esos insultos y crueles rechazos pacientemente, sin molestarnos y sin quejarnos y nos mostramos humildes y cariñosos para que el hermano portero lo notara. ¡Oh, Hermano Leo, escribe que la alegría verdadera se encuentra allí!
“Y si continuamos tocando la puerta y el portero viene y nos hecha con insultos y furia – y si lo soportamos pacientemente y tomamos los insultos con alegría y amor en nuestros corazones. ¡Oh, Hermano Leo, escribe que esa es la alegría perfecta! Y ahora escucha la conclusión: Por sobre todas las gracias y regalos del Espíritu Santo que Cristo otorga a sus amigos está la de conquistarse a sí mismo y de buen grado resistir los sufrimientos, insultos, humillaciones y pesares por el Amor de Cristo”.
A la búsqueda de Filipenses 3:10,
Pastor John
Vota esta traducción
Puntúa utilizando las estrellas