Los Días Pasados

De Libros y Sermones Bíblicos

“Pero traed a la memoria los días pasados, en los cuales, después de haber sido iluminados, sostuvisteis gran combate de padecimientos” (Heb. 10:32).

- Hebreos 10:32-33

En los últimos días hemos estado examinando las exhortaciones que el autor de la carta a los Hebreos da a su público con el fin de ayudarles a permanecer fieles al Evangelio. Hemos visto que es necesario que los cristianos se animen unos a otros (10:24-25), para que puedan vencer al pecado deliberado (vv. 26-27). Tal pecado llevará a la persona a la apostasía y al terrible juicio que vendrá a todos los que profesan la fe en Cristo pero luego se apartan (vv. 28-31).

Estas enseñanzas pueden ser difíciles de recibir. Señalan una de las muchas tensiones en la que ahora debemos vivir. Sabemos que Dios preserva a todos aquellos que tienen verdadera fe (Juan 6:39; Rom. 8:29-30). Pero al mismo tiempo vemos que contribuimos a nuestra perseverancia. Nos aferramos a nuestra fe; nos esforzamos a crecer en la gracia.

Esto no quiere decir que nos ganamos la salvación. Nuestros esfuerzos no añaden a nuestra redención, ni son meritorios en ningún sentido. En resumen, la única razón por la cual nos aferramos a Cristo es por la obra soberana del Espíritu Santo en nuestros corazones. Sin embargo, Dios ha ordenado que una manera en la que Él nos preserva es dándonos advertencias que nos motivan a tomar la decisión real y significativa para perseverar.

Las advertencias en Hebreos 10:26-31 nos pueden dar la impresión de que nadie en el público original de esta epístola tenía verdadera fe. Pero este no es el caso. El pasaje de hoy comienza a ofrecer algo de consuelo y seguridad al público con respecto al estado de sus almas. Los versículos 32-39 nos recuerdan una vez más que el autor tenía la confianza de que algunos, si no todos, en su público eran verdaderos creyentes y que perseverarían hasta el fin. Como hemos dicho antes, esa confianza sólo es posible porque sabía que aquellos con verdadera fe nunca pueden perder su salvación.

En los versículos 32-33 el autor llama a su público a recordar el día en que primero fueron iluminados; en esos días cuando se sostuvieron en la fe a pesar de todos sus padecimientos. Nuestro autor está diciendo que si ellos pudieron soportar en ese entonces, todavía podían soportar en este punto más adelante en sus vidas.

Vemos que, si bien no debemos basar nuestra seguridad únicamente en una decisión que hicimos hace años, todavía es oportuno recordar los días cuando primero nos convertimos. Porque cuando hacemos esto, recordamos la alegría y la seguridad que Cristo da a Sus hijos, la alegría y la seguridad que pueden ser nuestras de nuevo si seguimos perseverando en la fe.

Coram Deo

¿Está luchando porque no siente nada de la alegría o la seguridad que deberíamos tener como creyentes? Si es así, recuerde su conversión u otros momentos de su vida cuando se sintió particularmente cerca de Dios. Deje que estas evidencias anteriores de la obra de Dios en su vida le motiven a que confíe en las promesas de Dios.

Pasajes para Estudio Adicional

Isa. 46:8-10
Jer. 2:1-3
Fil. 1:3-11
Col. 2:1-5