Los Grandes Triunfadores Son los Grandes Creyentes
De Libros y Sermones BÃblicos
La mayoría de las personas quieren que sus vidas cuenten para algo. Algo profundo dentro de ellos quiere hacer alguna clase de diferencia en el mundo, dejar una marca, un legado duradero. Es un anhelo del significado de hacer algo “grandioso”.
Pero para la mayoría de las personas, este deseoso estado fracasa porque no creen que lo que es verdaderamente grandioso es grandioso. Ellos creen en el oro de los tontos de la falsa grandeza alcanzada a través de los logros personales.
Falsa Grandeza
¿Ha notado que en la Biblia, Dios ignora en gran medida todos los acontecimientos y personas que habrían recolectado los titulares del mundo antiguo y habría tenido todos los expertos dominicales de esa época discutiendo y debatiendo seriamente? Para la mayor parte, Dios ignora a las personas “grandiosas”. Él no está del todo impresionado con los edificadores de imperios, grandes líderes políticos, genios militares, filósofos, poetas, escritores, artistas, arquitectos, animadores y otros triunfadores históricos. Cuando los menciona, a menudo es para exponer la ridiculez de su exagerado sentido erróneo de la grandeza personal. El Faraón en Éxodo y Nabucodonosor en Daniel son los ejemplos modelos de la falsa grandeza. Ellos al menos obtienen una mención bíblica, aunque quizás ellos hubieran preferido la oscuridad. Incluso Dios no quiso desperdiciar su tinta en la mayoría restante.
Cuando los ojos de Yahvé recorrieron toda la tierra para fortalecer a aquél quien fuese grandioso ante sus ojos (Segundo Libro de las Crónicas 16:9), las grandezas mundanas no capturaron su atención.
Verdadera Grandeza
¿Quién capturó Su atención? Las personas como Abraham.
Por las normas mundanas, ¿qué logró Abraham realmente durante su vida? ¿Qué tenía que mostrar por su vida cuando murió? No mucho. Tuvo pocos hijos, poseía una pequeña pieza de propiedad (un sepulcro-cueva) y alguna riqueza en el ganado. Y aún así Abraham, por las normas de Dios, fue uno de los hombres más grandiosos que haya vivido.
¿Qué hizo que Abraham fuera grandioso? Una cosa: Abraham creía en Dios (Génesis 15:6, Gálatas 3:6). Creía en Dios con todo su ser. Inclinó su vida en la creencia que Dios existía y recompensó a aquellos quienes lo buscaban (Hebreos 11:6). Creía tanto en las promesas de Dios, que incluso no tenía que recibir lo que se le había prometido en su vida (Hebreos 11:13). Y su creencia en Dios lo llevó a obedecer la llamada de Él para dejar a sus semejantes y su cultura e ir a vivir en una tierra extranjera como un forastero y exiliarse por bien de la gloria de Dios y sus futuros propósitos (Hebreos 11:8–9, 13). Y la obediencia llena de fe de Abraham para buscar el reino de Dios fue la primera que cambió el curso de la historia de la humanidad — y todavía la está cambiando.
Nota esto: Los contemporáneos terrenales de Abraham son vagamente recordados y ninguno, excepto aquellos quienes compartieron su fe en Dios, continúan haciendo una diferencia en el mundo.
¡Renuncia a la Búsqueda de una Grandeza Desperdiciada!
¿A cuál búsqueda de grandeza estás dedicando tu vida? ¿Qué es lo que deseas lograr? ¿Qué es lo que realmente crees que va a hacer la más grande diferencia en el mundo? De cómo respondas estas preguntas, dictará cómo invertirás la única vida que tienes que vivir.
No creas las promesas de la falsa grandeza. Nabucodonosor era aproximadamente tan alto como un triunfador humano pueda ser y su grandeza era comparada erróneamente a la de Abraham. ¡Renuncia a la búsqueda de una grandeza desperdiciada! Nunca la encontrarás en los logros que más admira el mundo.
Las personas verdaderamente grandes a los ojos de Dios no son los grandes triunfadores sino los grandes creyentes. Realmente creen en Dios y por tanto buscan primero su reino (Mateo 6:33). Saben que ellos no tienen grandeza por su cuenta — toda la grandeza es de Dios — así que son libres de ser sirvientes de todos (Marcos 9:35). Porque saben que aquí ellos “no tienen una ciudad duradera” (Hebreos 13:14) sus ojos están establecidos con la ciudad con bases duraderas (Hebreos 11:10). Allí es donde yacen sus tesoros (Mateo 6:20), y así ellos son felices de prescindirse de ellos aquí a medida que Dios los llama. Y los grandes creyentes tienen la voluntad de ir a tierras extranjeras y vivir con las promesas de Dios por el bien de los propósitos de Dios para bendecir a todas las familias sobre la tierra (Génesis 28:14, Mateo 28:19–20).
La verdadera grandeza de la gloria de Dios y sus propósitos globales es la carga y llamada de este libro: Cross: Unrivaled Christ, Unstoppable Gospel, Unreached Peoples, Unending Joy (La Cruz: Cristo inigualable, Evangelio indetenible, Personas inalcanzadas, Alegría interminable). Es una llamada a nosotros para rendirnos de las búsquedas de los engaños efímeros y desperdiciados de la grandeza y vivir una verdadera vida grandiosa de fe radical en Dios, siguiéndolo a medida que lidera a todo el mundo con el fin que el evangelio sea predicado y creído por cada grupo de personas sobre la faz del planeta. Esto es lo que Dios está haciendo en el mundo. Todos los eventos que capturan los encabezados de hoy día, un día parecerán como notas al pié históricas en comparación.
Al final, los grandes creyentes son los verdaderos grandes triunfadores. Edifican la casa que Dios está construyendo y por tanto la casa única y más grandiosa es la que durará (Salmos 127:1). Lo que tienen que mostrar de sus vidas cuando mueran no pudiera parecer mucho. Pero lo que han construido seguirá creciendo por siempre. Hará una eterna diferencia, dejará una marca eterna, un legado interminable.
No dejes que tu deseo por la grandeza fracase. Haz valer tu vida por la única cosa que realmente importa.
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