Los Hechos del Espíritu y los Apóstales
De Libros y Sermones BÃblicos
Por Burk Parsons
sobre Resumenes de Los Libros de La Biblia
Una parte de la serie Tabletalk
Traducción por Mary Ann Ramirez
Se sorprenderán saber que Saint Andrews, la iglesia donde el Dr. Sproul y yo servimos comos pastores, tiene muchos miembros quienes han venido de las iglesias Pentecostés y carismáticas. Cuando se unen a nuestra congregación, les urjo que no dejen atrás el Espíritu Santo. Parece haber una tendencia que a los creyentes dentro de las iglesias Presbiterianas y Reformadas les olvida la persona y el poder del Espíritu Santo. Aunque históricamente esto no es el caso y aunque magistralmente no debería de ser así, tristemente, parece que a menudo lo es.
Cuando algunos Cristianos llegan a entender la soberanía de Dios y la manera en que el Señor usa pactos para obrar en la historia que redime, a veces extravían la preciosa doctrina bíblica de la persona y obra del Espíritu Santo dentro de y por medio de su gente. Y haciendo eso, su teología, evangelismo, oraciones, y adoración sufran. Aunque saben y pueden defender causalidad primaria (Dios es la cuasa primaria de todos las cosas que ocurren), parece que se les olvida de la doctrina de causalidad secundaria (Dios providencialmente ordena que todas las cosas ocurran según la naturaleza dentro de y por medio de su creación y criaturas). Sabemos que Dios es soberano sobre todo y que Él también ha decretado los finales, pero se nos olvida demasiadas veces que Él también ha decretado los medios a esos fines (Hechos 2:23). Aunque es verdad que Dios conoce el final desde el principio, Él es también sabiamente y providencialmente orquestando todas las cosas de principio a fin, ambos en la iglesia y en el mundo, ambos en el reino natural y en el reino supernatural. El Espíritu Santo habilita, prepara y envalentona a aquellos en los cuales él mora para orar, predicar, evangelizar, amaestrar, e inclusive morir.
Acercándonos a la gran historia de la iglesia en el libro de Hechos, la pregunta muchas veces se hace: ¿Deberíamos llamar a éste libro Los Hechos de los Apóstoles o deberíamos llamarlo Los Hechos del Espíritu Santo? Tuviéramos razón con ambos nombres. El relato de Lucas, como cada relato histórico alguna vez escrito (explícito o no), muestra la majestad soberana de la actividad redimidor-misional de nuestro Dios (la santa trinidad) en el mundo dentro de y por medio de las vasijas débiles y rotas como nosotros, quienes por su gracia no pueden ni podrán dejar atrás al Espíritu Santo quien va delante de nosotros y mora dentro de nosotros.
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