No desperdicien su vida (Mensaje)
De Libros y Sermones BÃblicos
Por John Piper
sobre Santificación y Crecimiento
Una parte de la serie Campus Crusade Christmas Conference
Traducción por Karina Cappelletti
Conferencia de Navidad de la Cruzada Estudiantil
Minneapolis, MN
Mientras nos reunimos en esta noche de 29 de diciembre de 2003, el número de cadáveres de los muertos en el terremoto en Bam, Irán, se sitúa en unos 25.000. Esto significa que la vida de muchos seres humanos se apagó en una mañana. Se siente la magnitud personal de esto cuando se lee que durante la excavación para encontrar a su familia un padre se desmaya cuando descubre la mano de su hija adolescente muerta, o cuando se lee de una criatura encontrada con vida en los brazos de su madre muerta.
Lo que agrega a esta calamidad de fin de año un toque de sensación apocalíptica no es sólo su magnitud -casi diez veces la pérdida de vidas humanas que nuestro desastre del 9-11- sino también las otras catástrofes que ocurrieron en los últimos días, además de este terremoto: 13 personas arrastradas por un alud de lodo en California, 6 enterrados en una avalancha en Utah, 111 murieron en un accidente de avión en Benin, 198 envenenados por una fuga de gas en China. Y estos son sólo los que llegan a las noticias. Nos quedaríamos boquiabiertas de asombro si miramos los accidentes de automóvil en los cuales murieron 50.000 personas en Estados Unidos este año.
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¿Qué quiere Jesús que aprendamos sobre nuestras vidas de estas calamidades?
Una respuesta se encuentra en Lucas 13:1-5. La gente le preguntó a Jesús acerca de una calamidad en la que Pilato había matado a personas mientras estaban adorando y mezclaron su sangre con la de sus sacrificios. Jesús responde:
¿Pensáis que estos galileos eran más pecadores que todos los demás galileos, porque sufrieron esto? 3 Os digo que no; al contrario, si no os arrepentís, todos pereceréis igualmente. 4 ¿O pensáis que aquellos dieciocho, sobre los que cayó la torre en Siloé y los mató, eran más deudores que todos los hombres que habitan en Jerusalén? 5 Os digo que no; al contrario, si no os arrepentís, todos pereceréis igualmente.
Jesús podía llorar por las pérdidas desgarradoras de las personas (Lucas 19:41, Juan 11:35). Y la Biblia nos dice claramente: "Llorad con los que lloran" (Romanos 12:15). Pero cuando las emociones acumuladas se alivian un poco, las preguntas que vienen, y Jesús no resuelve los problemas con el sentimentalismo. Se ocupa de la realidad fundamental. Trata con Dios y el pecado y el juicio y la salvación.
Dice en efecto: "¿Están sorprendidos por la muerte de los galileos? ¿Están sorprendidos por la muerte de aquellos que fueron aplastados por la torre de Siloé? Les diré de lo qué deberían estar asombrados: deberían estar asombrados de que la torre no cayó sobre ustedes”. Si Jesús estuviera aquí esta noche, y venimos a él con la cifra de muertos por el terremoto en Irán para pedirle que dé cuenta a Dios, una de las cosas que diría es: “Deberían estar asombrados de que este hotel no cayó con ustedes adentro. Por que si no os arrepentís, todos pereceréis igualmente.” Lo que significa que todos nosotros merecemos morir ahora mismo y perecer para siempre.
Nuestras vidas pertenecen a Dios
Lo que nos lleva a esta conclusión y establece el escenario para mi mensaje de esta noche: Su vida está en manos de Dios y pende de un hilo de gracia soberana. Dios es dueño de todas las almas. Él nos hizo y somos suyos, en virtud de que Él es nuestro Creador. Él puede dar y quitar la vida como le plazca de acuerdo con su infinita sabiduría, y nunca hace mal a nadie. Él creó la vida humana, y él decide para qué es la vida humana.
Cuando Job perdió sus diez hijos en una calamidad similar a la de Irán (la casa se derrumbó), la Biblia dice: “rasgó su manto, se rasuró la cabeza, y postrándose en tierra, adoró, . . . y dijo: . . . El SEÑOR dio y el SEÑOR quitó; bendito sea el nombre del SEÑOR” (Job 1:20-21). ¡El SEÑOR dio y el SEÑOR quitó! O, como Job dice más adelante, “…en su mano está la vida de todo ser viviente, y el aliento de toda carne de hombre” (Job 12:10).
Cuando Ana estaba agradeciendo a Dios por su hijo Samuel después de años de esterilidad, dijo: “El SEÑOR da muerte y da vida; hace bajar al Seol y hace subir”. (1 Samuel 2:6). Y Dios mismo dijo en Deuteronomio 32:39: "Ved ahora que yo, yo soy el Señor, y fuera de mí no hay dios. Yo hago morir y hago vivir. Yo hiero y yo sano, y no hay quien pueda librar de mi mano".
Si alguno de nosotros vive el mensaje de esta noche, será un regalo absoluto de la gracia. Santiago, el hermano de Jesús, lo expresó así:
Oíd ahora, los que decís: Hoy o mañana iremos a tal o cual ciudad y pasaremos allá un año, haremos negocio y tendremos ganancia. 14 Sin embargo, no sabéis cómo será vuestra vida mañana. Sólo sois un vapor que aparece por un poco de tiempo y luego se desvanece. 15 Más bien, debierais decir: Si el Señor quiere, viviremos y haremos esto o aquello. 16 Pero ahora os jactáis en vuestra arrogancia; toda jactancia semejante es mala”. (Santiago 4:13-16)
Si el Señor quiere, usted y yo pasaremos este mensaje con vida. Y si no quiere, no lo pasaremos. Nuestra vida no es nuestra. Le pertenece a Dios. No tengo derecho a tomar su vida. Y usted no tiene derecho a tomar la mía. Pero eso no es porque nuestra vida es nuestra, sino porque nuestras vidas pertenecen a Dios y Él tiene el derecho de tomar la vida de ambos en cualquier momento que elija. Su vida pertenece a Dios y él decide para qué es la vida.
¡No desperdicien su vida!
Por lo tanto, cómo celaba Jesús por que la gente no desperdiciase su vida. La mayoría de ustedes son estudiantes aquí, y tienen toda la vida por delante. Por lo menos así lo sienten. Puede ser que no sea así. Es posible que ya hayan vivido la mayor parte de su vida. Pero si Dios quiere, muchos de ustedes tienen varias décadas para vivir en la tierra antes de morir y dar cuenta de lo que hicieron con su vida. Y cómo cela Jesús por que ustedes no la desperdicien.
Si él estuviera aquí, podría aclarar este punto con estas palabras: porque la vida de una persona “aun cuando tenga abundancia, no consiste en sus bienes” (Lucas 12:15). La vida no es para acumular cosas. Entonces él podría contar esta parábola:
La tierra de cierto hombre rico había producido mucho. 17 Y pensaba dentro de sí, diciendo: "¿Qué haré, ya que no tengo dónde almacenar mis cosechas?" 18 Entonces dijo: "Esto haré: derribaré mis graneros y edificaré otros más grandes, y allí almacenaré todo mi grano y mis bienes. 19"Y diré a mi alma: Alma, tienes muchos bienes depositados para muchos años; descansa, come, bebe, diviértete." 20 Pero Dios le dijo: "¡Necio! Esta misma noche te reclaman el alma; y ahora, ¿para quién será lo que has provisto?" 21 Así es el que acumula tesoro para sí, y no es rico para con Dios. (Lucas 12:16-21)
¡Oh, cómo cela Jesús por que ninguno de ustedes aquí esta noche sea llamado “necio” por Dios a causa de la forma en que utiliza el don de la vida! La vida no es para acumular cosas. Esta misma noche te reclaman la vida; y ahora, ¿para quién será lo que has provisto?" Ninguna persona cuerda en su lecho de muerte fue consolada por sus posesiones. Oh, escucha las palabras de Jesús, el Rey de reyes y Señor de señores:
“Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, tome su cruz y sígame. 25 Porque el que quiera salvar su vida, la perderá; pero el que pierda su vida por causa de mí, la hallará. 26 Pues ¿qué provecho obtendrá un hombre si gana el mundo entero, pero pierde su alma?” (Mateo 16:24-26)
Es posible que desperdicie su vida. Pocas cosas me hacen temblar más que la posibilidad de tomar este regalo único de la vida y desperdiciarlo. Todas las mañanas, cuando era pequeño y entraba a la cocina veía colgado en la pared la placa que ahora cuelga en mi sala de estar: “Solo una vida, pronto pasará, sólo lo que se hace por Cristo durará”. Y ahora tengo casi 58 años, y el río de la vida se derrama por las cataratas de mis días con una velocidad tremenda. Cada vez más huelo la eternidad. Y ¡cómo quiero usar mi vida bien! Es tan corta y tan frágil y tan definitiva. Tiene una oportunidad de vivir su vida. Y después el juicio. Hablo como un padre que tiene hijos de su edad, y celo con Jesús por que ni ellos ni ustedes desperdicien su vida.
Una de las grandes tragedias de la cultura estadounidense es la forma en miles de millones de dólares se invierten para convencer a la gente de mi edad para que desperdicien el resto de sus vidas. Se conoce por el nombre de jubilación, y el mensaje completo es: ha trabajado para eso, ahora disfrútelo. ¿Y qué es "eso"? Veinte años de juego y ocio. Mientras el mundo se hunde bajo el peso de millones de personas mayores sanas que pescan, van de crucero, se entretienen, juegan al golf, al bridge, al bingo, al tejo, y juntan caracoles. Todo esto en preparación para el encuentro con Jesús Cristo cara a cara con las cicatrices de los clavos en sus manos.
Y esa es exactamente la forma en que desperdiciarán su vida en cincuenta años si no toman decisiones radicales ahora, y ponen su rostro como pedernal para caminar en otro sentido. Oh, espero que todos ustedes puedan llegar a los 65 años con fuego en sus huesos, y decir: "¡Ahora! ¡Ahora! Con mi simple jubilación y mi energía restante y mi nueva libertad dedicaré mi vida a Cristo y su reino, de modo que cuando me encuentre con él, -algo que sucederá en cualquier momento- voy a sonreír con sus palabras, "Bien hecho, siervo bueno y fiel ", en lugar de las terribles palabras: "¡Necio! ¿Cómo todo ese juego sin sentido expuso mi gloria?"
¿Cuál es la esencia de la vida no desperdiciada?
Así que si me preguntan esta noche: Bien, díganos, ¿qué es la vida no desperdiciada? ¿Cómo es? ¿Cuál es la esencia de la vida no desperdiciada? Acabo de mencionarla: Una vida que exhibe el valor infinito de Cristo para que el mundo lo vea. La pasión de la vida no desperdiciada es mostrar con alegría la suprema excelencia de Cristo por la forma en que vivimos. La vida nos es dada para que podamos usarla para exaltar a Cristo. Las posesiones nos son dadas para que por la forma en la cual las usamos, podamos demostrar que no son nuestro tesoro, sino que Cristo es nuestro tesoro. El dinero nos es dado para que podamos usarlo de una forma en la cual se demuestre que el dinero no es nuestro tesoro, sino que Cristo es nuestro tesoro.
La gran pasión de la vida no desperdiciada es magnificar a Cristo. He aquí el texto que, que quizás más cualquier otro, determina de lo que la vida se trata realmente: Filipenses 1:20-21. Pablo dice: "conforme a mi anhelo y esperanza de que en nada seré avergonzado, sino que con toda confianza, aun ahora, como siempre, Cristo será exaltado en mi cuerpo, ya sea por vida o por muerte. Pues para mí, el vivir es Cristo y el morir es ganancia."
La pasión absoluta de Pablo era que en su vida y en su muerte, Jesucristo sea honrado, es decir, que Jesucristo sea visto como el infinito tesoro que es. La razón por la cual ustedes tienen vida es hacer que Jesucristo se vea magnífico. Existe un criterio fundamental que debe regir todas las decisiones que tomamos en la vida y la muerte: ¿Esto ayudará para que Jesucristo se vea como el tesoro que es?
Esto se puede ver en la manera en la cual Pablo habla de las dos mitades en su declaración del versículo 20. Él dice que su pasión es que Cristo sea honrado (o magnificado, o hacer que se vea magnífico) ya sea mediante su vida o mediante su muerte. Está la mitad de la vida del versículo, y la mitad de la muerte. ¿Cómo muestra Pablo que Cristo es su tesoro mediante la vida?
La respuesta se da en Filipenses 3:7-8:
Pero todo lo que para mí era ganancia, lo he estimado como pérdida por amor de Cristo. 8 Y aún más, yo estimo como pérdida todas las cosas en vista del incomparable valor de conocer a Cristo Jesús, mi Señor, por quien lo he perdido todo, y lo considero como basura a fin de ganar a Cristo.”
En otras palabras, Pablo muestra el valor de Cristo, estimando todo lo demás como pérdida por amor de Cristo. “Yo estimo como pérdida todas las cosas en vista del incomparable valor de Cristo.” Lo que significa que la vida que muestra el valor de Cristo -la vida no desperdiciada- es la vida que utiliza todo para demostrar que Cristo es más valioso que ella. El dinero se utiliza para demostrar que Cristo es más valioso que el dinero. La comida se usa para demostrar que Cristo es más valioso que es la comida. Las viviendas y las tierras y los coches y las computadoras se utilizan para mostrar que Cristo es más valioso que ellos. Los familiares y amigos y su vida son un buen lugar para mostrar que Cristo es más valioso que cualquiera de ellos.
La forma en la cual nosotros mostramos el supremo valor de Jesús en nuestras vidas es valorando a Cristo por sobre todas las cosas, y luego hacer elecciones de vida que muestren que nuestra alegría no se encuentra finalmente en las cosas o incluso en otras personas, sino en Cristo.
Y lo mismo ocurre en la segunda mitad de lo que dijo Pablo en Filipenses 1:20, es decir, su manera de honrar Cristo mediante su muerte. “Conforme a mi anhelo y esperanza de que… . . Cristo será exaltado en mi cuerpo, ya sea por vida o por muerte.” ¿Cómo es honrado Cristo -cómo podemos exaltar a Cristo y mostrar su valor- mediante nuestra muerte? La respuesta la da en el versículo siguiente (21): “Pues para mí, el vivir es Cristo y el morir es ganancia.”
¿Por qué el morir es ganancia? Es ganancia porque el versículo 23 dice: "teniendo el deseo de partir y estar con Cristo, pues eso es mucho mejor." El morir es ganancia porque morir significa más de Cristo. Esto significa que partir y estar con él-¡con él!- y eso es mucho mejor.
¿Cómo muestran ustedes que Cristo es su tesoro mediante la muerte? Al experimentar el morir como una ganancia. Cristo será más magnificado en ustedes, en su muerte, cuando estén más satisfechos en él, en su muerte. Cuando Cristo sea más valioso para ustedes que todo lo que la vida puede dar, entonces estar con él mediante la muerte será ganancia. Y será evidente a todos que Cristo es su tesoro, ninguna otra cosa en la tierra.
Esta es la lección esencial para vivir la vida sin desperdiciar y morir la muerte sin desperdiciar:
- La vida y la muerte nos fue dada como medio para mostrar el supremo valor de Cristo.
- El supremo valor de Cristo se muestra cuando Él sea apreciado como nuestro mayor tesoro por encima de todas cosas terrenales y todas las personas terrenales.
- El hecho de que Él sea apreciado como nuestro mayor tesoro por encima de todas las cosas y las personas terrenales se ve más claramente en lo que estén dispuestos a arriesgar, o sacrificar gustosamente para disfrutar más de él.
Esta es la forma radical en la cual lo dice Pablo 2 en Corintios 12:9-10, cuando Cristo se negó a quitarle la dolorosa espina en la carne de Pablo:
Y El me ha dicho: Te basta mi gracia, pues mi poder se perfecciona en la debilidad. [¡Hay más de Cristo!] Por tanto, muy gustosamente me gloriaré más bien en mis debilidades, para que el poder de Cristo more en mí. 10Por eso me complazco en las debilidades, en insultos, en privaciones, en persecuciones y en angustias por amor a Cristo; porque cuando soy débil, entonces soy fuerte.
¡La magnificación del incomparable del poder de Cristo en su propia debilidad y el dolor fue la suprema pasión de Pablo! Yo me alegraré en lo que hace que Cristo se vea magníficamente satisfecho, incluyendo todo mi dolor.
¿Van a desperdiciar sus vidas?
Así que les pregunto a todos ustedes ahora: ¿van a desperdiciar sus vidas con el resto del mundo, esforzándose por minimizar su sufrimiento y maximizar su confort en esta vida? ¿Van a trabajar por el pan que perece? ¿Construir graneros más grandes? ¿Acumular tesoros en la tierra? ¿Esforzarse por obtener la alabanza de los hombres?
¿O verán en Cristo crucificado y resucitado, cargando con los pecados de su pueblo, verán en este Dios-Hombre el tesoro que todo lo satisface en sus vidas? ¿Van a decir con Pablo: “El vivir es Cristo y el morir es ganancia. . . Yo estimo como pérdida todas las cosas en vista del incomparable valor de conocer a Cristo Jesús.”?
Creo con todo mi corazón que cuando Dios levanta una generación como esta -y pido que ustedes sean esa generación- se llevará a cabo la Gran Comisión. Porque esto no va a suceder a menos que una generación esté gozosamente dispuesta a sacrificar sus vidas. El resto de los pueblos no alcanzados del mundo están casi todos en lugares peligrosos. Si su generación acepta la mentalidad estadounidense de preservar la comodidad, la seguridad y la facilidad, ustedes serán pasado por alto, y Dios hará que su trabajo se realice de otra manera. Y sobre su generación -como en la mayor parte de la mía- se escribirá "¡Necio! ¿para quién será lo que has provisto?" Y la palabra trágica: “¡Desperdiciado!”
Pero si la pasión de ustedes es mostrar el valor de Cristo, y, en consecuencia, apreciarlo como un tesoro por sobre todas las cosas, y, en consecuencia, arriesgar y sacrificar todo para mostrar su supremo valor, entonces no cabe duda de que Dios va a utilizarlos extraordinariamente y se satifarán los compromisos que tomen con los lugares difíciles de Asia o el Medio Oriente o África del Norte o Europa post-cristiana o América urbana. Y en esos lugares la gloria de Cristo brillará a través de ustedes y miles de personas verán y pondrán su confianza en el Señor.
Y sobre las vidas de ellos y la suya se escribirán las palabras: "Esta vida no fue desperdiciada. Esta vida gustosamente muestra la gloria de Cristo, tanto en la vida y la muerte." </blockquote></blockquote>
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