Nota Sobre la Certeza de que Dios Nos Ama
De Libros y Sermones BÃblicos
Por John Piper
sobre Seguridad de la Salvación
Una parte de la serie Taste & See
Traducción por Javier Matus
Puesto que amar a Dios es la evidencia de que Él te ama con amor electivo (Romanos 8:28, etc.), la certeza de que Dios te ama con amor electivo no puede ser la base de tu amor por Él. Nuestro amor por Él, el cual es la evidencia de nuestra elección, es nuestro percibir espiritual de la omni-satisfactoria gloria de este Dios. No viene primero la gratitud por un beneficio recibido, sino el reconocimiento y el deleite de que recibirlo a Él producirá una gratitud abrumadora. Este reconocimiento y deleite está, o debería estar, de acuerdo con la Escritura, asistido inmediatamente con la certeza de que Él ciertamente se da de Sí Mismo a nosotros para el disfrute eterno.
El llamado del Evangelio (Cristo murió por los pecadores, cree en Él y serás salvo) es un llamado no a creer primero que Él murió por tus pecados, sino que, porque Él es la clase de Dios que redime a tal costo y con tal sabiduría y santidad, es digno de confianza y es verdaderamente un reposo satisfactorio para todos mis anhelos. El creer (esto es, sentir, percibir) esto es inmediatamente asistido con la confianza de que somos salvos y que Él sí murió por nosotros, ya que la promesa de salvación es dada a aquellos que así creen. Entonces el núcleo del hedonismo cristiano está en el mismo corazón de lo que es la fe salvadora y lo que verdaderamente significa “recibir” a Cristo, o amar a Dios.
Compara: “Nosotros le amamos a Él, porque Él nos amó primero” (1 Juan 4:19). Esto puede significar que el amor de Dios habilita nuestro amor por Él a través de la encarnación y expiación y la obra del Espíritu Santo, no que nuestro motivo para amar sea que primero Él nos engrandezca. O puede significar que al contemplar y espiritualmente percibir a Dios como siendo la clase de Dios que ama a los pecadores como nosotros con una gracia asombrosamente libre y mediante medios de expiación tan increíblemente sabios y sacrificiales, somos atraídos a deleitarnos en este Dios por quien Él es en Sí Mismo, en vez de pensar que la frase significa que lo amamos primero porque nos encontramos personalmente y particularmente elegidos por Él.
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