Orando Y Testificando Para La Regeneración
De Libros y Sermones BÃblicos
Por John Piper
sobre el Evangelismo
Una parte de la serie Taste & See
Traducción por Javier Matus
El domingo por la noche argumenté que la regeneración (el nuevo nacimiento) es una obra soberana de la gracia de Dios que precede y activa la fe. El manuscrito de apoyo está en el archivo en la oficina de la iglesia para su compra. Se opone a un punto de vista de libre albedrío de la regeneración que dice que la voluntad del hombre sólo necesita la persuasión moral para renovarse, pero no necesita una renovación sobrenatural para que pueda ser persuadida.
Pregunta: ¿Cómo entonces debemos orar por los perdidos?
Respuesta: Toma las declaraciones bíblicas de lo que Dios realmente hace en la conversión y conviértelas en oraciones. Por ejemplo:
- Señor, saca de ella el corazón de piedra y dale un corazón de carne. Haz que camine en Tus estatutos. Pon un amor para Ti en su corazón. Abre los ojos de su corazón para que vea la gloria del evangelio. Concédele arrepentimiento y libérala del diablo. Vivifícala junto con Cristo. Sálvala por el lavamiento de la regeneración y la renovación en el Espíritu Santo. (Contrasta esto con las oraciones de “libre albedrío” en la parte posterior del libro de Dick Eastman, The Hour That Changes The World (La Hora Que Cambia Al Mundo), pp. 158-161, que no son malas, sólo inadecuadas).
Pregunta: ¿Cómo deberíamos testificar?
Respuesta: Hablándole sinceramente a la gente acerca del carácter de Dios, la condición sin esperanza del hombre, la provisión de la salvación en Cristo, la necesidad de la regeneración por la obra soberana del Espíritu de Dios, la exigencia del arrepentimiento del pecado y la necesidad de la fe de todo corazón en las promesas de Cristo. La Palabra de Dios es la ocasión para la obra regeneradora de Dios (Santiago 1:8; 1 Pedro 1:23). Dirígelos a buscar a Dios con seriedad en la Palabra y en la intimidad de su propio armario.
Cuando hayan sido llevados a la sumisión a Dios, puedes enseñarles cómo expresar su fe en la oración:
- Dios Todopoderoso, me inclino ante Tu santidad y excelencia. Acepto y apruebo Tu ley. Reconozco la enormidad de mi pecado. Estoy completamente desamparado bajo Tu justa condenación. Oh, cómo deseo que la deshonra que he traído sobre Tu Nombre por causa de mi incredulidad y desobediencia pueda ser reparada. Me llena de gozo y asombro que esto es justo lo que Cristo hizo cuando murió en la cruz para demostrar Tu justicia. Lo veo como mi única esperanza de perdón y vida eterna. Yo vengo a Él. Yo Lo recibo. Me aparto de todo lo que Le desagrada. Confío en todas Sus promesas. Me rindo a Él y me considero muerto al pecado y al mundo. Me comprometo, con la ayuda del Espíritu, a oponer el pecado en mi vida y a obedecer las enseñanzas de Cristo. ¡Gracias por traerme a este maravilloso lugar de fe! Oro en el gran nombre de Jesús, Amén.
Buscando la oveja perdida contigo,
El Pastor John
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