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English: Staying Married Is Not About Staying in Love, Part 1

© Desiring God

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Por John Piper sobre Matrimonio
Una parte de la serie Marriage, Christ, and Covenant: One Flesh for the Glory of God

Traducción por Desiring God


Génesis 2:18-25

Y el Señor Dios dijo: No es bueno que el hombre esté solo; le haré una ayuda idónea. 19 Y el Señor Dios formó de la tierra todo animal del campo y toda ave del cielo, y los trajo al hombre para ver cómo los llamaría; y como el hombre llamó a cada ser viviente, ése fue su nombre. 20 Y el hombre puso nombre a todo ganado y a las aves del cielo y a toda bestia del campo, mas para Adán no se encontró una ayuda que fuera idónea para él. 21 Entonces el Señor Dios hizo caer un sueño profundo sobre el hombre, y éste se durmió; y Dios tomó una de sus costillas, y cerró la carne en ese lugar. 22 Y de la costilla que el Señor Dios había tomado del hombre, formó una mujer y la trajo al hombre. 23 Y el hombre dijo: Esta es ahora hueso de mis huesos, y carne de mi carne; ella será llamada mujer, porque del hombre fue tomada. 24 Por tanto el hombre dejará a su padre y a su madre y se unirá a su mujer, y serán una sola carne. 25 Y estaban ambos desnudos, el hombre y su mujer, y no se avergonzaban”.

De nuestras series más substanciales estoy tomando unos pocos temas que me parecen urgentes. El matrimonio siempre es urgente. Nunca ha habido una generación que tenga una visión lo suficientemente alta sobre el matrimonio. El abismo entre la visión bíblica del matrimonio y la visión humana siempre ha sido gigantesco. Algunas culturas en la historia respetan la importancia y la permanencia del matrimonio más que otras. Algunas, como la nuestra, tienen unas actitudes tan bajas (al estilo tómalo-o-déjalo) e informales hacia el matrimonio que hacen que la visión bíblica parezca ridícula para la mayoría de las personas.

Contenido

La Visión De Jesús Sobre El Matrimonio

Así también era en los días de Jesús, y lo nuestro es mucho peor. Cuando Jesús mostró un destello de la magnífica visión del matrimonio que Dios quiere que su pueblo viva, los discípulos le dijeron: “Si así es la relación del hombre con su mujer, no conviene casarse” (Mateo 19:10). En otras palabras, la visión que Cristo tiene del significado del matrimonio era tan inmensamente diferente a la de los discípulos, que ellos ni siquiera podían imaginar que el matrimonio fuera algo bueno. Que esta percepción fuera una buena noticia, se salía completamente de sus concepciones.

Si esa era la situación con el solemne mundo judío en dónde ellos vivían, ¡cuánto más ininteligible parecerá la magnificencia del matrimonio en la mente de Dios al mundo en que vivimos, donde el ídolo principal es el ego, y la doctrina principal es la autonomía, y la mayor adoración es ser entrenido, y los dos santuarios principales del entretenimiento son la televisión y el cine, donde la mayor reverencia está en el coito desinhibido! Una cultura así encontrará casi imposible el entender la gloria del matrimonio que estaba en la mente de Jesús. Jesús, cuando hubiera terminado de mostrarnos este misterio, muy probablemente nos diría hoy lo mismo que dijo en su época: “No todos pueden aceptar este precepto, sino sólo aquellos a quienes les ha sido dado [...] El que pueda aceptar esto, que lo acepte” (Mateo 19:11-12).

La Visión Bíblica Del Matrimonio

Así que comienzo asumiendo que nuestro pecado y egoísmo, y ceguera cultural hacen casi imposible sentir la maravilla del propósito de Dios para el matrimonio entre un hombre y una mujer. El hecho de que vivamos en una sociedad que puede hasta imaginarse (e incluso defender) a dos hombres o dos mujeres que sostienen una relación, e inconcebiblemente llamar eso matrimonio, demuestra que probablemente no se encuentre muy lejos el colapso de nuestra cultura hacia el libertinaje y el barbarismo y la anarquía,

Hago mención de todo esto en la esperanza de que pueda (posiblemente) motivarle a considerar una visión más elevada, profunda, fuerte y gloriosa del matrimonio que cualquier cosa que esta cultura (o usted mismo) haya imaginado alguna vez. La grandeza y gloria del matrimonio están más allá de nuestra habilidad de pensar o sentir sin la obra reveladora, iluminadora y avivadora del Espíritu Santo. El mundo no puede conocer lo que es el matrimonio sin aprenderlo de Dios. El hombre natural no tiene las capacidades de ver, recibir o sentir la maravilla de lo que Dios ha diseñado para el matrimonio. Oro para que este mensaje pueda ser usado por Dios para ayudarles a liberarse de esos puntos de vista sobre el matrimonio que son tan pequeños, mundanos, culturalmente contaminados, egocéntricos, ignorantes de Cristo, negadores de Dios, intoxicados de romanticismo, y anti bíblicos.

El Matrimonio Es Una Imagen De Dios

Lo más fundacional que debe verse en la Biblia acerca del matrimonio es que es la obra de Dios. Y lo más elevado que debemos ver en la Biblia acerca del matrimonio es que es para la gloria de Dios. Estos son los dos asuntos que tengo que tratar. Desde su fundamento, el matrimonio es la obra de Dios. En su carácter supremo, el matrimonio es una imagen de Dios. Dejemos que la Biblia nos impresione con cada uno de estos puntos, uno a la vez.

1. El Matrimonio Es La Obra De Dios

Primero, desde su fundamento, el matrimonio es la obra de Dios. En nuestro texto tenemos al menos cuatro formas para verlo así, explícitas o implícitas.

A) El Matrimonio Fue El Diseño De Dios

El matrimonio es la obra de Dios porque fue su diseño en la creación del ser humano como varón y hembra. Por supuesto, estaba claro desde Génesis 1:27-28: “Creó, pues, Dios al hombre a imagen suya, a imagen de Dios lo creó; varón y hembra los creó. 28 Y los bendijo Dios y les dijo: Sed fecundos y multiplicaos, y llenad la tierra”. Pero también está claro por la línea de pensamiento de Génesis 2:18-25. En el verso 18, es Dios, no el hombre, quien decreta que la soltería del hombre no es buena, y es Dios mismo quien prepara todo para completar uno de los diseños centrales de la creación, a saber, el hombre y la mujer en matrimonio. “No es bueno que el hombre esté solo; le haré una ayuda idónea”. No pierda de vista la idea central y crucial: Dios mismo creará un ser perfectamente ajustado a él, una mujer.

Entonces Dios hace desfilar los animales ante el hombre para que pueda ver que no hay criatura que califique. Esta nueva criatura deberá ser creada únicamente a partir del hombre, para que sea de su misma esencia como ser humano creado a la imagen de Dios (según Génesis 1:27). Así leemos en los versos 21-22: “Entonces el Señor Dios hizo caer un sueño profundo sobre el hombre, y éste se durmió; y Dios tomó una de sus costillas, y cerró la carne en ese lugar. 22 Y de la costilla que el Señor Dios había tomado del hombre, formó una mujer”. Dios creó a la mujer.

Este texto termina en los versos 24b-25 con las palabras: “Por tanto el hombre dejará a su padre y a su madre y se unirá a su mujer, y serán una sola carne. 25 Y estaban ambos desnudos, el hombre y su mujer, y no se avergonzaban”. En otras palabras, todo se mueve hacia el matrimonio. Así que lo primero que debemos decir acerca del matrimonio como obra de Dios es que el matrimonio fue su diseño al crear al ser humano, y lo creó varón y hembra.

B) Dios Entregó La Primera Novia

El matrimonio es la obra de Dios porque él personalmente tuvo el honor de ser el primer Padre en entregar la novia. Génesis 2:22: “Y de la costilla que el Señor Dios había tomado del hombre, formó una mujer y la trajo al hombre”. Él no la escondió e hizo que Adán la buscara. La creó; luego la trajo. En un sentido más profundo, él la había adoptado, y ahora, aunque ella le pertenecía en virtud de que era su creación, la entregó al hombre en una relación absolutamente nueva llamada matrimonio, una relacióndiferente de cualquier otra relación interpersonal que existiera en el mundo.

C) Dios Llamó A Existencia El Propósito Del Matrimonio

El matrimonio es la obra de Dios porque Dios no solo creó a la mujer con su propósito y la trajo al hombre como un Padre que trae a su hija al esposo, sino porque Dios llamó a existencia el propósito del matrimonio. Lo hizo en el verso 24: “Por tanto el hombre dejará a su padre y a su madre y se unirá a su mujer, y serán una sola carne”. ¿Quién está hablando en el verso 24? Está hablando el escritor de Génesis ¿Y qué creía Jesús sobre el escritor de Génesis? Jesús creía que era Moisés (Lucas 24:44) y que Moisés había sido inspirado por Dios, así que lo que Moisés dijo, lo dijo Dios. Escuche cuidadosamente en Mateo 19:4-5: “Y respondiendo El [Jesús], dijo: ¿No habéis leído que aquel que los creó [Dios], desde el principio los hizo varón y hembra, 5 y añadió [fíjese: Dios dijo]: “Por esta razón el hombre dejara a su padre y a su madre y se unirá a su mujer, y los dos serán una sola carne”?”. Jesús dijo que Génesis 2:24 es la palabra de Dios. Por tanto, el matrimonio es la obra de Dios, porque él llamó a existencia su primer propósito: “el hombre dejará a su padre y a su madre y se unirá a su mujer, y serán una sola carne”.

D) Dios Ejecuta La Primera Unión En Una-Carne

Lo que nos lleva hacia la cuarta forma en que el matrimonio es la obra de Dios: Ser una sola carne, que es el corazón del matrimonio, es una unión que Dios realiza.

El verso 24 son las palabras de Dios en la institución para el matrimonio. Pero así como fue Dios quien tomó a la mujer de la carne del hombre (Génesis 2:21), es Dios quien, en cada matrimonio, ordena y realiza la unión llamada una-carne que el hombre no tiene potestad de destruir. Esto está implícito aquí, en Génesis 2:24, pero Jesús lo hace explícito en Martos 10:8-9. Él cita Génesis 2:24 y luego añade un comentario que explota como un trueno con la gloria del matrimonio: “y los dos serán una sola carne; por consiguiente, ya no son dos, sino una sola carne. 9 Por tanto, lo que Dios ha unido, ningún hombre lo separe”.

Cuando una pareja pronuncia sus votos y consuma sus votos en la unión sexual, el actor principal no es el pastor, ni el hombre, ni la mujer, ni el pariente, es Dios. Dios une al esposo y la esposa en la relación de ­una-carne. Dios lo hace ¡Dios lo hace! El mundo no lo sabe, y esa es una de las razones por las que el matrimonio es tratado tan informalmente. Y los cristianos muy a menudo actúan como si no lo supieran, la cual es una de las razones por las que el matrimonio en la iglesia no es visto como la maravilla que es. El matrimonio es la obra de Dios porque es la unión una-carne que Dios ejecuta.

Por tanto, para resumir, lo más fundacional que podemos decir sobre el matrimonio es que es la obra de Dios. Fue su obra:

  1. Porque fue su diseño en la creación;
  2. Porque él, personalmente, entregó a la primera novia en matrimonio;
  3. Porque él llamó a existencia el propósito del matrimonio: dejar a los padres, unirse a la esposa, ser una sola carne;
  4. Y porque esta unión de una-carne es establecida por el mismo Dios en cada matrimonio.

Una vislumbre de la magnificencia del matrimonio viene al percatarnos por la Palabra de Dios que Dios mismo es el gran Hacedor. El matrimonio es su obra. Surge a partir de él, y por medio de él. Esto es lo más fundacional que podemos decir sobre el matrimonio. Y ahora veremos que es para él.

2. El Matrimonio Es Para La Gloria De Dios

Lo más esencial que debemos ver en la Biblia acerca del matrimonio es que existe para la gloria de Dios. Desde el punto de vista de su fundación, el matrimonio es la obra de Dios. Desde un punto de vista más elevado, el matrimonio es una representación de Dios. Es diseñado por Dios para mostrar su gloria en una forma en que ningún otro evento o institución lo hace.

Podemos verlo más claramente si relacionamos Génesis 2:24 con su interpretación en Efesios 5:31-32. En Génesis 2:24 Dios dice: “Por tanto el hombre dejará a su padre y a su madre y se unirá a su mujer, y serán una sola carne”. ¿Qué tipo de relación es esta? ¿Cómo se mantendrán unidas dos personas? ¿Podrán alejarse de esta relación? ¿Pueden pasar de un cónyuge a otro? ¿Está esta relación enraizada en el romance? ¿En el deseo sexual? ¿En la necesidad de compañía? ¿En la conveniencia cultural? ¿Qué es? ¿Qué la mantiene unida?

La Revelación Del Misterio Del Matrimonio

Las palabras “se unirá a su mujer” y “y serán una sola carne” señalan hacia algo mucho más profundo y permanente que los matrimonios en serie y el adulterio ocasional. Estas palabras muestran al matrimonio como un pacto sagrado enraizado en compromisos que se levantan contra cualquier tormenta “mientras los dos vivamos”. Pero aquí esto solo está implícito, se vuelve explícito cuando el misterio del matrimonio es más completamente revelado en Efesios 5:31-32.

Pablo cita Génesis 2:24 en el verso 31: “Por tanto el hombre dejará a su padre y a su madre y se unirá a su mujer, y serán una sola carne”. Y luego hace una crucial interpretación en el verso 32: “Grande es este misterio, pero hablo con referencia a Cristo y a la iglesia”. En otras palabras, el matrimonio está modelado según el compromiso de Cristo con su iglesia. Cristo se vio a sí mismo como el prometido que venía por su novia, el verdadero pueblo de Dios (Mateo 9:15; 25:1ss; Juan 3:29). Pablo sabía que su ministerio era congregar a la novia –al verdadero pueblo de Dios que confiaría en Cristo- y desposarnos con Cristo. Él dice en 2da a los Corintios 11:2: “Porque celoso estoy de vosotros con celo de Dios; pues os desposé a un esposo para presentaros como virgen pura a Cristo”.

Cristo sabía que debía pagar con su propia sangre la dote por su esposa redimida. Él dijo que esta relación era el Nuevo Pacto –“Esta copa es el nuevo pacto en mi sangre, que es derramada por vosotros” (Lucas 22:20). A esto se refería Pablo cuando decía que el matrimonio es un gran misterio: “pero hablo con referencia a Cristo y a la iglesia”. Cristo ganó a la iglesia por su sangre e hizo un nuevo pacto con ella, un “matrimonio” inquebrantable.

Lo más esencial que podemos decir sobre el matrimonio es que existe para la gloria de Dios. Es decir, existe para mostrar a Dios. Ahora vemos cómo: El matrimonio está modelado según el pacto de relación de Cristo con la iglesia. Y, por tanto, el significado más elevado y el propósito esencial del matrimonio es mostrar la relación entre Cristo y su iglesia. Por eso existe el matrimonio. Si usted está casado, por eso es que está casado.

Cristo Nunca Dejará A Su Esposa

Permanecer casados, por tanto, no se trata de permanecer enamorados. Se trata de guardar un pacto. La promesa «Hasta que la muerte nos separe», o «mientras ambos vivamos» es un pacto sagrado del mismo tipo que Jesús hizo con su novia cuando murió por ella. Por tanto, lo que hace que el divorcio y el re-casamiento sean tan horribles ante los ojos de Dios no es solo que involucra la rotura del pacto con el cónyuge, sino que involucra la tergiversación de lo que significa Cristo y su pacto. Cristo nunca dejará a su esposa, nunca. Habrá momentos en que experimentaremos un doloroso distanciamiento y habrá deslices de nuestra parte. Pero Cristo guardará su pacto para siempre. ¡El matrimonio es la representación! ¡Esto es lo más elevado y esencial que podemos decir acerca del matrimonio!

Tengo demasiado por decir en este momento. Así que he decidido seguir con este tema en la próxima semana. De esto es de lo que hablaremos, Dios mediante, Génesis 2:25 dice: “Y estaban ambos desnudos, el hombre y su mujer, y no se avergonzaban”. ¿Por qué la historia bíblica sobre la fundación del matrimonio termina con esta aclaración justo antes de narrar la Caída? La respuesta nos guiará, así lo creo, hacia algunos consejos muy prácticos que nos ayudarán a cumplir los grandes propósitos que Dios tiene con nuestros matrimonios, esa es mi oración.

Por ahora, ¿orarían ustedes conmigo para que Dios reemplace en la iglesia y en nuestra tierra los compromisos anti bíblicos, destructores y orgullosos del matrimonio, que buscan satisfacer nuestros deseos emocionales; con compromisos bíblicos, que exalten a Cristo y honren al matrimonio para que guardemos nuestros pactos?


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