Por el amor de Dios, volumen 1/11 de agosto
De Libros y Sermones BÃblicos
Por D.A. Carson
sobre Vida Devocional
Capítulo 225 del Libro Por el amor de Dios, volumen 1
Traducción por Arturo Valbuena M.
11 DE AGOSTO
1 Samuel 1, Romanos 1, Jeremías 39, Salmos 13-14
¿CÓMO SE MANIFESTARLA IRA DE DIOS, de acuerdo con las Escrituras?
No hay una respuesta corta a esa pregunta, porque las respuestas son muchas, dependiendo de una enorme variedad de circunstancias. La ira de Dios acabó con casi toda la raza humana en el diluvio. A veces el castigo de Dios para su propio pueblo de la alianza es como un remedio. A veces es inmediato, porque entonces tiende a ser instructivo, como la derrota del pueblo de Hai después de Acán robó un poco de plata y finas ropas babilónicas, en otras instancias, Dios se contiene, que en un nivel es misericordioso, pero dada la perversidad los portadores de imágenes de Dios, es probable que dejen que las cosas pierdan el control. La muestra final de la ira de Dios es el infierno mismo (véase, por ejemplo, Apoc. 14:6 ss.).
Romanos 1:18 ss. presentan la revelación de la ira de Dios de una manera ligeramente diferente. Lo que Pablo presenta aquí no es la única cosa que habla de la ira de Dios, aún en Pablo, pero aporta algo muy importante. No sólo es la ira de Dios que se revela en contra de “toda impiedad e injusticia de los hombres que suprimen la verdad con injusticia” (1:18), sino que se manifiesta en tales pecados, es decir, en las personas generosas de Dios que hacen lo que quieren hacer lo que quieren (1:24-28). En otras palabras, en lugar de reprenderlos con una reprimenda constructiva o restringiendo su maldad, Dios “los entregó” a “pasiones vergonzosas” (1:26) y una “mente depravada” (1:28). El resultado es “maldad, perversidad, avaricia y depravación” multiplicada. (1:29). La imagen presentada en el resto de los versículos de Romanos 1 no es una buena.
Hay que reflexionar un poco más sobre lo que esto significa. En nuestra falta de visión a veces pensamos que Dios es un poco abrupto en ciertos pasajes, sobre todo en el Antiguo Testamento, instantáneamente castiga a su pueblo por sus pecados. Pero ¿cuál es la alternativa? En pocas palabras, no es un castigo instantáneo. Si el castigo no es más que una cuestión de educación compensatoria a las personas moralmente neutras, el momento y la gravedad no importarían mucho, podríamos aprender. Pero la Biblia insiste que en esta parte de la Caída somos por naturaleza especiales rebeldes persistentes contra Dios. Si somos castigados, nos quejamos de la severidad de Dios. Si no somos castigados, descenderemos hacia un desenfreno libertino hasta que mismos los cimientos de la sociedad se vean amenazados. Entonces podemos clamar a Dios por misericordia. Pues bien, pero por lo menos debemos ver que habría sido una misericordia si no se nos permite descender tan abajo en el abismo.
Dadas la forma y las tendencias en la cultura occidental, ¿no argumenta esto que ya estamos bajo la ira de Dios severo? ¡Ten piedad, Señor!
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