Por el amor de Dios, volumen 1/13 de enero
De Libros y Sermones BÃblicos
Por D.A. Carson
sobre Vida Devocional
Capítulo 15 del Libro Por el amor de Dios, volumen 1
Traducción por Arturo Valbuena M.
13 DE ENERO
Génesis 14, Mateo 13, Nehemías 3, Hechos 13
SI UNO FUERA A LEER el libro de Génesis, sin saber el contenido de cualquier otro libro de la Biblia, una de las secciones más enigmáticas sería sin duda estos versículos acerca de Melquisedec (Gen 14:18-20). Después de todo, ¿cómo puede contribuir de manera sustancial al argumento del libro?
Su presencia es precipitada por la decisión (anotada en Gen 13) de Abraham y Lot para separar el pastoreo a fin de terminar las disputas que estallaban entre sus respectivos pastores. Lot opta por la llanura de Sodoma y Gomorra. Eso significa que él, su familia y riqueza son capturados cuando Quedorlaomer y los crueles reyes aliados con él, atacan las ciudades gemelas y escapan con un botín considerable. Abram y su cuantioso número de guerreros persiguen a los atacantes. La escaramuza termina en la liberación de Lot y su familia, y la restauración de las personas y bienes que habían sido tomados. En los versículos que siguen, Abram se niega a aceptar alguna recompensa del rey de Sodoma, una ciudad que ya proverbial por su maldad, sino que acepta de buen grado la bendición del rey de Salem, la cual es posiblemente igual a Jerusalén, y a cambio le paga un diezmo honorífico.
Históricamente, Melquisedec, cuyo nombre significa “rey de justicia”, parece ser el rey de la ciudad-estado de Salem, cuyo nombre que significa “paz” o “bienestar”. Él funciona no sólo como rey de Salem, sino como “sacerdote del Dios Altísimo” (14:18). De hecho, es en el nombre del Dios Altísimo, que bendice a Abram. Y Abram así lo respeta, al parecer por sus previas relaciones, que le honra de vuelta. No necesitamos pensar que Abram era la única persona en la tierra que conservaba el conocimiento del Dios vivo. Melquisedec era otro, y Abram encuentra en él un alma gemela. En un libro que ofrece la genealogía exacta de prácticamente todo el que es importante para la historia, y no sorprendentemente Melquisedec simplemente aparece y desaparece. No se nos dice ni quiénes fueron sus padres, ni cuándo y cómo murió. Él y su ciudad son una copia de Sodoma y su rey. Una vez más, hay dos ciudades: la ciudad de Dios y la ciudad del hombre, como Agustín los llamó.
Melquisedec es mencionado sólo en otros dos lugares en la Biblia. El primero es el Salmo 110 (véase la meditación de 17 de junio), y el otro es Hebreos, donde el escritor reconoce que la inclusión de Melquisedec en el argumento del libro de Génesis no es un accidente, sino un acontecimiento cargado de símbolos de significado extraordinario, especialmente Heb 7. Dios está preparando el camino para el innegable rey ungido, no sólo en las profecías verbales, sino en los modelos o tipos que proporcionan la forma de las expectativas y las categorías del pueblo de Dios.
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