Por el amor de Dios, volumen 1/16 de marzo
De Libros y Sermones BÃblicos
Por D.A. Carson
sobre Vida Devocional
Capítulo 77 del Libro Por el amor de Dios, volumen 1
Traducción por Gabriella Maldonado
16 DE MARZO
Éxodo 27; Juan 6; Proverbios 3, Gálatas 2
JESÚS SE DECLARA ASÍ MISMO COMO el "pan de vida" (Juan 6:35), el "pan de Dios" (6:33).
El lenguaje es metafórico, por supuesto. Eso se ve claramente en Juan 6:35, donde se desglosa la metáfora un poco: “Yo soy el pan de la vida. El que a mí viene nunca tendrá hambre, y el que cree en mí nunca tendrá sed”. Usualmente lo que hace uno es comer el pan, uno no “viene al pan” o “cree” en el pan. Por lo tanto, lo que Jesús quiso decir cuando dice comer de este pan de vida es equivalente en gran medida a lo que significa venir a Jesús y creer en él.
Este "discurso del pan de vida" (como se le llama) sigue a la alimentación de los cinco mil (6:1-15). Allí, Jesús ofrece el pan y el pescado a las masas hambrientas. Estos eran los alimentos básicos de Galilea, lo que se necesitaba siempre para poder vivir. Sin embargo, en este evangelio, el evangelista señala que los milagros de Jesús no son meramente eventos de poder, estos milagros son importantes, son signos y van más allá de simples milagros. Este milagro apunta al hecho de que Jesús no solamente ofrece el pan, sino que Él es el pan. Él es el alimento básico y sin él no hay vida real.
Además, él es el último "maná" (6:30-33). Sus interlocutores le recuerdan que Moisés proveyó maná, "pan del cielo" (Ex. 16), y ellos quieren que él haga lo mismo. Después de todo, lo había hecho el día anterior al alimentar a los cinco mil. Si Jesús realizó el milagro una vez, ¿por qué no otra vez y una y otra vez? ¿No es eso lo que hizo Moisés?
Pero Jesús insiste en que la última fuente del "pan del cielo" no fue Moisés sino Dios, y el último "pan del cielo" no era el maná de los años en el desierto, sino el que descendió del cielo, el mismo Jesús. Después de todo, todos los que comieron el maná en el desierto murieron. Los que comen el último pan del cielo, el prototipo del maná, nunca mueren.
La gente en una cultura agraria entiende que casi todo lo que comen es algo que ha muerto. Pensamos en alimentos como cosas envasadas. La realidad es que cuando usted come una hamburguesa, está comiendo una vaca muerta, trigo muerto, lechuga muerta, tomates muertos, cebollas muertas, y así sucesivamente. La principal excepción es el mineral, como la sal. La audiencia de Jesús, y los lectores de Juan, entendieron que otras cosas murieron para que pudiéramos vivir, y si esas otras cosas no mueren entonces morimos nosotros. Jesús da su vida para que podamos vivir, o él muere, o morimos nosotros. Él es el verdadero pan del cielo que da la vida "para la vida del mundo" (6:51).
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