Por el amor de Dios, volumen 1/22 de marzo

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Sobre esta Traducción
English: For the Love of God, Volume 1/March 22

© The Gospel Coalition

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Por D.A. Carson sobre Vida Devocional
Capítulo 83 del Libro Por el amor de Dios, volumen 1

Traducción por Gabriella Maldonado


22 DE MARZO

Exodo 33; Juan 12; Proverbios 9; Ephesians 2

NO PODREMOS ENTENDER Exodo 33 sin entender dos cosas: (1) el tabernáculo no ha sido construido aún. La “tienda de reuniones” colocada afuera del campo (33:7) donde Moisés fue a buscar la cara de Dios debió haber sido un arreglo temporal. (2) El tema del camino del juicio sobre el miserable episodio del becerro de oro. Dios dice que no irá con su gente; simplemente enviará un ángel para ayudarlos (33:1-3).

Así que Moisés sigue intercediendo (33:12-13). Mientras hacía hincapié en que esta nación es la gente del Señor. Moisés ahora quiere saber quién irá con él. (Aarón está totalmente comprometido) El mismo Moisés todavía quiere saber y seguir los caminos de Dios. Dios responde, “Mi presencia irá contigo, y te daré descanso” (33:14) ¿Pero, cómo es que solo la amenaza de Dios no es más que enviarles un ángel, para mantenerlo lejos de las personas para que no los destruya con su ira? Entonces Moisés enfatiza: “Si tu presencia no viene con nosotros, no nos envíes arriba desde acá [¡ con ángel o sin “ángel!]” (33:15) ¿Qué más distingue, finalmente, ésta pequeña nación de las otras naciones, sino la presencia del Dios viviente (33:16)? Y el señor enfatiza, “Haré lo que exactamente has preguntado, porque estoy satisfecho contigo y te conozco por tu nombre” (33:17).

Aunque Moisés continúa rezando a lo largo de las líneas del próximo capítulo (34:9), lo glorioso es que Dios ya no va hablar sobre abandonar a su gente. Cuando el tabernáculo es construido, es instalado en medio de las doce tribus. Tres reflexiones breves: (1) Este capítulo ejemplifica la verdad de que Dios es celosos (Ex. 20:5; 34:14) Si un ser humano tiene celos de otro eso es pecado: tenemos un final, y somos llamados a ser sirvientes de lo que hemos recibido, no a estar celosos. Pero para que Dios no esté celoso de su propia gloria y derecho soberano, sería una falla formidable: estaría renegando su única significancia como Dios, implícitamente concediendo que los portadores de su imagen tiene el derecho de independencia. (2) Se ha dicho que Dios “cede” alrededor de cuarenta veces en el ViejoTestamento. Dichos pasajes demuestran sus interacciones personales con otras personas. Cuando se leen a la vez los cuarenta, varios patrones emergen—incluyendo la integración de lo que “cede” con su voluntad soberana (3) Maravillosamente, cuando Moisés pide ver la gloria de Dios, Dios promete desplegar su bondad (33:18-19). No es por accidente que la manifestación suprema de la gloria de Dios en el evangelio de Juan esté en la cruz.



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