Por el amor de Dios, volumen 1/25 de junio
De Libros y Sermones BÃblicos
Por D.A. Carson
sobre Vida Devocional
Capítulo 178 del Libro Por el amor de Dios, volumen 1
Traducción por Luximar Arenas Petty
25 DE JUNIO
Deuteronomio 30; Salmos 119:73-96; Isaías 57; Mateo 5
EN SU DESPLIEGUE DE REFLEXIONES en Dios y su revelación, el Salmo 119 es insuperable. Aquí me enfocaré en tres temas que emergen en el Salmo 119:89-96.
(1) La palabra reveladora de Dios, esta palabra que ha sido puesta por escrito (es decir, escrita para convertirse en la Escritura) no es algo que Dios ha inventado a medida que avanzaba, como si no entendiera o no pudiera predecir exactamente cómo resultarían las cosas. Muy lejos de ello: “Para siempre, oh SEÑOR, tu palabra está firme en los cielos” (119:89). Siempre estuvo ahí, eterna, en su mente. Esa es una de las razones por las que El es absolutamente confiable: nunca es atrapado, nunca sorprendido. Porque la palabra de Dios permanece firme en los cielos, el salmista puede agregar, “Tu fidelidad permanece por todas las generaciones” (119:90).
(2) Hay una conexión entre la palabra de la revelación y la palabra de la creación y de la providencia. De esta manera la primera línea del versículo 90, “Tu fidelidad permanece por todas las generaciones” está vinculado tanto a lo que precede (final del versículo 89) como a lo que sucede (final del versículo 90). La fidelidad de Dios a través de todas las generaciones se basa, como hemos visto, en el hecho de que la palabra de Dios permanece firme en los cielos, pero esta también se basa en el trabajo creativo y providencial del Dios: “tú estableciste la tierra, y ella permanece. “Por tus ordenanzas permanecen hasta hoy, pues todas las cosas te sirven” (119:90-91). La misma mente omnisciente, ordenada y reflexiva permanece detrás tanto de la creación como de la revelación.
(3) Lejos de ser opresiva y limitante, la instrucción del Señor es liberadora e iluminadora. “He visto un límite a toda perfección; tu mandamiento es sumamente amplio” (119:96). Todas las empresas humanas terrenales enfrentan limitaciones. Hay limitaciones en recursos, en tiempo, en la extensión de vida que podemos dedicar a tales empresas. Solamente así se puede dedicar mucho tiempo hasta el ejercicio más sublime. Los mismos límites se convierten en barreras frustrantes. Más de un comentarista ha notado que este versículo es casi un resumen de dos líneas de Eclesiastés. Allí, todas las empresas “bajo el sol” corren su carrera y caducan o resultan insatisfactorias y transitorias. En nuestra experiencia no es más que una excepción: “tu mandamiento es sumamente amplio” (119:96).
Esto incluye más que la conocida paradoja: la esclavitud hacia Dios es libertad perfecta. Para comenzar, la libertad debe ser definida. Si nuestros pasos se dirigen a la palabra de Dios, hay libertad del pecado (comparar con 119:133); la obediencia de los “preceptos” de Dios están vinculados con caminar en “libertad” (119:45). Además, la reflexión y el acuerdo con la palabra de Dios no genera fanatismo intolerante, sino una grandeza de espíritu que se extiende potencialmente hacia afuera a las dimensiones más lejanas de la mente de Dios, porque "tu mandamiento es sumamente amplio".
Vota esta traducción
Puntúa utilizando las estrellas