Por el amor de Dios, volumen 1/27 de julio

De Libros y Sermones Bíblicos

27 DE JULIO

Jueces 10, Hechos 14, Jeremías 23, Marcos 9

PABLO HABÍA ESTADO EVANGELIZANDO por quince años o más, probablemente en gran parte alrededor de la zona Tarso, antes de que este “primer” viaje se registra. Sin duda, él obtuvo extraordinaria experiencia evangelizadora judíos y gentiles por igual, de modo que al momento en que surge en la escena como un apóstol de formador de iglesias no es un hombre joven buscando su camino, pero un trabajador maduro y experimentado.

(1) Se ha dicho muchas veces que a todos lugares Pablo fue, él empezó un avivamiento o un motín, y a veces ambos. Eso no es del todo cierto, por supuesto. Por otra parte, un motín no es necesariamente una señal de autenticidad y mucho depende del contexto y de los oyentes como en el predicador y su mensaje y estilo. Pero hay al menos algo de verdad en la observación, y está ligado a la pura audacia del apóstol.

(2) En los primeros años de la iglesia, la persecución sufrida por los cristianos fue casi totalmente patrocinada por los judíos. Más tarde, por supuesto, una persecución mucho peor fue generada por el Imperio Romano, hasta que a principios del siglo IV cuando el emperador Constantino cambió de bando. Pero al principio no fue así. Es difícil hablar de esto en nuestro contexto histórico, viviendo como vivimos de este lado del Holocausto. Pero los hechos son persistentes. Uno puede entender por qué fue así. Al principio, todos los cristianos eran judíos, y por mucho tiempo tiempo, la mayoría eran judíos. En ambos casos, la disciplina de la sinagoga era posible dentro de las comunidades razonablemente cerradas. Además, al menos en algunas ciudades de judíos fueron influyentes en buena posición para influir en las autoridades paganas a ejercer presión sobre las personas que los judíos veían que degradaban la herencia y cultura judía.

(3) En Listra (Hechos 14:8-20) hay un ejemplo espectacular de la inconsistencia de las muchedumbres. Al principio los paganos tratan de honrar a Pablo y Bernabé, respectivamente, como Hermes, el dios de comunicación, y Zeus, la líder del panteón griego, debido a las curaciones que había hecho en nombre de Jesús. Sólo con gran esfuerzo pudieron Pablo y Bernabé frenar a la multitud, que luego se vuelve contra ellos cuando son agitados por los opositores judíos que están empezando a seguirles sus pasos. La respuesta apostólica fue impresionante en ambos modos, el hacer todo lo posible para desviar la aclamación (14:14, 18), y aceptar la persecución como algo de esperar por los que entran en el reino (14:22).

(4) De regreso a casa, no más de unos pocos meses más tarde, Pablo y Bernabé retornan a través de las ciudades donde ya se han formado iglesias y nombrado líderes en cada uno de ellas (14:23). Claramente, lo que se entiende por líder “maduro” es totalmente relativo a la edad y la madurez de la congregación. Reflexione sobre la relevancia de estos puntos en su propio contexto.