Por el amor de Dios, volumen 1/29 de marzo
De Libros y Sermones BÃblicos
Por D.A. Carson
sobre Vida Devocional
Capítulo 90 del Libro Por el amor de Dios, volumen 1
Traducción por Gabriella Maldonado
29 DE MARZO
Éxodo 40; John 19; Proverbios 16; Filipenses 3
LAS LINEAS DE CIERRE del Éxodo 40 unen varios temas importantes ya presentados, y anticipa a otros más. Aquí la construcción del tabernáculo se completa junto con las vestimentas y pertrechos para el servicio sacerdotal. "Entonces, la nube cubrió el tabernáculo del testimonio, y la gloria de Jehová llenó el tabernáculo" (40:34).
Este debe ser el pilar de nube (durante el día) y la columna de fuego (durante la noche) que les había acompañado desde el principio. Se señaló la presencia de Dios y les dio instrucciones de cuándo y dónde mudarse. Ahora que la nube descansa sobre el tabernáculo recién construido, o en la Carpa de la Reunión estableciéndose en ella, llenándola. De hecho, en este relleno inaugural, la presencia del Señor es tan intensa que ni Moisés, sin mencionar cualquier otro, puede entrar (40:35). Además, de ahora en adelante la nube de gloria se reclina sobre el tabernáculo cuando las personas se quedan quietas, y se levanta y dirige al pueblo cuando siguen hacia adelante (40:36-38). Seis observaciones:
(1) Para que la columna de nube y fuego descanse en el tabernáculo, se debe relacionar esta estructura con el símbolo visible de la presencia continua, guiadora y poderosa de Dios.
(2) En un momento, después de la miserable rebelión que resultó en la construcción de un becerro de oro, Dios se negó a subir en medio de su comunidad del pacto. Moisés intercedió (ej. 32—34). Aquí está el fruto de sus oraciones. Ahora se construye el tabernáculo, la presencia de Dios se cierne sobre él en forma simbólica con la cual las personas se han convertido en conocidas y todo este derecho en medio de las doce tribus.
(3) Este enfoque en el tabernáculo al final del éxodo prepara el camino para los primeros capítulos de Levítico, viz. la especificación de los sacrificios y ofrendas a realizarse en relación con el servicio del tabernáculo.
(4) Ese tabernáculo anticipa el templo. De hecho, es una especie de templo móvil. En los días de Salomón, cuando la estructura permanente se termina, la gloria de Dios asimismo desciende ahí, estableciendo el vínculo con el tabernáculo y con la columna de nube y fuego de los años de desierto.
(5) Para anticipar el futuro: nada más poderoso simboliza la inminente destrucción de Jerusalén que la visión de la partida de la gloria de Dios (Ezeq 10—11).
(6) Nada más poderoso atestigua el papel único revelador y mediador de Jesucristo que la insistencia de que él es el verdadero templo (Juan 2:19-22); y nada más poderoso retrata la gloria pura del cielo que la afirmación de que no hay ningún templo allá, para el Señor, Dios Todopoderoso y el Cordero son su templo (Rev. 21:22).
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