Por el amor de Dios, volumen 1/2 de junio
De Libros y Sermones BÃblicos
Por D.A. Carson
sobre Vida Devocional
Capítulo 155 del Libro Por el amor de Dios, volumen 1
Traducción por Luximar Arenas Petty
2 DE JUNIO
Deuteronomio 6; Salmos 89; Isaías 34; Apocalipsis 4
HEMOS ENCONTRADO otros pasajes que tienen que ver con el paso de la herencia de la verdad bíblica a la generación siguiente. Este tema se encuentra en el corazón de Deuteronomio 6. Los nuevos puntos que se destacan incluyen especialmente:
(1) Los israelitas de mayor edad iban a enseñar a la próxima generación a temer al Dios del pacto. Moisés enseña al pueblo “para que durante toda tu vida tú y tus hijos y tus nietos honren al Señor tu Dios cumpliendo todos los preceptos y mandamientos que te doy, y para que disfrutes de larga vida” (6:2). Cuando en el futuro un hijo pregunte a su padre que significa la ley, el padre debe explicar los antecedentes, el éxodo, y el pacto: “El Señor nuestro Dios nos mandó temerle y obedecer estos preceptos, para que siempre nos vaya bien y sigamos con vida. Y así ha sido hasta hoy” (6:24). Bien podríamos preguntarnos qué pasos adoptamos para enseñar a nuestros hijos a temer al Señor nuestro Dios, no con el terror servil que es temor de malicia errática, sino con la profunda convicción de que este Dios es perfectamente justo y no juega con el pecado.
(2) Moisés resalta la constancia con la cual la próxima generación debe ser enseñada. Los mandamientos que Moisés transmite deben permanecer en los “corazones” del pueblo (6:6; probablemente diríamos mentes). Fuera de esta abundancia, las siguientes palabras a continuación: “Incúlcaselas continuamente a tus hijos. Háblales de ellas cuando estés en tu casa y cuando vayas por el camino, cuando te acuestes y cuando te levantes” (6:7). Incluso cómo vestían y decoraban sus casas debían servir como recordatorios de la ley de Dios (6:8-9). Bien podríamos preguntarnos cómo continuamente enseñamos a nuestros hijos el contenido de la Escritura. En el antiguo Israel los hijos normalmente aprendían sus habilidades vocacionales de sus padres, pasando incontables horas con ellos, lo cual proporcionaba muchas oportunidades para transmitir las bendiciones del pacto. En nuestra cultura más fragmentada debemos hacer las oportunidades.
(3) Sobre todo, la generación de mayor edad iba a modelar absoluta lealtad a Dios (6:13-19). Este modelado constante iba a incluir un absoluto repudio de la idolatría, obediencia a las demandas del pacto, reverencia al nombre de Dios el Señor, haciendo “lo que es recto y bueno a los ojos del Señor” (6:18). ¿Cuán fielmente hemos, en nuestra propia vida, encomendado seriamente una vida centrada en Dios a nuestros hijos?
(4) Debe haber una conciencia sensible de las oportunidades para responder a las preguntas que nuestros hijos hacen (6:20-25). Nunca engañar. Si no sabe la respuesta, averigüe, o busque a alguien que sepa. Debemos preguntarnos si aprovechamos al máximo las preguntas que nuestros hijos hacen.
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