Por el amor de Dios, volumen 1/30 de julio

De Libros y Sermones Bíblicos

30 DE JULIO

Jueces 13, Hechos 17, Jeremías 26, Marcos 12

LA MAYORÍA DE LA EVANGELIZACIÓN DE PABLO de los gentiles comenzaron con la sinagoga. Su procedimiento regular cuando llegaba a una nueva ciudad era visitar la sinagoga, y como no era raro que pedir a los visitantes que hablaran, acogerse a la oportunidad de predicar el Evangelio. Esto significaba que sus oyentes eran una mezcla de judíos, prosélitos, es decir los gentiles convertidos al judaísmo, y los temerosos de Dios, es decir, los gentiles que simpatizaban con los judíos y el monoteísmo judío pero que no se había convertido oficialmente. El libro de los Hechos muestra que en varios casos, por ejemplo en 13:13-48 y 17:1-9, las autoridades de la sinagoga se cansaron rápidamente de Pablo y le excluyeron. En este momento, muchos de los prosélitos y los temerosos de Dios se fueron con él, de modo que a pesar de que ahora estaba predicando en gran medida a una multitud de gentiles, el núcleo de esa multitud había sido expuesto hasta cierto punto a las Escrituras del Antiguo Testamento. En otras palabras, en estos casos, Pablo fue capaz de predicar a la gente que en gran parte compartido con él el vocabulario, los hechos y movimientos de la historia del Antiguo Testamento.

Pero ¿qué haría Pablo si estuviera predicando a los ignorantes bíblicos, es decir, a personas que nunca habían oído hablar de Moisés, nunca leído el Antiguo Testamento, nunca aprendido nada de la trama del Antiguo Testamento? Estas personas no sólo tienen que estar informados, sino que tendrían que aprender nuevamente muchas de las nociones que había absorbido de algún otro patrimonio cultural y religioso. Tenemos una idea de tal encuentro en 14:8-20, cuando los ciudadanos de Listra entusiasmados concluyeron que Pablo y Bernabé son encarnaciones de los dioses griegos (ver la meditación del 27 de julio). El breve informe de la predicación de Pablo (14:15-17) da una idea de la respuesta apostólica.

Pero es el relato de la visita de Pablo a Atenas (17:16-31) el que es más revelador. Aquí, también, Pablo empezó en la sinagoga (17:17), pero también se dedicó a la evangelización en el mercado con cualquiera que estaba allí (17:17), y esto precipita la invitación para hablar en la reunión del Areópago. Y allí, uno percibe claramente cómo el apóstol Pablo ha pensado en todo. En un mundo de dioses limitados, a menudo con el apoyo de una deidad panteísta, puntos de vista cíclicos de la historia, sub-bíblica comprensión del pecado, idolatría multiplicada, el dualismo que declara todo lo material es malo y todo lo que es espiritual es bueno, dioses tribales, y no poca superstición, Paul pinta una visión del mundo del Dios verdadero, una visión linear de la historia, la naturaleza del pecado y la idolatría, el juicio inminente, la unidad de la raza humana y la unidad de Dios, todo como el marco necesario sin el cual su anuncio de Jesús no tiene sentido. ¡Qué significa esto para la evangelización hoy en día!