Por el amor de Dios, volumen 1/6 de julio
De Libros y Sermones BÃblicos
Por D.A. Carson
sobre Vida Devocional
Capítulo 189 del Libro Por el amor de Dios, volumen 1
Traducción por Arturo Valbuena M.
6 DE JULIO
Josué 8, Salmo 139, Jeremías 2, Mateo 16
HAY UNA PERVERSIDAD en los pensamientos humanos acerca de Dios que sería risible si no fuera tan trágico. Encontramos maneras de hacerlo pequeño.
Un antídoto maravilloso es el Salmo 139. Se muestra una imagen exaltada de Dios, pero lo hace de una manera sorprendentemente personal, como corresponde a un salmo. En particular:
(1) Dios lo ve y lo sabe todo (139:1-6). El salmista pudo haber hecho ese punto, como acabo de hacerlo, abstractamente. En cambio, como era de esperar, se dirige a Dios reconociendo que el conocimiento de ese Dios no es pasivo y no es meramente integral: es activo y personal. Este Dios conoce al salmista tan a fondo que Él conoce cada movimiento que su cuerpo hace, y cada hábito de su vida pero también cada pensamiento que entretiene y cada palabra que habla, incluso antes de que se formulen. Hebreos 4:13 lo dice.
(2) Dios es omnipresente, y por lo tanto ineludible (139:7-12). Una vez más, el pensamiento en el texto no es abstracto. Cuando David se pregunta: “¿A dónde iré de tu Espíritu? Y, ¿a dónde huiré de tu presencia? ” (139:7), es bastante obvio que hay una parte de él que quiere alejarse de Dios. No se puede hacer. Si David fuera a para volar al cielo o descender al Seol, si fuera a viajar lo más lejos al este o al oeste que se podría imaginar, como si tuviera que esconderse en la oscuridad, nada podría ocultarlo de la mirada buscadora de Dios. Al final del salmo, está claro que David no quiere escapar de este Dios (ver Rom 8:38-39).
(3) Dios es el Creador y providencial Soberano (139:13-18). Aquí David no se remonta a la creación inicial, sino a su propia formación en el vientre de su madre, la formación que es, en fin, nada que no sea una obra de Dios, con toda su complejidad aterradora. Tampoco este Dios renuncia al control una vez que la criatura esté hecha: “Todos los días ordenados para mí fueron escritos en tu libro antes de que uno de ellos llegara a ser” (139:16). En las Escrituras, esta verdad no compromete la responsabilidad humana, pero aumenta nuestra fe. Tal vez es la enorme amplitud de esos conocimientos que le pide a David que escriba los dos últimos versos de esta sección: los pensamientos de Dios no se puede contar porque son más numerosos que los granos de arena a la orilla mar, que no es exageración alguna.
(4) Dios es totalmente santo (139:19-24). La respuesta de David a la gente malvada no es más que una función de su lealtad a Dios (139:19-22). Lo que salva de ser una mera venganza justiciera es el hecho de que a la luz de la santidad de Dios, David no es menos resuelto de hacer frente a cualquier mal en su propia vida (139: 23 - 24).
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