Rompiendo redes, hundiendo barcas, y salvando a hombres

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English: Breaking Nets, Sinking Boats and Saving Men

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Por John Piper sobre el Evangelismo

Traducción por Samuel S. Alvarado

Lucas 5:1-11 (LBLA)
1 Y aconteció que mientras la multitud se agolpaba sobre Él para oír la palabra de Dios, estando Jesús junto al lago de Genesaret, 2 vio dos barcas que estaban a la orilla del lago, pero los pescadores habían bajado de ellas y lavaban las redes. 3 Subiendo a una de las barcas, que era de Simón, pidió que se separara de tierra un poco; y sentándose, enseñaba a las multitudes desde la barca. 4 Cuando terminó de hablar, dijo a Simón: Sal a la parte más profunda y echad vuestras redes para pescar. 5 Respondiendo Simón, dijo: Maestro, hemos estado trabajando toda la noche y no hemos pescado nada, pero porque tú lo pides, echaré las redes. 6 Y cuando lo hicieron, encerraron una gran cantidad de peces, de modo que sus redes se rompían; 7 entonces hicieron señas a sus compañeros que estaban en la otra barca para que vinieran a ayudarlos. Y vinieron y llenaron ambas barcas, de tal manera que se hundían. 8 Al ver esto, Simón Pedro cayó a los pies de Jesús, diciendo: ¡Apártate de mí, Señor, pues soy hombre pecador! 9 Porque el asombro se había apoderado de él y de todos sus compañeros, por la redada de peces que habían hecho; 10 y lo mismo les sucedió también a Jacobo y a Juan, hijos de Zebedeo, que eran socios de Simón. Y Jesús dijo a Simón: No temas; desde ahora serás pescador de hombres. 11 Y después de traer las barcas a tierra, dejándolo todo, le siguieron.

Seleccioné esta cita como parte de una serie corta de mensajes de transición mientras que nuestra congregación se expande de un centro de adoración a dos. Quiero ubicar esta expansión en un contexto bíblico y darle significado como una expresión de los objetivos de Jesucristo. Quiero ver nuestra expansión a Roseville como una expresión del objetivo de Cristo a que seamos más fructíferos en el evangelismo – o como dirían algunos, que seamos ganadores de almas, o como lo expresa la Biblia, "pescadores de hombres," o como lo dirían otros, para que "hagamos discípulos".

Algunos de nosotros creemos que nuestra congregación (Bethlehem) se encuentra en un punto de crecimiento continuo extraordinario. Naturalmente el Señor, como soberano que es, podría deshacer esto en cualquier momento. Él no nos debe nada. Y no merecemos ninguna de las bendiciones que tenemos. Pero considerando lo que ha hecho el Señor con nosotros en la actualidad y en los últimos dos años, podemos creer que Su misericordia nos favorece. Y por eso debemos hacer las obras mientras que dure el día. La noche viene cuando nadie podrá trabajar.

Hoy siento la responsabilidad de predicar y de orar de tal modo que lo que suceda en la ubicación de la extensión norte y la del centro sea de nuevo provecho en el evangelismo – más personas que pasen de la muerte a la vida, de la oscuridad a la luz, del poder de Satanás a Dios, y de la incredulidad a la fe, por medio del testimonio y del amor llenos del poder de Cristo de los miembros de esta iglesia. Las iglesias pueden crecer sin estas cosas. Pero el crecimiento sin tener estos factores no es el tipo de crecimiento recomendable. Necesitamos ser más agresivos en dar un testimonio amoroso que gane a las personas para Cristo, y que las envuelva en un compañerismo de creyentes convirtiéndolas en discípulos maduros de Jesús que gozan en comunicar una pasión por la supremacía de Dios por encima de todas las cosas, para el gozo de todas las naciones.

Esto es algo que debería de distinguir a Bethlehem en sus dos sitios. Así que observemos lo que hace y dice Jesús en Lucas 5:1-11.

Contenido

El punto de este pasaje

Yo creo que si observamos cómo actuó y habló Jesús en esta situación, y la manera en que narró Lucas el relato, veremos que intencionalmente convierten la pesca milagrosa en el Lago de Genesaret en una parábola sobre la pesca de hombres y mujeres para el reino. En otras palabras, Jesús no solamente enseñó la palabra de Dios mientras que estaba sentado en la barca (vv. 1, 3); sino que por sus acciones y palabras les mostró algo de lo que Él espera que hagan sus seguidores para ganar personas a la fe.

Creo que en este relato Jesús y Lucas dan una enseñanza principal. Primero la explicaré y luego intentaré mostrarla a partir del pasaje.

Por medio del poder y la autoridad de Jesús, multitudes de personas serán pescadas para las bendiciones del reino eterno por los seguidores de Jesús que les enseñarán la palabra de Dios, a obedecer los mandamientos de Jesús, a humillarse y a atesorar a Jesús por encima de todas las cosas.

Desglosemos esta enseñanza en sus partes y veamos de dónde vienen en el texto. Primero, Jesús dice que se ganarán multitudes enormes de personas por medio de su poder y su autoridad. Jesús escogió deliberadamente enseñar desde la barca (versículo 3). De este modo, se transforma la barca en un instrumento de evangelización. Eso prepara la parábola. La barca es el lugar desde donde se proclama la palabra de Dios a las multitudes y también desde donde se pesca. Luego en el versículo 4 Jesús le dice a Simón que tome esta barca, portadora del evangelio, y la lleve al agua profunda para pescar. "Sal a la parte más profunda y echad vuestras redes para pescar. Respondiendo Simón, dijo: 'Maestro, hemos estado trabajando toda la noche y no hemos pescado nada, pero porque tú lo pides, echaré las redes'". Este intercambio de palabras entre Jesús y Simón enfatiza el poder y la autoridad de Jesús que están a punto de mostrarse. Si tú lo dices, yo lo hago. Aun así, ¿de qué nos sirve? Nosotros sabemos de pesca y tú eres un carpintero.

Versículo 6: "Y cuando lo hicieron, encerraron una gran cantidad de peces (plh/qoj ivcqu,wn polu), de modo que sus redes se rompían 7 entonces hicieron señas a sus compañeros que estaban en la otra barca para que vinieran a ayudarlos. Y vinieron y llenaron ambas barcas, de tal manera que se hundían".

Es tan asombrosa la pesca que la red se empieza a romper y se hunden las barcas. En otras palabras, lo que se muestra es lo siguiente: esta pesca, completamente sin precedentes, se hace en un sitio donde la noche anterior había sido totalmente estéril. Y se efectuó a la orden de la palabra poderosa y autoritaria de Jesús.

La palabra utilizada para describir la cantidad de pescados es literalmente "gran cantidad" (plh/qoj). Se emplea más de una docena de veces en el libro de Hechos en referencia a la multitud de personas. Esa es la interpretación que Jesús le da en el versículo 10: "Y Jesús dijo a Simón: 'No temas; desde ahora serás pescador de hombres'". El gran número de pescados que se tomó con la red por medio del poder y la autoridad de Jesús, sirvió para indicar lo que después sucedería en el libro de Hechos y en otras ocasiones posteriores. Hechos 5:14, "Y más y más creyentes en el Señor, multitud (plh,qh) de hombres y de mujeres, se añadían constantemente al número de ellos". Hechos 14:1, "Aconteció que en Iconio . . . creyó una gran multitud (polu. plh/qoj) tanto de judíos como de griegos".

Y, por supuesto, la pesca aquí no es para matar y consumir, sino para salvar y alimentar. No se trata de comparar lo que le sucede a los pescados con lo que le sucede a las personas. Se trata de comparar la confianza que se tiene en Cristo para ayudarnos a pescar, con la confianza en Cristo para ayudarnos a reunir personas para Él. Queremos juntar a las personas para que tengan descanso (Mateo 11:28-30) y gozo (Juan 15:11) y vida eterna (Juan 3:36).

Me reitero en la primera parte de mi resumen de este texto: "Por medio del poder y de la autoridad de Jesús, se pescarán multitudes de personas para las bendiciones del reino eterno – para la salvación . . .

. . . por los seguidores de Jesús". Esto se ve claramente en el versículo 10: " Y Jesús dijo a Simón: No temas; desde ahora serás pescador de hombres.’" Así como Jacobo y Juan (v. 10) y Pedro, fueron los humanos pescadores que capturaron los peces, ellos también serán los pescadores de humanos que capturarán a las personas. Las personas vienen por medio del poder y la autoridad de Jesús, pero llegan a través del trabajo evangelístico del hombre. Los conversos llegan a Cristo por el poder de Cristo, pero por medio del hombre como instrumento. "Jesús, les habló, diciendo: Toda autoridad me ha sido dada en el cielo y en la tierra., "Id, pues, y haced discípulos" (Mateo 28:18-19). Para ganar a las personas, Cristo es el poder decisivo y la autoridad, pero los seguidores de Cristo son los instrumentos de ese poder.

Ahora, ¿qué nos dice esta parábola, vivida en carne propia por los apóstoles, del tipo de personas que salen a ganar a otros para Cristo? Nos interesa saberlo porque queremos orar para ser iguales y hacer lo mismo.

En el pasaje veo cuatro cosas que nos contestan la pregunta: "Por el poder y la autoridad de Jesús, se pescarán multitudes de personas para las bendiciones del reino eterno por los seguidores de Jesús que . . .

. . . enseñan la palabra de Dios.

Esto lo deduzco de los versículos 1 y 3. Versículo 1: "Y aconteció que mientras la multitud se agolpaba sobre Él para oír la palabra de Dios, estando Jesús junto al lago de Genesaret" Lucas expresa claramente lo que Jesús llevó en esta ocasión para la pesca de hombres. Llevó la palabra de Dios. Si nos atrevemos a hacer la analogía: la palabra era la carnada para la pesca de hombres. Esto es lo que atrae la multitud de peces humanos. Un enjambre de personas se agolpaba sobre Él para escuchar la palabra de Dios.

De hecho, esta carnada da honra a los peces, así como a Dios. La palabra de Dios es la palabra más grande que existe. La palabra de Dios no es una cancioncita para manipular a clientes para que compren un producto. La palabra de Dios es la verdad que busca reclamar la mente racional y ganar los afectos auténticos de la persona. Jamás debemos de sentir vergüenza cuando pescamos con la palabra de Dios. Se trata de hablar la verdad, no de practicar una técnica.

Luego Jesús se prepara para la parábola al tomar la decisión de enseñar la palabra de Dios desde una barca. Versículos 2-3: "vio dos barcas que estaban a la orilla del lago, pero los pescadores habían bajado de ellas y lavaban las redes. Subiendo a una de las barcas, que era de Simón, pidió que se separara de tierra un poco; y sentándose, enseñaba a las multitudes desde la barca" Así como Jesús juntó a un grupo de personas con la palabra de Dios desde una barca de pesca, igualmente Pedro y los seguidores de Jesús reunirán a las personas como si ellos fueran pescadores de hombres con la palabra de Dios como carnada.

Creo que es significante observar que Él "enseñó" a la gente. Versículo 3: "y sentándose, enseñaba a las multitudes desde la barca". A veces proclamaba, y en otras ocasiones enseñaba. En la actualidad, ambas acciones son importantes en la vida de la iglesia. Pero soy de la opinión que nuestro evangelismo – ser pescadores de hombres con la palabra de Dios como carnada – debe de involucrar mucha enseñanza, y mucha explicación.

Vivimos en una sociedad que desconoce la verdadera naturaleza de Dios y el evangelio. Desconocen la naturaleza del pecado en lo que respecta a la centralidad de Dios, lo que significa la gloria de Dios y lo que es la ley; no saben quién es Cristo ni lo que aconteció en la cruz; desconocen la fe y no saben lo que es el amor ni lo que significa el cielo o el infierno. Por lo tanto, para ganar a estas personas, tenemos que desarrollar ciertas estructuras de enseñanza. Y no me refiero solamente a la enseñanza formal ni tampoco a parar de compartir testimonios cortos o dar vistazos rápidos de Jesús. Debemos de desarrollar modos de ofrecer más de Cristo a los incrédulos para que puedan responder de una manera creíble al mensaje completo. Soñemos y planeemos, y seamos agresivos en nuestro amor por la gente perdida, encontrando modos de mostrarles más y más la verdad. Jesús se subió a la barca y enseñó desde ella para ilustrar la pesca de hombres.

Esto parece ser el modo en que Pablo también lo hizo. En Hechos 19:9-10 Lucas reporta que Pablo "discutía diariamente en la escuela de Tirano [o sea, enseñaba]. 10 Esto continuó por dos años, de manera que todos los que vivían en Asia oyeron la palabra del Señor, tanto judíos como griegos". Qué estrategia tan maravillosa para plantar iglesias: ¡enseñar diariamente durante dos años a los incrédulos en un área pública acerca del punto de vista cristiano!

Esa es la primera marca de los discípulos que son pescadores de hombres. Enseñan la palabra de Dios. La segunda es que . . .

. . . obedecen los mandatos de Jesús.

Cuando Jesús le dijo a Simón en el versículo 4 que saliera a la parte más profunda, "Respondiendo Simón, dijo: Maestro, hemos estado trabajando toda la noche y no hemos pescado nada, pero porque tú lo pides, echaré las redes’" (v. 5). Si Simón no hubiera obedecido, probablemente no hubiera ocurrido la pesca. Jesús pudo haber hecho que saltasen los peces del agua a la barca pero ese no es su modo normal de actuar. Él nos llama a que seamos sus instrumentos para la pesca de hombres. Y como ejemplo, nos da a Pedro. No un ejemplo perfecto, pero de todos modos bueno.

Pedro no está desbordante de fe. "Maestro, hemos trabajado toda la noche. Nosotros sabemos de pesca. Tú no. Ya no hay peces aquí; además, estamos agotados. Nos desvelamos toda la noche". Son muchos los pretextos que encontramos para no salir a pescar hombres. Aun así, ¿acaso no es alentador ver que el Señor no tira a Pedro por la borda, sino que acepta su obediencia a medias y de todos modos hace el milagro? He escuchado docenas de testimonios de este tipo. Estaba cansado. No me pareció un momento oportuno para hablar de Cristo . . . pero lo hice, y el grandioso Cristo, que jamás se cansa, obró. Uno de los hermanos en la junta de oración del viernes nos contó de una situación sorprendente en la que tuvo la oportunidad esta semana de llevar alguien a Cristo. Nunca vamos a encontrar el momento oportuno. Y nuestro corazón jamás será perfecto. Pero Cristo honra los esfuerzos sencillos que hacemos por obedecerle.

Así que la segunda marca de un pescador de hombres es que el pescador obedece a Jesús.

La tercera marca es la siguiente: los que salen a la pesca de hombres . . .

. . . se humillan.

Cuando Pedro y los demás vieron la bendición que Jesús les había dado, el modo en que los utilizó para pescar a pesar de que ellos mostraron una obediencia a medias – el versículo 8 nos dice, "Al ver esto, Simón Pedro cayó a los pies de Jesús, diciendo: '¡Apártate de mí, Señor, pues soy hombre pecador!'". ¡Cuán necesario nos es ver y sentir esto!

Es lo contrario a decir: "¡Vaya! ¡Mira cómo nos bendice el Señor cuando obedecemos a Jesús! Jamás habíamos logrado una pesca tan grande. ¡Podríamos comercializar esta idea! Podríamos iniciar un movimiento. Vamos a llamarle, ‘Confía en Jesús, ¡pesca con la cruz!’ ¡Ajá! ¡Vamos a Roseville a conquistar!’ Rotundamente no. Pedro miró hacia la gracia – gracia pura – se sintió completamente indigno y lo dijo. Esta actitud de humildad es el punto indicado de inicio en la evangelización. Una actitud arrogante por parte de las personas que dan testimonio, contradice el mensaje de gracia. Despertemos al hecho de que el grupo que se va a Roseville es una banda de pecadores justificados poco entusiasta, con obediencia imperfecta, que se sienten totalmente indignos de cada bendición que tienen, especialmente su salvación. Con una conciencia así, es posible que pudiéremos estar listos para pescar.

Cómo quisiera que todos los congregantes de Bethlehem leyeran el libro de Jonathan Edwards, The Religious Affections (Los Afectos Religiosos), especialmente el capítulo de "Evangelical Humiliation" (Humillación Evangélica) donde él afirma:

“Un verdadero amor cristiano, ya sea hacia Dios o hacia los hombres, es un amor humilde con el corazón quebrantado. Los anhelos de los santos, aun los más profundos, son anhelos humildes: su esperanza es una de humildad; y su gozo, aun cuando es indescriptible, y lleno de gloria, es un gozo humilde y de corazón quebrantado, y hace que el cristiano sea más pobre todavía en espíritu, con mayor semejanza a un niño, y con mayor disposición a un comportamiento universalmente de humildad”. (Religious Affections, Yale, 1959, pp. 339f.) Hemos estudiado tres distintivos de un pescador de hombres fiel: enseña la palabra de Dios, obedece los mandatos de Jesús, y se humilla. Finalmente, un pescador de hombres fructífero . . .

. . . atesora a Cristo por encima de todo.

En el versículo 10b "Y Jesús dijo a Simón: No temas; desde ahora serás pescador de hombres’". Debido a que Él sabía que un día moriría por los pecados de Pedro (Marcos 10:45), Jesús extrae el temor paralizante de su humildad y deja en su lugar una docilidad sin miedo y una mansedumbre valiente. Pedro, Jacobo y Juan responden con corazones desbordantes por el valor de conocer a Jesús: "Y después de traer las barcas a tierra, dejándolo todo, le siguieron". Así es cómo se sigue a Jesús: para nosotros Él vale más que todas las cosas (ver Lucas 14:33). “Estimo como pérdida todas las cosas en vista del incomparable valor de conocer a Cristo Jesús, mi Señor”. (Filipenses 3:8).

Esta es mi oración mientras la mitad de nosotros nos preparamos para dejar nuestro entorno cómodo y familiar e irnos hacia el norte para adorar - no es un sacrificio muy grande: Qué el poder y la autoridad de Cristo Jesús mueva multitudes de personas a las bendiciones del reino eterno por medio de sus discípulos en Bethlehem, quienes enseñan la palabra de Dios, obedecen los mandatos de Jesús, se humillan, y atesoran a Cristo por encima de todo.


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