Solo Una Cosa Es Necesaria

De Libros y Sermones Bíblicos

Saltar anavegación, buscar

Recursos Relacionados
Leer más Por Lisa Chan
Indice de Autores
Leer más sobre Santificación y Crecimiento
Indice de Temas
Recurso de la Semana
Cada semana enviamos un nuevo recurso bíblico de autores como John Piper, R.C. Sproul, Mark Dever, y Charles Spurgeon. Inscríbete aquí—es gratis. RSS.

Sobre esta Traducción
English: Only One Thing Is Necessary

© Desiring God

Compartir esto
Nuestra Misión
Esta traducción ha sido publicada por Traducciones Evangelio, un ministerio que existe en internet para poner a disponibilidad de todas las naciones, sin costo alguno, libros y artículos centrados en el evangelio traducidos a diferentes idiomas.

Lea más (English).
Como Puedes Ayudar
Si tú puedes hablar Inglés bien, puedes ofrecerte de voluntario en traducir

Lea más (English).

Por Lisa Chan sobre Santificación y Crecimiento

Traducción por Kaired Pereira


Dios es fácilmente olvidado entre toda la locura de nuestra vida ocupada. ¿Quién tiene tiempo para prestar atención a la cosas espirituales? A veces podemos estar muy ocupados, cansados, entretenidos o abrumados para prestarles atención.

O quizá en lo más profundo de nuestro corazón le prestamos atención, pero no siempre sabemos que hacer al respecto. En una mano, tenemos todas éstas tareas, deberes y responsabilidades que nos pesan; en la otra mano, tenemos a Dios –El verdadero Dios que dice, “estad quietos, y sepan que yo soy Dios” (salmo 46:10). Sigue sonando bien, pero vivimos bajo exigencias que nos presionan. ¿Realmente Dios espera esto de nosotros?

Una cosa es necesaria=

En Lucas 10:38-42, Jesús nos da una de las respuestas más conmovedoras:

Jesús entró en una aldea. Y una mujer llamada Martha le dio la bienvenida a su casa. Y ella tenía una hermana llamada María, quien se sentó a los pies de El Señor y escuchó sus enseñanzas. Pero Martha estaba distraída por tantas ocupaciones. Y se dirigió a Él diciendo, “Señor, ¿no le importa que mi hermana me haya dejado sola con los quehaceres? Dígale que me ayude”. Pero El Señor le respondió, “Martha, Martha, estás inquieta y ocupada por muchas cosas, pero una cosa es necesaria. María ha elegido la parte buena, la cual no será apartada de ella”.

Muchos de nosotros nos hemos sentido como defensores de Martha cuando hemos leído esto. Ella sólo quiere servir. No podeos ser como María, ¿podemos? Pero las palabras de Jesús rodean mi oído cuando leo esta acotación: “una cosa es necesaria.” Debo preguntarme a mí mismo, ¿Eso creo en la actualidad?, ¿Está reflejada la manera en la que yo veo mi tiempo?

No estoy acostumbrado a pensar qué es necesario. Cuando veo el manejo de mi tiempo, usualmente lo clasifico en tres categorías (1) Cosas que debo hacer, como pagar cuentas y alimentar a mis hijos; (2) Cosas que debo hacer , como ejercitarme y limpiar el espeluznante refrigerador; y (3) Cosas que quiero hacer, como ir de compras o a cenar con mis niñas.

Pero Jesús, nuestro Señor, dice que sólo una cosa es necesaria. Si esta fuera la sugerencia de un amigo o la idea de un gran libro, sería capaz de simplemente desestimarla. Pero es Jesús. Él no es una simpleza. Él le habla al corazón de una mujer y le corta cualquier defensa.

No busques migajas

Imagina que Dios e invita a un gran banquete. Ves una mesa desbordante de comida espiritual. Todo lo que necesitas en esa mesa: confort, sabiduría, paz, amor, valor, alegría, victoria, perdón, verdad, paciencia, y la lista continúa. El deseo de Dios es que te sientes en la mesa con Él y tomes todo lo necesario para que te sientas profundamente satisfecho (salmo 109:9) y equipado “con todo lo bueno de su voluntad que puedas hacer” (Hebreos 3:21).

Pero muchos de nosotros no nos sentamos y comemos. Podríamos pasar rápidamente por un pequeño bocado, pero el pequeño destello de energía se pierde muy rápido. Podríamos estar fuera, tras la puerta, esperando por otros que hayan llegado a su saciedad y nos traigan algunas sobras. Esto no solo es pereza; no tiene sentido alguno cuando nos han dado una invitación personal. Tristemente, visualizo a muchos de nosotros rasguñando alrededor de la mesa, recogiendo sobras, preguntándose por qué nos sentimos tan vacíos y débiles espiritualmente.

Ven a la mesa abundante. Siéntate con tu generoso Señor y alimenta tu alma hambrienta.

Escoge la porción buena.

¿Qué más dijo Jesús acerca de María? No solo estaba haciendo la cosa necesaria, aparte ella había escogido la cosa buena. La porción buena fue necesaria, pero además fue una elección.

Nuestros cuerpos no sobreviven más que unos pocos días sin agua. Esta es necesaria para la vida. Pero usted y yo continuamos elegimos beber un vaso de agua a diario literalmente para mantenernos vivos. Lo mismo es una realidad para nuestro vaso de espiritualidad: “Mi carne y mi corazón pueden fallar, pero Dios es la fortaleza de mi corazón y mi porción para siempre “(salmo 73:26).

Jesús fue la porción de María. ¿Es Él la tuya? Jesús dijo: “Yo soy el pan de la vida, quien quiera que venga a mí nunca estaría hambriento, y quien quiera creer en mí nunca estaría sediento” (Juan 6:35). ¿Están tu hambre y tu sed satisfechas en Cristo? ¿Amas estar en su presencia? Si te estás bañando en comida chatarra, no tendrás apetito de una saludable y fresca merienda. Y el mismo modo, tu alma no podrá pedir el pan de la vida, como Martha, estás “distraído por tantas ocupaciones” o “estás inquieto y ocupado por muchas cosas” (Lucas 10:40-41).

Jesús viene a nosotros con amor y autoridad, No desacredites su autoridad a causa de su amor por ti. Es el mismo Cristo quien nos dice lo que realmente es necesario. La próxima vez que te sientas tentado a pensar que hay muchas cosas terrenales que hay que debes hacer, recuerda lo que dijo.

A medida que el mundo avanza en toda su frenética locura, y muchas exigencias insisten en tomar nuestra atención, podemos convertirnos en gente que elige estar quieto, sentarse a los pies de El Señor, y escuchar su voz. Porque está en su palabra que recibiremos la buena parte que más necesitamos.


Vota esta traducción

Puntúa utilizando las estrellas