Tu Llamado Pastoral: La Hermenéutica del Destino
De Libros y Sermones BÃblicos
Por Paul Tripp sobre Ministerio Pastoral
Traducción por Manuel Bento Falcón
He aquí, estos son los impíos,
y, siempre desahogados, han aumentado sus riquezas.
Ciertamente en vano he guardado puro mi corazón
y lavado mis manos en inocencia;
pues he sido azotado todo el día
y castigado cada mañana.
Si yo hubiera dicho: Así hablaré,
he aquí, habría traicionado a la generación de tus hijos.
Cuando pensaba, tratando de entender esto,
fue difícil para mí,
hasta que entré en el santuario de Dios;
entonces comprendí el fin de ellos.
Salmos 73:12-17, LBLA
Hay dos declaraciones que me repito una y otra vez. Son dos cosas que necesitas recordar acerca de ti mismo y de la gente a la que ministras:
1. Nadie es más influyente en tu vida que tú mismo, porque nadie te habla más que tú.
2. Los seres humanos no viven la vida basándose en los hechos de su existencia, sino basándose en la interpretación de los hechos.
Todo ser humano es un intérprete. Cada persona a la que pastoreas es un teólogo tanto como tú--la mayoría de ellos simplemente no lo saben. De alguna manera, cada persona se pregunta y responde preguntas profundamente espirituales. Todo ser humano es un filosofo. Cada cual busca entender el significado y el propósito de la vida. Cada ser humano es un analista que busca entender a la gente, lugares, y situaciones que se encuentra todos los días. Cada ser humano es un arqueólogo buscando a través del pasado, buscando entender donde ha estado, lo que ha experimentado, y lo que ha hecho. No hay nadie que de verdad viva sin pensar. Puede que no sean conscientes de sus pensamientos. Puede que no sean intelectuales o académicos, pero todos filtran la vida a través del tamiz la visión del mundo personal que para ellos mismos han construido. Esta visión del mundo es autoritaria y moldea la vida. No determina lo que vemos tanto como el cómo lo vemos. Tu llamado como pastor es interrumpir la conversación privada de la gente con la perspectiva del evangelio que da claridad y vida. Es difícil hacer esto si no estás mirando activamente la vida a través de la lente del evangelio en los lugares privados en los que vives.
Esta función interpretativa se llama hermenéutica. Tú y toda la gente que pastoreas lleva consigo una hermenéutica de vida personal---es decir, una forma particular de dar sentido a la vida. Permíteme llevar esto un paso más allá. Nuestra hermenéutica funcional es lo que da sentido a nuestro comportamiento. Todo lo que hacemos y decimos tiene un significado de fondo y un propósito cuando se entiende a través del punto de vida de nuestra visión del mundo. Por ejemplo, si fui criado creyendo que una cierta raza de personas era peligrosa, tiene sentido para mí el tener miedo de ellos y hacer todo lo que pueda para evitarlos. Si estuviese convencido de que el café produce cáncer, entonces tendría sentido que restringiese mi consumo de café. Nuestros pensamientos tienden a predecir y determinar nuestro comportamiento.
Hermenéutica Defectuosa
Asaf (el autor del Salmo 73) tenía un problema mayor que los celos y el desánimo. Su problema estaba enraizado en un nivel más profundo. El problema de Asaf era una hermenéutica defectuosa. Su visión de la vida carecía de un ingrediente crucial, así que no podía dar sentido a lo que sucedía a su alrededor. Donde quiera que mirase parecía que los chicos malos estaban ganando. Los chicos arrogantes, orgullosos y fuera de la ley parecían tener toda la riqueza, salud, placer y facilidades. ¿Cómo podía un Dios santo y justo permitir que los chicos malos prosperasen y los buenos sufriesen? Asaf comenzó a preguntarse si merecía la pena obedecer a Dios. Hay momentos donde somos tentados a hacer lo mismo. Él nos dice en el salmo que entró en tal amargura que era como una bestia delante de Dios (Salmos 73:22). Es importante que entiendas que muchas de las luchas que experimentas y que ves en otros están enraizadas en una hermenéutica defectuosa.
Asaf estaba cometiendo un error interpretativo devastador, y a menudo también nosotros. Su visión de la vida carecía de una pieza que tenía que incluirse para poder entender correctamente lo que Dios estaba haciendo. La visión de la vida de Asaf no tenía destino, no tenía una eternidad a la que se estuviese dirigiendo. Sin eternidad, Asaf tenía razón. Si este mundo presente es todo lo que tenemos, entonces de todo lo que se trata la vida es de cuánto puedes experimentar, adquirir y disfrutar en el aquí y en el ahora. Si esta vida es todo, entonces cabría esperar que un Dios bueno bendijese a aquellos que lo siguen justo aquí, justo ahora, y maldijese a aquellos que se burlan justo aquí, justo ahora. Pero eso no es todo lo que hay. Desde el primer día el mundo siempre ha estado marchando hacia su destino. Nunca se supuso que la vida tuviese que ser entendida y vivida sin esta visión del destino final. Solo puedes entender tu vida y ayudar a otros a entender la suya reconociendo que no se supone que este mundo deba ser el destino final. Es un lugar de preparación para el destino final.
Mentalidad de Preparación
No puedes vivir con una mentalidad de destino si esperas experimentar todas las cosas buenas de Dios aquí y ahora. No puedes pastorear a otros bien si tienes una mentalidad de destino que olvida que Dios hará todo lo que necesite hacer aquí y ahora para asegurarse de que tú estés preparado para el después. No puedes vivir bien o ministrar bien con una mentalidad de destino que te tienta a envidiar a la gente que tiene lo que tu no tienes, aquí y ahora, pero que están dirigiéndose al desastre eterno.
Pastor, debes vivir con una mentalidad de preparación y enseñar a aquellos que están bajo tu cuidado a hacer lo mismo. Las pruebas, injusticias y dificultades de hoy hacen dos cosas por ti y por mí. Nos recuerdan cada día que este no es nuestro destino final. Cuando miras alrededor en todo el quebrantamiento personal y social, debes recordar que Dios, quien hizo este mundo y todo lo que contiene, es la definición de todo lo que es bueno, sabio, amable, y verdadero. No podría estar satisfecho con el mundo tal y como es. Las pruebas de hoy nos recuerdan que nuestro Dios ha prometido que un día hará nuevas todas las cosas. Pero hay otra cosa que las dificultades de hoy hacen por ti y por mí. Nos llevan al fin de nosotros mismos. Nos conducen a nosotros y a aquellos a los que pastoreamos más allá de nuestra autonomía y auto-suficiencia. Nos dirigen más allá de nuestra propia justicia, fuerza, y sabiduría. Y al hacer eso, nos comienzan a moldear para lo que Dios tiene la intención que hagamos: prepararnos para nuestro hogar definitivo.
Hoy, tú y la gente bajo tu cuidado miraréis a algún sitio, y os parecerá que los chicos malos están ganando. Cuando pase eso, necesitas ponerte tus gafas del destino y mirar de nuevo. La gracia te ha dado a ti y a aquellos a los que sirves algo mejor que lo que los "ganadores" están experimentando ahora. La gracia te ha dado eternidad---un destino glorioso tal que ni las palabras más elocuentes pueden hacerle justicia.
Vota esta traducción
Puntúa utilizando las estrellas