Un Reino Firme
De Libros y Sermones BÃblicos
Por Ligonier Ministries Staff
sobre Los Pactos
Una parte de la serie Tabletalk
Traducción por Javier Matus
“Así que, recibiendo nosotros un reino inconmovible, tengamos gratitud, y mediante ella sirvamos a Dios agradándole con temor y reverencia, porque nuestro Dios es fuego consumidor” (Heb. 12:28-29).
- Hebreos 12:28-29
Para que no haya dudas persistentes acerca de la superioridad del nuevo pacto con el anterior, el autor de la epístola a los Hebreos toma tiempo para recordarle a su público una vez más este hecho en el capítulo 12 de su carta. Los que están en Cristo no han llegado a un pacto inaugurado en medio de “la oscuridad y las tinieblas” (v. 18). No nos hemos acercado al monte Sinaí y a las barreras que resaltó entre el creyente ordinario y el Señor (vv. 19-21). Más bien, hemos llegado al Monte Sión celestial (v. 22). Hemos llegado a la gran morada de asamblea en la misma presencia de Dios (v. 23). Hemos venido a Jesús, cuya sangre abre para nosotros el camino a la presencia de Dios (v. 24).
Si el romper este pacto menos glorioso trajo castigo, entonces abandonar a Jesús y Su nuevo pacto merece tanto más castigo (v. 25; ver Mat. 11:22). Ciertamente, sería absurdo pensar lo contrario. Cuando Cristo consuma Su reino a Su regreso, Él cumplirá la promesa de Dios de conmover tanto a los cielos como a la tierra (Heb. 12:26). Cuando se haga esto, solamente aquellas cosas que no pueden ser conmovidas permanecerán (v. 27). Todo lo demás sufrirá la muerte eterna.
El pasaje de hoy recuerda al público original (y a nosotros también) que hemos recibido un reino inconmovible (v. 28). Este es el reino de Dios que Jesús inauguró en Su primera venida. Este es el único reino que permanecerá cuando Él regrese a consumar todas las cosas (9:28).
Una vez que nos demos cuenta de que hemos recibido este reino, la respuesta apropiada es la gratitud y la adoración (12:28). La ingratitud es a menudo el primer paso en alejarse de Dios (Rom. 1:21), y el hecho de que muchos en el público original de esta epístola estaban considerando abandonar Cristo demuestra una falta de agradecimiento por el reino inconmovible que Cristo trae.
Junto con la gratitud hay una adoración demostrada por el temor y la reverencia (Heb. 12:28). Una vida de adoración que obedece reverentemente a Dios demuestra la presencia inconmovible del reino del cual somos ciudadanos. Por otra parte, nosotros adoramos porque sabemos que nuestro Dios es “fuego consumidor” (v. 29) y destruirá a todos aquellos que no reciben Su reino con adoración y gratitud.
Coram Deo
El pasaje de hoy concluyó con una advertencia a los que no adorarán a Dios con gratitud. Esta advertencia se da, dice Calvin, porque nuestro pecado nos hace propensos a ignorar la exhortación a adorar. Pase algo de tiempo hoy en adoración, dándole gracias por darle Su reino y pidiéndole que le ayude a atender a Sus advertencias.
Pasajes para Estudio Adicional
Lev. 19:30
1 Crón. 16:25
Rom. 11:20-21
2 Tes. 1:5-10
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