Un Sacerdote de Judá

De Libros y Sermones Bíblicos

“Porque manifiesto es que nuestro Señor vino de la tribu de Judá, de la cual nada habló Moisés tocante al sacerdocio” (Heb. 7:12).
- Hebreos 7:12

A lo largo de su epístola, el autor del libro de Hebreos recuerda a su público que Jesucristo es superior, y explica que el Nuevo Pacto es superior al Antiguo Pacto. La superioridad del Nuevo Pacto se basa parcialmente en el sacerdocio de Cristo, quien sirve en el orden de Melquisedec. Este orden de Melquisedec ha puesto a un lado el sacerdocio levítico y traerá la perfección al pueblo de Dios, mientras que los sacerdotes de Leví no pudieron hacerlo (Hebreos 7:11-12).

En el pasaje de hoy, el autor refuerza aún más el cambio en la Ley, que se produjo cuando Cristo se convirtió en nuestro Sumo Sacerdote. Se nos recuerda que Cristo era de la tribu de Judá, y se nos dice que la Ley no le da el oficio sacerdotal a esa tribu, ya que pertenece a la tribu de Leví. Puesto que Cristo es el Sumo Sacerdote, pero no es de la tribu de Leví, claramente ha sido cambiada la ley.

Al notar esto, el autor calla una protesta que podría haber sido planteada por los judíos de su tiempo. Podrían protestar que Cristo no podía ser el Sumo Sacerdote ya que Él era de la tribu de Judá, y no podía estar calificado para servir en ese oficio. Esta afirmación se ve contrarrestada por toda la enseñanza sobre el orden de Melquisedec. Es cierto que Jesús no era parte de la tribu sacerdotal correcta basándose en la ascendencia humana. Pero debido a que Él sirve en el orden de Melquisedec, Él es completamente digno de ser Sumo Sacerdote. Y puesto que el orden de Melquisedec es muy superior al de Leví, el Sumo Sacerdocio de Jesús también es muy superior al de Aarón.

El Antiguo Pacto esperaba un Mesías sacerdotal. El Salmo 110, que habla de un sacerdote del orden de Melquisedec, fue ampliamente aceptado como un salmo mesiánico en el primer siglo. Por desgracia, muchos se enfocaron en los aspectos reales del Mesías en este Salmo, excluyendo los aspectos sacerdotales. Para estar seguros, algunos grupos dentro del judaísmo esperaba un Mesías sacerdotal. La secta del Mar Muerto, por ejemplo, esperaba un Mesías sacerdotal, aunque pensaban que sería de la tribu de Leví. Ambos enfoques son erróneos porque el Antiguo Testamento indica que el ser sacerdote sería apropiado para un descendiente de Judá. David comió los panes de la proposición reservados sólo para los sacerdotes (1 Sam. 21:1-6), y dirigió la adoración a través de su composición de muchos salmos. Y si fue apropiado para David realizar estas funciones sacerdotales, ¿cuánto más lo es para Cristo, su más grande Hijo?

Coram Deo

Servimos a Cristo como el Rey soberano sentado a la diestra del Padre. Pero este soberano Rey también sirve como Sumo Sacerdote, intercediendo por nosotros. Los reyes de este mundo nunca expresarían tales preocupaciones por sus súbditos. Adore a Cristo como ambos un poderoso y soberano rey y un amoroso y misericordioso Sumo Sacerdote.

Pasajes para Estudio Adicional

2 Sam. 6:16-19
1 Cron. 23-25
Lucas 18:31-34; 23:32-38

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