Unidos a Cristo en la Muerte y en la Vida, Parte 3

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English: United with Christ in Death and Life, Part 3

© Desiring God

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Por John Piper sobre Bautizo
Una parte de la serie Romans: The Greatest Letter Ever Written

Traducción por Desiring God


Romanos 6:1-7
¿Qué, pues, diremos? ¿Perseveraremos en el pecado para que la gracia abunde? 2En ninguna manera. Porque los que hemos muerto al pecado, ¿cómo viviremos aún en él? 3¿O no sabéis que todos los que hemos sido bautizados en Cristo Jesús, hemos sido bautizados en su muerte? 4Porque somos sepultados juntamente con él para muerte por el bautismo, a fin de que como Cristo resucitó de los muertos por la gloria del Padre, así también nosotros andemos en vida nueva.5Porque si fuimos plantados juntamente con él en la semejanza de su muerte, así también lo seremos en la de su resurrección; 6sabiendo esto, que nuestro viejo hombre fue crucificado juntamente con él, para que el cuerpo del pecado sea destruido, a fin de que no sirvamos más al pecado. 7Porque el que ha muerto, ha sido justificado del pecado.

La semana pasada estuvimos estudiando los versículos 3-4 de Rom. 6, y en especial analizábamos el significado del bautismo. Esta semana nos centraremos en el versículo 5. Estas palabras de Pablo tienen muchísimo que ver con cada cosa que hacemos si las pensamos desde varias perspectivas.

Contenido

Importancia Para Toda Nuestra Vida

Por favor, lea el final del versículo 4. Bautismo quiere decir, según Pablo, que en nuestra vida ha sucedido algo tan profundo, que ahora podemos andar en “vida nueva”. La “vida nueva” es el todo en nuestro ser, no una parte. Es toda la vida. De esta manera el versículo 5 nos trae la explicación de Pablo de cómo esta “vida nueva” tiene lugar. ¿Cuál es su origen? Este pasaje trata de cómo nos transformamos en una nueva clase de personas en todas las áreas de nuestra vida.

Leamos el final del versículo 6: “…, a fin de que no sirvamos más al pecado.” Ese es el propósito de estos versículos, libertad de pecado en toda nuestra vida. Es por eso que me refiero a este texto como particularmente relevante e importante para todas las áreas de nuestra vida. No se trata de algo religioso que tiene que ver con una esquina pequeñita de su vida. Esto abarca toda su vida. Esto tiene que con todo. La manera en que usted vota y su posición política; el empleo de su tiempo y la televisión; su vida profesional; su vocación; la forma en que se viste, come y gasta su dinero; sobre cómo trata a su pareja, hijos, amigos, vecinos y compañeros de trabajo; su compromiso con la obra misionera.

A través estos versículos Pablo nos quiere fortalecer en nuestra lucha contra el pecado y por eso nos exhorta a no continuar viviendo en él. De seguro usted recordará los versículos 1 y 2, “¿Perseveraremos en el pecado para que la gracia abunde? En ninguna manera.” La intención de Pablo es que Dios tome el contenido de esta carta y lo haga un instrumento de triunfo sobre el pecado en nuestras vidas o, dicho de una manera más positiva, para que podamos andar en nueva vida. El quiere que seamos una nueva clase de personas.

Pablo comienza por mostrarnos que el significado del bautismo es que este señala nuestra muerte con Cristo y nuestra resurrección a una nueva vida. Es como una representación dramática de verdades tan profundas como nuestra sepultura y resurrección con él por la obra de Dios en nuestras vidas. Esto lo vemos en el versículo 4: “Porque somos sepultados juntamente con él para muerte por el bautismo, a fin de que como Cristo resucitó de los muertos por la gloria del Padre, así también nosotros andemos en vida nueva.”

Vida Nueva

Pero ahora el versículo 5 no lleva un paso más allá, explicando cómo podemos vernos como “sepultados con Cristo” y como la resurrección de Cristo garantiza que podamos caminar en vida nueva. Pablo en el versículo 5 resalta el valor de nuestra unión con Cristo al hablar de nuestra muerte y resurrección con El: “Porque si fuimos plantados juntamente con él en la semejanza de su muerte, así también lo seremos en la de su resurrección.”

Usted pudiera pensar a primera vista que “la semejanza de su muerte” se refiere al bautismo.[1] Que el hecho de zambullirnos en el agua es “como” si fuéramos sepultados. Sin embargo, esta idea no se aplica a la segunda parte del versículo que se refiere a “la semejanza de su resurrección.” Eso debería referirse también al bautismo, porque salimos del agua, pero note el tiempo futuro utilizado en el versículo 5. Esto no ha sucedido todavía. “Porque si fuimos plantados juntamente con él en la semejanza de su muerte, así también lo seremos en la de su resurrección.” Esta es una clara referencia a una resurrección futura que ha sido asegurada en nuestra unión con Cristo. Por tanto, no puede ser esta una referencia al bautismo, que es un evento pasado. Es muy probable incluso que la primera parte del versículo tampoco sea una referencia al bautismo, “fuimos plantados juntamente con él en la semejanza de su muerte.”

Pablo nos está diciendo que nuestra muerte con Cristo y nuestra futura resurrección con él no serán idénticas a las de El pero sí muy parecidas. Cristo murió como un sacrificio santo y sin pecado por nosotros, y al resucitar, venció la muerte, abriendo las puertas a una enorme cosecha de almas. Nuestra experiencia al morir y resucitar con él fue similar, pero diferente. Nuestra muerte y resurrección son como las suyas, pero no son idénticas (comparar el uso de la palabra “semejanza” en Rom. 8:3).

Pero la idea principal de Pablo en este versículo y en todo el capítulo es que nuestra muerte y resurrección con Cristo se deben al hecho de estar unidos a El. Esto es de suma importancia. Si esto no forma parte de la manera en que usted piensa de sí y de su relación con Cristo, comience por añadir esto a su concepción metal. Pablo usa esta pequeña frase “en Cristo” en setenta y tres ocasiones.[2] Estar unidos a Cristo o estar “en Cristo” es una realidad tremendamente importante.

Unidos a Cristo

Esto es tan importante, que le he dado toda mi atención en esta mañana. Es mi deseo que podamos entender y disfrutar esta gran verdad acerca de nuestra vida y de nuestra relación con Cristo. Si podemos tomar conciencia de todo lo que encierra esta unión con Cristo, seremos personas felices y santas.

No pase por alto la importancia de las palabras en el versículo 5: “Porque fuimos plantados juntamente con él” ¡Plantados con El! Esta es la gran doctrina de nuestra unión con Cristo. O mejor aun: la gran realidad de nuestra unión con Cristo. Detengámonos aquí y empapemos nuestras mentes de esta realidad durante el tiempo que nos queda en esta mañana.

Existen otros textos de Pablo que muestran la suma importancia del lugar que ocupa nuestra unión con Cristo. Por ejemplo, en 1Cor. 1:30, Pablo dice: “Mas por él (Dios) estáis vosotros en Cristo Jesús (unidos a Cristo), el cual nos ha sido hecho por Dios sabiduría, justificación, santificación y redención”. Es Dios quien crea esa unión. “Mas por él (Dios) estáis vosotros en Cristo Jesús”. El crea esta unión por su gracia. A nosotros nos toca recibirla y experimentarla por la fe (Gál. 2:20).

La Importancia de Esta Unión

¡Notemos cuán importante es esta unión con Cristo!

Si usted está en Cristo por la gracia de Dios, Cristo llega a ser su “sabiduría de Dios, y también su justicia, santificación y redención.” Todo lo que Jesús representa para usted lo es porque usted está “en él”; porque usted está unido a él, en esa unión de la que habla Pablo en Rom. 6:5.

  1. En esta unión Cristo se convierte en nuestra sabiduría, venciendo ciega y decadente ignorancia.
  2. En esta unión Cristo llega a ser nuestra sabiduría, venciendo nuestra culpa y condenación.
  3. También es nuestra santificación al vencer nuestra corrupción y contaminación.
  4. En esta unión Cristo es nuestra redención, venciendo al final todas las miserias, el dolor y la futilidad que nos dejan el pecado y la culpa, como la muerte y la enfermedad. (comparar con “redención” en Rom. 8:23)[3]

¿Usted quiere ser libre de los efectos cegadores de la ignorancia espiritual? ¿Usted quiere que la justicia de Cristo sea transferida a su cuenta y sentirse perdonado y justificado por Dios? ¿Usted anhela el poder santificador de Jesús en su vida de manera que pueda vencer el pecado ya cancelado? ¿Desea usted ser librado al final de la miseria y de la muerte? Si es así, y esa es mi oración, entonces mime y cuide su relación con Cristo. Ame el hecho de estar unido a él. Crezca en su conocimiento de estas cosas. Viva en ellas. Saboréelas. Llévelas consigo durante el día. Haga de ellas su meditación de día y de noche. Piense siempre en lo que significa estar unido a Cristo, en lo que significan las palabras: “Mas por él estáis vosotros en Cristo Jesús”.

¡Cuántos muchos otros textos exaltan esta gran realidad de nuestra unión con Cristo! Vayamos a 2Cor. 5:21 “Al que no conoció pecado, por nosotros lo hizo pecado, para que nosotros fuésemos hechos justicia de Dios en él.” La relevancia de esa pequeña frase al final del versículo: “en él”. “…para que nosotros fuésemos hechos justicia de Dios en él.” Esto quiere decir que es por la virtud de nuestra unión con Cristo, por el hecho de estar “en él”, que nos hacemos justo de la misma manera que él se hizo pecado por nosotros. Jesús no tenía pecado, sin embargo, Dios puso nuestros pecados sobre él. Nosotros éramos pecadores y Dios transfirió la justicia de Cristo a nuestra cuenta. Y lo hizo porque estamos “en él”.

El versículo de 2Cor. 5:21 enfatiza la gran verdad que ya hemos visto en Rom. 3-5, o sea, que nuestra justificación, el hecho de haber sido declarados justos por Dios, se debe a nuestra unión a Cristo por la fe. A Pablo le encanta atribuir esta condición de justos ante Dios a nuestra unión con Cristo. En Gál. 2:17 dice que “buscamos ser justificados en Cristo”. En Rom. 8:1 dice: “Ahora, pues, ninguna condenación hay para los que están en Cristo Jesús.” ¡Esto es justificados en Cristo! ¡No hay ninguna condenación en Cristo! No hay nada tan precioso y gratificante como escuchar a Dios decir estas palabras: no hay condenación. U oírle decir que ya somos justificados. Si usted verdaderamente ama este veredicto y esta condición delante de Dios, entonces ame también su unión con Cristo. Hágala parte de aquello que usted más valora en este mundo.

La Clave para Entender Nuestra Justificación y Santificación

Sin embargo, en Rom. 6 nos movemos de la justificación a la santificación en Cristo (aunque la próxima semana veremos que en el versículo 7 existe una profunda conexión entre ambas). En otras palabras, nuestra unión con Cristo no es solo la clave para entender la justificación o el hecho de llegar a ser justos ante Dios solo por la fe. La unión con Cristo también es la clave para entender la santificación o el hecho de convertirnos en gente renovada, que no vive en el pecado, que ya no es esclava del pecado, sino que anda en nueva vida.

La próxima semana nos detendremos un poco mas a analizar cuál es el rol de nuestra unión con Cristo en este proceso de transformación. Hoy solo quiero que vean cuán imprescindible es esta realidad para ser justificados y santificados delante de Dios.

Otro lugar en el que podemos observar esta realidad es en Efesios 2:10: “Porque somos hechura suya, creados en Cristo Jesús para buenas obras”. Esto no es justificación. Esto es transformación moral. En nuestra unión con Cristo, Dios ha hecho de nosotros un nuevo pueblo. Esta es otra manera de referirse a nuestra muerte y resurrección con Cristo al caminar en nueva vida. En Cristo somos nuevas criaturas, obra de Dios. Y el propósito de esta realidad en Cristo son las buenas obras, “creados en Cristo Jesús para buenas obras”. Esto es, para santificación.

Pablo incluso lo dice de otra manera en 2Cor. 5:17: “De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas.” Note que no hay duda ninguna acerca de esto. Si usted está en Cristo, ES una nueva criatura. Dios ha hecho de usted una nueva criatura en su unión con Cristo Jesús. Eso, claro está, si usted ya ha creído en El. Las cosas viejas pasaron, he aquí todas son hechas nuevas. O lo que es lo mismo: “…nuestro viejo hombre fue crucificado juntamente con él…a fin de que no sirvamos más al pecado” (sino que andemos en vida nueva) “Las cosas viejas pasaron” es lo mismo que decir que “el viejo hombre fue crucificado.” “He aquí todas son hechas nuevas”= “para que andemos en nueva vida”.

Esta es nuestra identidad en Cristo. Somos muertos al pecado en nuestra unión con El. Nosotros “fuimos plantados juntamente con él en la semejanza de su muerte” (Rom. 6:5) Nuestro viejo hombre ha muerto. Hemos resucitado espiritualmente para andar en nueva vida, y un día seremos plantados con Elen la semejanza de su resurrección. Las cosas viejas pasaron, he aquí todas son hechas nuevas. Y la vocación de toda nuestra vida, no solo de una parte de ella, es andar en nueva vida. Es reconocernos muertos al pecado y vivos para con Dios. Es experimentar lo que realmente somos en Cristo.

Creamos en Dios de Acuerdo a Quien El Es y Quienes Somos en Cristo

Lo que significa simplemente en otras palabras: creamos en Dios y en lo que El dice que nos ha sucedido, y lo que somos, y lo que El es para nosotros en Cristo. Crea en El. Confíe en El. Cuando El dice a través de Pablo: “Mi Dios, pues, suplirá todo lo que os falta conforme a sus riquezas en gloria en Cristo Jesús.” (Filipenses 4:19) Crea en El cuando dice que: “Por lo cual estoy seguro de que ni la muerte, ni la vida, ni ángeles, ni principados, ni potestades, ni lo presente, ni lo por venir, ni lo alto, ni lo profundo, ni ninguna otra cosa creada nos podrá separar del amor de Dios, que es en Cristo Jesús Señor nuestro.” (Romanos 8:38-39).

Llegar a ser quienes somos en Cristo es creer estas cosas. Crea que porque usted está en Cristo todas sus necesidades serán satisfechas. Créalo, porque usted está en Cristo y nunca será separado del amor de Dios, un amor que no falla.

Creer estas cosas es estar satisfecho con todo lo que Dios es para usted en Cristo, y llegar a ser todo lo que usted es en El.

Crea en El.


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