Y entonces vendrá el fin
De Libros y Sermones BÃblicos
Por John Piper
sobre Misiones
Una parte de la serie Taste & See
Traducción por Pablo Contreras
No conozco una promesa misionera que sea más inspiradora que estas palabras de Jesús:
“Y este evangelio del reino se predicará en todo el mundo como testimonio a todas las naciones, y entonces vendrá el fin.”
No que: Este evangelio deba ser predicado.
No que: Este evangelio pueda ser predicado.
Sino que: Este evangelio será predicado.
Esta no es una gran comisión ni un gran mandamiento. Es una gran certeza, una gran seguridad.
¿Quién se atreve a hablar de esta manera? ¿Cómo sabe que así será? ¿Cómo puede estar tan seguro de que la iglesia no fallará en su deber misionero?
Respuesta: La gracia del servicio misionero es tan irresistible como la gracia de la regeneración. Cristo puede prometer una proclamación universal porque Él es soberano. Él conoce del éxito futuro de las misiones porque él hace el futuro. ¡Todas las naciones escucharán!
Una “nación” no es un “país” moderno. Cuando el Antiguo Testamento habla de naciones se refiere a grupos como los jebuseos, ferezeos, heveos, amorreo, moabitas, cananeos, filisteos, etc… Las “naciones” son grupos étnicos con sus propias culturas particulares.
Jesús vivió con el Antiguo Testamento y sin duda alguna tenía un cariño especial a palabras como estas:
Salmo 22:27: “Se acordarán, y se volverán a Jehová todos los confines de la tierra, y todas las familias de las naciones adorarán delante de ti.”
Salmo 67:1-2: “Dios tenga misericordia de nosotros, […] para que sea conocido en la tierra tu camino, en todas las naciones tu salvación.”
Salmo 72:11,17: “Todos los reyes se postrarán delante de él; Todas las naciones le servirán. […] Benditas serán en él todas las naciones; lo llamarán bienaventurado.”
Salmo 82:8 :” ¡Levántate, oh Dios, juzga la tierra! Porque tú posees todas las naciones.”
Salmo 86:9:” Todas las naciones que tú has hecho vendrán y adorarán delante de ti, Señor, y glorificarán tu nombre.”
Salmo 117:1:” Alabad al SEÑOR, naciones todas; alabadle, pueblos todos.”
Como soberano Hijo de Dios y Señor de la iglesia, Jesús simplemente asumió su propósito divino y afirmó con una absoluta certeza: “Y este evangelio del reino se predicará en todo el mundo como testimonio a todas las naciones.”
La causa de las misiones mundiales tiene su éxito absolutamente garantizado. No puede fracasar. ¿No es, por lo tanto, razonable el orar con gran fe, que invirtamos con gran confianza y que vayamos con una sensación de triunfo asegurado?
Vuestro sembrador,
Pastor John
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